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A Quiet Place

(Un lugar tranquilo)
Marco Beltrami
     
Año:   2018
Sello:   Milan
Edición:   Normal
Nº Tracks:   16
Duración:   48:18
     
Ficha IMDB
Web del Compositor
 

 

Reseña por:
Asier G. Senarriaga

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1. It Hears You (4:28) *
2. A Quiet Family (1:59) *
3. Children of the Corn (1:25)
4. A Quiet Life (2:59) *
5. The Dinner Table (1:47) *
6. Something on the Roof (2:14)
7. Babyproofing / Bonfire (2:56)
8. Old Man (3:10)
9. Labor Intensive (8:13) *
10. Kids Bonfire (1:36)
11. Water in the Basement (3:24)
12. Silo Attack (1:47)
13. A Quiet Moment (1:13) *
14. Rising Pulse (4:14) *
15. All Together Now (5:24) *
16. Positive Feedback (1:29)

* Mejores temas

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Tema de la familia en «A Quiet Family»

 

Tema de la humanidad devastada en «A Quiet Life»

 

Tema de los Cazadores en «It Hears You»

 

Tema de amor paterno filial en «Kids Bonfire»

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El contraste brillante entre el candor que Beltrami imprime a la definición musical de la familia para luego subvertir el estilo con el acecho y sensación de peligro constante de las percusiones, atmósferas y ritmos implacables de los cazadores. El compositor es el definidor del suspense que tan sensacionalmente traspasa la pantalla en simbiosis con la soberbia puesta en escena de John Krasinski en el más apoteósico debut en la dirección del Hollywood reciente.

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La dureza de los pasajes de tensión soterrada, por decir alguna cosa en este apartado, básicamente.

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Uno, mayestático, superlativo, el “Te quiero, yo siempre te he querido” más hermosamente trágico, cinematográficamente portentoso e inapelablemente legendario de la historia del cine, con Beltrami entregado en escalofriante cuerpo y alma a la causa con arrojo y desarmante emoción disonante: “All Together Now”.

La profundidad emocional, el mejor suspense, un lugar tranquilo

Con el debut en la dirección de John Krasinski se da una de esas circunstancias tan complicadas de lograr y tan, cada vez más, escasas de encontrar en el cine de hoy en día: un director que consigue una obra maestra con su primera película. Y dirán ustedes «¡Hala, exagerado!». Créanme. Eso lo dicen porque no han visto aún Un lugar tranquilo.

Cuando en una película se aúna un sentido de la puesta en escena naturalista, práctico y a la vez soberbio; un guión sin fisuras, de fascinantes ideas y espléndidas resoluciones; una dirección de actores como no se ha visto en un debutante desde los tiempos del apoteósico Bryan Singer de Sospechosos habituales (y actualmente defenestrado por su predatoria vida personal, tristemente), pulcra, estudiada, extraordinaria, capaz de sacar registros inusuales de los intérpretes infantiles de una pureza emocional y una entrega sin mesura a la causa sin parangón en tiempos recientes; mientras a la par, el ritmo, implacable, taquicárdico, está medido a la centésima, y la concisión es elogiable, acertada y memorable, consiguiendo un suspense de muchos quilates porque el espectador se siente implicado por todo lo anterior, y sobre todo, por una historia que atrapa, sin darle muchas vueltas a cómo reaccionaríamos cada uno de nosotros en tamañas circunstancias (yo palmaría durante la primera semana por ejemplo, no tengo duda), que inquieta, y hace que nos sintamos uno más de esa familia desde el minuto uno, cuando encontramos todas esas cosas en un film, podemos tranquilamente llamarlo clásico instantáneo. Y cuando todas esas personas, director, guionista, actor principal, coinciden en ser la misma es que algo importante hemos descubierto, y a este hombre hay que seguirle. Como señalábamos ya desde la primera línea, su nombre es John Krasinski.

Y no añadiremos más en cuanto a revelación de puntos de la trama, historia o giros de guión, porque cuanto menos sepan de la película antes de verla, mejor. Cuando más se disfruta es no sabiendo absolutamente nada. Por ello antes de seguir, y no por presentar ningún spoiler gargantuesco este texto sino por propio disfrute de cada uno de ustedes, dejen esta reseña ahora mismo en este mismo punto y vuelvan, si así lo desean tras ver el film, y así podrán confirmar, o no, todo lo señalado en párrafos previos.

De lo que no queda ninguna duda es el que para que una historia funcione es aconsejable que exista la implicación emocional del lector o del espectador con sus personajes, ese punto inaprensible en el tiempo en el que traspasas figuradamente la realidad para convertirte en uno con las andanzas de los protagonistas, sufriendo con ellos sus desgracias y tragedias y celebrando con alegría sus triunfos. Es ahí precisamente donde Un lugar tranquilo obtiene su conquista definitiva. Por ello el éxito narrativo alcanza la perfección con mayor grandeza y esta historia permanecerá en nuestro recuerdo, mucho, mucho tiempo, si es que no lo hace para siempre. Y ahí radica el mayor éxito de Krasinki y su equipo de actores y actrices, porque todos y cada uno de ellos están apabullantes, con mención especial para la más allá de lo brillante actriz sorda en la realidad, Millicent Simmons, a quien todos descubrimos hace pocos meses en la maravillosa Wonderstruck, o una inmensamente rica en matices y sentimientos Emily Blunt, que debiera ser la primera candidata a los Oscardel próximo año ya desde este instante.

Para llevar a cabo la complicada tarea de crear la partitura, Krasinki se pone en la manos de un Marco Beltrami no ajeno a las dos cosas que esta composición necesitaba para dotar de tensión, magnificencia y asfixiante suspense a la narración, emoción musical, y escalofriantes temas para hacernos partícipes del paroxístico acoso a la propia existencia de los protagonistas. Y el compositor, habiéndose dado a conocer en el cine de terror y habiendo obtenido sus mayores éxitos con sus creaciones más líricas, era probado aspirante a realizar un brillante trabajo. Y a fe que lo ha conseguido.

Beltrami dota de unión temática a su partitura desde el mismo prólogo en el film, mostrándonos los tres temas principales: el tema de la familia, presente en la edición discográfica en el track “A Quiet Family”; el tema de la humanidad devastada, presente asimismo en “A Quiet Life”, y el tema de los Cazadores, las criaturas ciegas guiadas por el sonido y la vibraciones acústicas que han destruido el mundo como lo conocemos y acosarán sin descanso y abocarán a la tragedia a todo aquel que tenga la desgracia de encontrarse con ellos o hacer un sonido más allá de un inaudible susurro, presente a lo largo de todo el cuerpo del score en temas como el inicial “It Hears You”, “Children of the Corn”, “Old Man”, “Labor Intensive”, “Water in the Basement”, “Silo Attack”, y sobre todo en el arrebatador suspense final de la conclusión de la historia, “Rising Pulse” y “All Together Now”.

La familia encuentra su definición melódica en la dulzura del piano que sobresale sobre las texturas inquietantes del címbalo en segundo término, sutil e inteligente forma de advertir cuasi subliminalmente del peligro constante subyacente, que va ganando en emoción conforme se desarrolla durante el film. De las notas cuasi temblorosas de “A Quiet Family”, con una sufridora familia separada psicológicamente por la tragedia, a la dulzura sosegada de la paz familiar y el amor que se profesan sus miembros, definido con notas alargadas, puntualizadas por un solo de chelo y la melodía marcada por el piano de “A Family Dinner”, hasta la tensa fuerza de voluntad que hace que el amor rija unas vidas con generoso sacrificio, del lírico y embriagador a la par que inquietante “A Quiet Moment”, o el amor paterno filial hecho música de “Kids Bonfire” .

En contraposición, los Cazadores son definidos al modo que John Williams hiciera en Tiburón con sus dos míticas notas, por los pulsos graves. Cada vez que estos aparecen, el peligro está al acecho. Cada vez que una vez presentes, aumentan su tempo y cadencia, los tienes encima, ¡¡¡CUIDADO!!!, “It Hears You”, con el motivo de los monstruos presente por ejemplo a partir de los 27 segundos para ir creciendo exponencialmente desde el casi silencio hasta su explosión sinfónica a base de efectos de cuerdas y percusiones del último minuto y medio; “Old Man”, acongojando a la audiencia con los arabescos de las cuerdas, los pizzicatos y el col legno de los chelos, mientras los metales a base de disonancias nos llevan a aguantar la respiración ante el insoportable suspense; “Labor Intensive”, en el tour de force de la partitura con una situación tremenda de acoso a la familia que se alargará musicalmente durante ocho intensos minutos llenos de emoción y tensión, con Beltrami alternando los pulsos graves de los Cazadores con el ritmo del tema de la familia en ostinato a las cuerdas en contrapunto a estos, alcanzando un clímax de poderosa resolución y brillantes e inquietas y pavorosas orquestaciones cargadas de ritmo en el minuto final del track…

 

…o la poderosa conclusión emocional de “Rising Pulse”…

 

…y “All Together Now”, con el sacrificio definitivo pautado con contenida emoción y serena grandeza por la música.

 

La partitura, en su edición discográfica, concluye con el instante previo a los títulos de crédito de redentora venganza y crescendo disonante pero lleno de emocionante intensidad, “Positive Feedback”, edición que sin embargo no incluye los extasiantes y poderosamente rítmicos títulos de crédito finales donde Beltrami se desata rindiendo cumplida réplica a los temas centrales con algunas variaciones y expansiones temáticas que sólo podremos disfrutar dentro de la propia película, de momento.

En suma, con A Quiet Place, Marco Beltrami demuestra sus cualidades para el cine de horror, y la tensión emocional, en la que ya se ha convertido con los años en todo un maestro, pero sobre todo, garantiza que la emoción de los leitmotivs melódicos también estarán presentes, definiendo a los personajes y sus acciones, pero quizá lo más importante, su mundo interior y su psicología, ayudando a comprenderlos y ensalzando sus acciones, o poniéndonos un nudo en la garganta porque quizá nosotros haríamos en un momento dado, justo lo contrario.

Un gran score para un lugar tranquilo, una excelente partitura para un mundo en silencio, al que el compositor dota del sonido que ningún Cazador podrá discernir, porque se haya en otra esfera, la del corazón y el alma de un compositor en sintonía con un nuevo director, y de los que deseamos llegue pronto un nuevo proyecto conjunto.

“TE QUIERO,

YO SIEMPRE TE HE QUERIDO,

Y SIEMPRE LO HARÉ…

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHH”

Imágenes de las Scoring Sessions de A Quiet Place:

Agradecimiento especial a Dan Goldwasser, quien amablemente nos cede las fotografías exclusivas de las sesiones de grabación de la partitura que se pueden encontrar a lo largo del artículo.

Special thanks to Dan Goldwasser who kindly provides the recording sessions of the score exclusive photographs that you can find through the review.