Por Mariano Peláez

París, 10 de febrero de 2019.

Cuando hablamos de Joe Hisaishi no podemos evitar en pensar en su asociación con dos grandes directores nipones, Takeshi Kitano y Hayao Miyazaki, ambos mundialmente conocidos, pero para quien os escribe tiene un lugar especial todo lo compuesto para las películas de animación del estudio Ghibli.

Hace un año que tenía compradas las entradas para este concierto, hacía tiempo que deseaba ver a este compositor en directo. Tras una mañana de periplo cultural por la ciudad de París, recorrimos en taxi el camino hacia el Auditorio donde tendría lugar el ansiado concierto. Una vez allí y sentados ya en nuestros asientos, se produjo la entrada de la orquesta, la cual se caracterizaba por la juventud de todos sus miembros, y finalmente hizo entrada en el escenario el maestro Hisaishi subiéndose al podio, cogiendo con gracia su batuta y abriendo la primera página de la partitura de la pieza que se interpretó durante la primera mitad del concierto.

Durante la primera parte del concierto se interpretó una sinfonía titulada «The East Land Symphony», en la que contó con la participación de la soprano Ai Ichihara. Conforme se escuchaba se podían reconocer fragmentos que recordaban a otras piezas del compositor nipón. Esta pieza tuvo una duración aproximada de unos 40 minutos.

En el descanso hubo público que aprovecho para visitar la tienda donde podías adquirir obras del maestro en CD y en vinilo, dentro de las obras en venta había una joya suya, el concierto de Tokyo.

La segunda parte era la más esperada por el público, pues estaba dedicada a Ghibli. Comenzó con los primeros compases de la fácilmente reconocible El viaje de Chihiro, la cual hizo flotar al público con una suite de unos 20 minutos.

Seguidamente interpreto Mi vecino Totoro, tras la cual el público mostró su cariño al compositor japones con un aplauso de mas de cinco minutos.

Cuando pensábamos que ya se retiraría del escenario tras haberse despedido tres veces, volvió una cuarta y visiblemente emocionado se sentó al piano y el público expectante recibió del maestro el tema central de Porco Roso evocando en nuestras mentes aquellas escenas del café y los vuelos de su protagonista.

Sin lugar a dudas fue un concierto que quedara en el recuerdo de aquellos que tuvimos la suerte de asistir.