El 7 de marzo de 2019, justamente un año exacto tras del inicio de su rodaje en el barrio de Santutxu de la capital bilbaína, el preestreno de 70 BinLadens, film del director vizcaíno Koldo Serra, tenía lugar en Bilbao, concretamente en el Azkuna Zentroa, de la mano del Fant (Festival de Cine Fantástico de Bilbao), que del 2 al 11 de mayo de 2019 celebrará su 25ª edición.

Con Koldo hablamos sobre su colaboración con Fernando Velázquez desde sus inicios con los cortos Amor de madre y El tren de la bruja, hasta sus experiencias cinematográficas, cada una muy diferente de la siguiente, con Bosque de sombras, con una partitura atávica y muy poca música y el empleo de la txalaparta para otorgar localización y a la par proporcionar una pátina telúrica a la narración; Gernika, con un score de dramatismo clásico y grandeza sinfónica y coros al estilo de los grandes films clásicos hollywoodienses, de un preciosismo y emoción brillantes, y un film -este 70 BinLadens– que esta vez sí emplea mucha música, hasta llegar al funky setentero, las tendencias jazzísticas y las ideas melódicas e instrumentales de clásicos como Lalo Schifrin, David Shire o Michael Small para films como Bullit, The Taking of Pelham One Two Three, Night Moves o Dirty Harry. Velázquez traslada los ritmos, cadencias y estructura de esas composiciones a la creación de esta nueva partitura, pero sin actualizar ese estilo, sino retrotrayéndonos al espíritu de esas obras del pasado.

Por el film destilan los ritmos de la batería, el bajo, percusión muy cuidada, teclados Rhodes y sección de vientos, recordándonos a estas obras clásicas, pero también definiendo perfectamente este universo de ladrones de poca monta, policías de diferentes generaciones, juego de inteligencias y sutilezas y sobre todo manipulación, y mentiras. Muchas y muy creíbles mentiras.

Las partes policiales nos vienen definidas por el jazz, los ritmos y el funk, que se pega a la piel de los negociadores y fuerzas de asalto, francotiradores y ertzainas como una segunda piel, mientras que el leitmotiv principal va para el personaje de Emma Suárez y le acompaña definiendo en todo momento su fuerza interior e inteligencia, ¿quizá algo turbia?

El film cuenta con poca música, pero cuando esta entra en escena es absolutamente fundamental para la narración cinematográfica, como Koldo nos confirma, confiriendo al conjunto personalidad y un aura de clasicismo cinematográfico impagable, emparentando el film con las míticas atmósferas musicales del cine de los años setenta y los títulos anteriormente señalados, a la par que con obras indispensables del cine reciente como Jackie Brown, Sospechosos habituales o Casa de juegos de David Mamet.

Esperamos con auténtica ansia la edición en CD de la partitura, que pronto nos llegará afortunadamente de la mano de Quartet Records, para volver a degustar y paladear este mundo lleno de animales heridos y peligrosos, y muchos, muchísimos subterfugios llenos de inteligencia y riesgo.

Asier G. Senarriaga