Todos los aficionados, y creo no equivocarme con esta afirmación, opinamos que Young Sherlock Holmes (El secreto de la pirámide) es una obra maestra. Desde su «Main Title» hasta su «The Riddles Solved/ End Credits», todo en la partitura del entrañable Bruce Broughton es mayúsculo. Ya sé que mi particular estilo caracterizado por acentuar los calificativos superlativamente tiene sus defectos, pero en el caso de la presente obra maestra podría, y debería, utilizarlos todos.
No hay rincón en forma de tema que desmerezca del conjunto. Ciertamente es muy extraño encontrar scores con este don a la hora de ser tan creativos en todas sus melodías. Quizás sólo John Williams ha sabido dotar a sus creaciones de una temática original en cada caso, porque en la mayoría de ellos los compositores suelen conformarse con lo incidental.
Young Sherlock Holmes es una película del irregular Barry Levinson que resulta hoy en día un tanto envejecida (aunque muy por encima de otros filmes de corte familiar de la época o actuales), pero la música de Broughton sobresale gracias a un estilo sinfónico imponente, que destaca abiertamente en temas como «Waxing Elizabeth», «The Final Duel» o «Solving the Crime». 1985 fue el año de Broughton, pues también compuso su otra obra maestra, Silverado. A partir de entonces siempre he querido volver a sentir las mismas vibraciones con sus otros scores. Raras veces ha ocurrido. No obstante, es un autor ejemplar que siempre ha merecido un mayor reconocimiento en la industria cinematográfica.
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