Puntúa esta banda sonora

 

 

 
  Ben-Hur

 
Miklós Rózsa
     
Año:   1959
Orquestadores:   Eugene Zador y Miklós Rózsa (no acreditados)
 
 
 
 
 

Ignacio Granda

 

altLa película de William Wyler, ganadora de 11 Oscar en la ceremonia de 1960, es el ejemplo perfecto de cine histórico clásico, en el que imperaba lo recargado y majestuoso pero sin desvirtuar lo mesurado. La irregular novela de Lew Wallace fue adaptada a la gran pantalla en tres ocaciones: la citada de Wyler además de dos versiones mudas, las realizadas en 1907 y 1925. La historia de la amistad del romano Messala y el judío Judah Ben-Hur, amigos desde la infancia pero que acaban convirtiéndose en irreconciliables enemigos cuando Messala, en su regreso a Palestina como jefe militar, le pide a Judah que traicione a su pueblo y éste, obviamente, se niega, provocando con ello la venganza del despiadado Messala, es reflejada por William Wyler con su habitual pericia en la descripción de profundos y graves melodramas, pero en esta ocasión reforzando además el componente espectacular tradicional de las superproducciones del Hollywood dorado.

En cuanto a la partitura de Miklós Rózsa, plasma todo el vigor e ímpetu que ha caracterizado siempre la obra del músico húngaro. Es, en realidad, una perfecta síntesis de la misma, pues en Ben-Hur expresa su radiante entusiasmo en la descripción de situaciones, especialmente ricas en detalles en el argumento del guion escrito por Karl Tunberg.

altMuchas han sido las ediciones publicadas hasta le fecha de la banda sonora, destacando dos: la realizada por el propio compositor para el sello Decca en 1977 (dirigiendo a la excepcional National Phiharmonic Orchestra londinense), la editada en 1996 por Rhino con la práctica totalidad del score o la ya en apariencia definitiva de Film Score Monthly de cinco CD, aparecida en febrero de 2012.

Resulta muy complejo destacar algún tema en concreto de toda la partitura de Rózsa, pero tomando como emotiva referencia (fue mi primer vinilo de importación junto a Vertigo de Bernard Herrmann) la versión de la National Philharmonic, los trece cortes que conforman dicha edición son todos ellos perfectos modelos de toda la obra. Desde el grandioso «Fanfare to Prelude (Main titles)» hasta los profundamente trágicos «Leper’s Search for the Christ», «The Burning Desert», «Rowing of the Galley Slaves» y «Procession to Calvary», pasando por los que confirman a Rózsa como maestro de música ceremoniosa («Arrius’ Party», «Parade of the Charioteers»), pero sin olvidar aquellos que muestran su gran sensibilidad («Star of Bethlehem and Adoration of the Magi», «Friendship», «Return to Judea», «Ring of Freedom», «The Mother’s Love», «Miracle and Finale»), todos ellos conforman una banda sonora impecable, un monumento musical, en definitiva, inmortal y conmovedor.