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All the Money in the World

(Todo el dinero del mundo)
Daniel Pemberton
     
Año:   2017
Sello:   Sony Classical
Edición:   Normal
Nº Tracks:   26
Duración:   69:47
     
Ficha IMDB
Web del Compositor
 

 

Reseña por:
Asier G. Senarriaga

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1. All The Money In The World (Rome 1973) (4:04) *
2. To Be A Getty (3:06)
3. The Minotaur (2:10)
4. We Are Kidnappers (2:20) *
5. Paparazzi (3:37)
6. Hadrian’s Villa (2:04)
7. How Much Would You Pay? (2:23)
8. Learn A Lesson (1:44)
9. All The Money In The World (Getty Arrivals) (1:54) *
10. The Waltz Of The Newspapers (0:56) *
11. Masterpiece (2:24)
12. The Red Brigade (1:26) *
13. Police Raid (5:10)
14. Safety (1:10)
15. Sold To An Investor (2:34)
16. Imprisoned (2:41)
17. Danger Sign (3:23)
18. Editorial (0:47)
19. The Collector (2:54) *
20. Getty Pays (2:46) *
21. Hadrian’s Model (2:17) *
22. Money Drop (4:32)
23. Paul Runs (1:32)
24. Escape, December 15th 1973 (6:27) *
25. J. Paul Getty (3:09) *
26. All The Money In The World (Credits) (2:15) *

* Mejores temas

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«All The Money In The World (Rome 1973)»

 

«Money Drop»

 

«J. Paul Getty»

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El poderío vibrante de Daniel Pemberton para insuflar aliento clásico, tragedia, fuerza y ritmo a un film que carece de todos esos elementos, por mucho que lo intenta. La soberbia adecuación del compositor a la época en que transcurre la trama, su operístico y acertadísimo toque clasicista, las sensacionales elecciones de la orquestación y el memorable tema principal, “All the Money in the World” en todas sus versiones, junto a “J. Paul Getty”,  y el suspense grand guignol de “Money Drop”.

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Que sirve a un film fallido, un quiero y no puedo (y van…) de Ridley Scott, que va al impacto fácil demasiadas veces, y que esto pueda restar puntos a una partitura que es un deleite para el oyente, en el film y en escucha aislada.

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El paseo de Paul Getty por Roma del inicio, “All The Money in the World (Rome 1973)” a los sones del brillante tema principal; el intercambio, con un Pemberton extraordinario que inicia con unos elegíacos coros la escena para culminar en un tour de force emocional con un abrumador suspense musical que deja sin aliento en “Money Drop”, y la conclusión del film, sin decir más, “ATMITW (Credits)”. ¡Majestuoso!.

BSOSpirit opina

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Nota media: 7,90

Ángel Aylagas (7), Josep Manel Blanch (8), Fernando Fernández (9), Asier G. Senarriaga (9), Óscar Giménez (7), Ignacio Granda (7), Juan Ramón Hernández (7), David Martínez (8), Jordi Montaner (8), David Sáiz (9)

 

La avaricia rompe el saco, destruye familias y a veces corta orejas

Daniel Pemberton se reúne con Ridley Scott por segunda vez, tras su excelente partitura para The Counselor, en uno de los films con proceso de producción más curioso de la década. Tras concluir el rodaje y listo para presentar la película en un festival y a escasas cinco semanas del estreno, con trailers lanzados, publicidad y pósters en los cines y campaña para los Oscar en marcha, en una decisión histórica y memorable, el director decide eliminar del montaje todas las escenas con el inicialmente contratado

Daniel Pemberton se reúne de nuevo con Ridley Scott por segunda vez, tras su excelente partitura para The Counselor, en uno de los films con proceso de producción más curioso de la década. Tras concluir el rodaje y listo para presentar la película en un festival y a escasas cinco semanas del estreno, con trailers lanzados, publicidad y pósters en los cines y campaña para los Oscar en marcha, en una decisión histórica y memorable, el director decide eliminar del montaje todas las escenas con el inicialmente contratado Kevin Spacey, recientemente acusado y probado como un ser humano execrable, abusador y sexualmente predatorio, cuya carrera ha acabado en Hollywood tras esta decisión, y contratar al inicialmente deseado y ahora conseguido finalmente Christopher Plummer, para interpretar el personaje real del magnate petrolífero John Paul Getty y rodar sus escenas, cuarenta minutos del film, en sólo nueve días. Un hito cinematográfico. Pues no contento con eso, acabó el rodaje en ocho días y dedicó el noveno a adelantar montaje del acelerado y exigente planning para llegar al estreno.

Sin embargo, todo este proceso, aunque pudiera no parecerlo, por el empaque y calidad contrastada de todo el equipo implicado pasa factura, pese a la notable interpretación de Plummer, todo hay que decirlo, tiene como resultado un film que parece deshilvanado y escaso de una intensidad que pedía a gritos la historia, salvo en contados instantes en que el impacto directo y el shock al espectador es buscado bastardamente con el único objetivo de azorar o hacer retirar la mirada de la pantalla, cosa no necesaria con la sugerencia, que aquí se convierte en exposición directa y un paroxismo de lo extremo. Una lástima.

Pero no todo es negativo, pues si una sola cosa no fue cambiada en ningún aspecto tras los reshoots, ese elemento fue el score de Daniel Pemberton, grabado en Abbey Road la última semana de octubre del pasado año, y sorprendentemente, por las modificaciones de montaje y ritmo, nos referimos, superviviente indemne del proceso de cambio. Y amén que fue acertada la exención de retoque, pues la partitura destaca como lo mejor del film, y un sensacional trabajo dentro de la gran carrera que se está poco a poco labrando el compositor en los últimos años.

Debido a la petición de Scott de conseguir una ambientación musical clásica y operística, y en el estilo de Hannibal, segunda parte de El silencio de los corderos, que el director llevara a cabo en los noventa, Pemberton compone un score melódico y lleno de temas y leitmotivs, de orquestación detallista y clasicista, y un cuidado excepcional por los aportes corales, que otorgan prestancia, grandeza y admirable empaque al conjunto.

El motivo más destacado va para los Gettys, como colectivo, como familia  y como emblema de los males de este mundo: la codicia desmedida, la avaricia deshumanizada y el ego como prisma poliédrico, metáfora del fracaso del éxito cuando no tienes a nadie con quien compartirlo, porque desconfías de todo y todos, como es el caso del patriarca John Paul Getty, uno de los personajes reales de los últimos cincuenta años más repulsivos y execrables jamás conocidos.

Primero define al más joven del clan, Paul Getty, en su peligroso paseo por Roma, que devendrá en su captura y secuestro,  “All the Money in the World (Rome 1973)”…

…luego al patriarca, “J. Paul Getty”, lo que significa pertenecer a la familia; “To Be a Getty” o la pompa con la que la prensa los rodea con avidez carroñera buscando la noticia, “All The Money In The World (Getty Arrivals)”. Cuerdas clásicas, chelos mayestáticos marcando el tempo, coros, soprano y tenor operísticos, soberbias orquestaciones de toda la masa sinfónica que van marcando la pauta de la historia, incluso mejor narrativamente que la mano, esta vez fallida, de un Scott en decadencia.

 

Para los secuestradores Pemberton decide encargarse de las percusiones con una mezcla entre pulsos electrónicos y pequeña formación orquestal, consiguiendo transmitir la dureza del secuestro y el patetismo de los raptores en temas como “We Are Kidnappers”,

 

…“Police Raid” o reflejando al grupo terrorista italiano de la época, “The Red Brigade”, a base de sincopados elementos sintetizados, percusión y graves a mansalva junto a elementos orgánicos como maracas, marimba, violines en registro agudo y guitarras eléctricas.

Sin embargo, donde el compositor alcanza la maestría es en la gradación de la tensión del pago del rescate y la aparente liberación y luego persecución a muerte del tercio final, donde al lirismo de instantes como “Safety” lo contrarrestan momentos como las voces humanas de “Danger Sign”, que generan una inquietud de muchos quilates, o el suspense asfixiante y vibrante presente en el tenso “Money Drop” -atentos a la entrada coral a partir del minuto y medio que te hace ponerte al borde del asiento durante el film-…

“Paul Runs”, con sus arabescos en la sección de cuerdas y guitarra acústica, y sobre todo, “Escape, December 15th 1973”, que consigue sublimar el ahogo que supone verse acorralado a base de texturas corales cuasi gregorianas, solos de instrumentos, percusión, yunque y electrónica.

Uno de los hallazgos de la composición es la definición musical de la ambición mediante la entrada del fagot, brevemente, en pinceladas a lo largo de la partitura, elemento que pone en situación al oyente, pues es asociado a los manejos de J. Getty para o no pagar por el rescate de su nieto, o ganar las mayores sumas de dinero posible, aun a costa de engañar y estafar a clientes, amigos y familia. De hecho, así comienza el score en sus primeros segundos, y es repetido en por ejemplo, “J. Paul Getty” a modo de resumen de la villanía del personaje, para desarrollar su motivo en tono grand guignol de vals decadente a modo resumen final.

El score culmina con una ejecución definitiva del motivo central recapitulando el tono operístico dominante, con los chelos y violines dando el do de pecho, y las voces corales elevándose en un desarrollo final lleno de sorna e ironía, “All the Money in the World (Credits)”, toque perfecto de Pemberton para definir la maldad y el egoísmo dominante, pese a pequeños destellos de esperanza, estamos destinados al caos, a pesar de que en ocasiones pudiéramos contar con…

… todo el dinero del mundo…