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Early Man

(Cavernícola)
Harry Gregson-Williams, Tom Howe
     
Año:   2018
Sello:   Mercury
Edición:   Digital
Nº Tracks:   33
Duración:   67:11
     
Ficha IMDB
Web del Compositor
 

 

Reseña por:
Fernando Fernández

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1. Good Day – New Hope Club (1:46)
2. Hope – The Vamps (3:16)
3. Tiger Feet – New Hope Club (3:41)
4. I Predict a Riot – Kaiser Chiefs (3:52)
05. Dug’s Theme (2:41)
06. Prehistoric Prologue (3:42)
07. In The Valley (1:28)
08. Meet Dug (0:43)
09. Meet The Tribe (2:14)
10. Rabbit Ambush (1:02)
11. Bronze Attack (2:18)
12. City Of Bronze (1:06)
13. Dug In Bronze Land (0:52)
14. Stadium Chase (0:39)
15. The Ancestral Call (1:04)
16. The Message Bird (1:58)
17. Giant Badlands Duck (3:11)
18. Stealing Footballs (1:05)
19. She Shoots, She Scores (0:46)
20. Challenge The Champions (1:46)
21. Harp Escape (2:00)
22. They’re Not A Team (0:48)
23. Message From The Queen (1:07)
24. Foul Play (1:19)
25. Revelations In The Mine (5:05)
26. Royal Game Day (1:42)
27. Forfeiture And Humiliation (2:11)
28. Do It For The Valley (2:09)
29. The Final Game (4:40)
30. Chief Is Down (0:55)
31. Hognob In Goal (3:35)
32. Mousing Around (1:08)
33. Trophy Presentation (1:35)

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«Dug’s Theme»

 

«Prehistoric Prologue»

 

«Bronze Attack»

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La recuperación de la intensidad y la emoción de una partitura de corte clásico, que proporciona muchos momentos de diversión y entretenimiento, así como la homogeneidad y variedad de la misma, a pesar de contar con dos compositores diferentes.

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Pequeñas quejas. Ese final algo inconcluso… tal vez un mayor desarrollo temático… los toques cómicos y de animación que puedan hacer perder el interés de algún aficionado… Excusas para no querer disfrutar de una entretenida banda sonora.

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El conjunto es tan homogéneo que no hay “un momento” brillante claro. Hay varios. Pero reconozco que me encanta la parte más divertida y cómica inicial, especialmente ese “choque” de culturas que representa a los cavernícolas y a los avanzados con el juego de las voces y la diferencia musical entre unos y otros en momentos como “Bronze Attack” o “Stadium Chase”.

BSOSpirit opina

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Nota media: 7,67

Fernando Fernández (8), Asier G. Senarriaga (8), Óscar Giménez (8), Juan Ramón Hernández (7), Jordi Montaner (7), David Sáiz (8)

 

Música animada cargada de historia… y diversión

A ver. Yo no engaño a nadie. Son un auténtico fanático de la música para animación. Principalmente por la variedad de estilos y formatos que permite englobar, muy adaptada al contenido y tono de la película a la que apoya. Pero principalmente porque suele ser un tipo de proyectos que permiten todo tipo de música. Normalmente muy cargada de emociones, de acción, con mucha diversión y vitalidad. Aparte de que son capaces de soportar cualquier estilo y desarrollo musical que se les eche encima. Y es algo que cuando uno tiene ocasión de ponerse y disfrutar de una banda sonora, termina dejándose llevar y pasándoselo bomba.

Early Man es uno de estos casos. Es el nuevo proyecto de Nick Park, que nos tenía muy abandonados desde Chicken Run en el 2000 y Wallace & Gromit: Curse of the Were-Rabbit en el 2005. Aunque su productora ha seguido trabajando en cortos y proyectos interesantes, especialmente como esa genial Shaun the Sheep, que es una autentica delicia tanto en televisión como en cine (esperando su segunda película para el año que viene). Pero sí que es verdad que tal vez se echaba de menos su toque en las películas para animación en “stop-motion”. Y aquí regresa por todo lo alto con un proyecto que tiene más de un punto de referencia con sus anteriores trabajos, especialmente con Chicken Run. En este caso nos cuentan la divertida historia de un choque de culturas en la prehistoria, cuando los cavernícolas conviven con tribus mucho más avanzadas, pero en los que su sencillez y disfrute de la vida son mucho interesantes que la ambición y prepotencia de los supuestos “desarrollados”. Ellos le permiten a  Park lanzarse a una de sus habituales recargadas de autorrefererencias y guiños por doquier, pero manteniendo ese divertido espíritu cómico y vital del que suelen hacer gala sus películas.

Y uno de esos elementos que sirve de ejemplo, y que es realmente vital para la película, es su banda sonora. Para ello recupera a uno de sus antiguos colaboradores, Harry Gregson-Williams, que al igual que en Chicken Run vuelve a trabajar en equipo con otro compositor, aunque en esta ocasión se trata de Tom Howe, un joven nombre que se añade a los destacados entre la música para el audiovisual y que yo personalmente recomiendo que os apuntéis para los próximos años. Este mismo año y en solitario ya ha dado muestras de su gran capacidad en proyectos como Professor Marston and the Wonder Women o series documentales como Finding Jesus y muchas otras. Colaborador habitual de Rupert Gregson-Williams en proyectos como The Legend of Tarzan, Wonder Woman o The Do-Over, comienza a dar sus primeros pasos en una carrera que es interesante que le prestemos atención.

En esta ocasión su trabajo parece haber sido muy colaborativo, con ambos compositores compartiendo créditos, sin que se señale momentos o créditos separados en la banda sonora. Y la verdad es que el conjunto de la misma es tremendamente homogéneo y muy divertido. Con un sonido clásico, con gran orquesta, coros así como una instrumentación variadísima, el resultado es una de esas bandas sonoras enormemente entretenidas y que se disfrutan en un suspiro. Sí que es verdad que también es de estas bandas sonoras en las que su origen animado hace que precisamente tenga muchos momentos en que la música vaya muy asociada a la acción, pero no lo hace de manera muy exagerada, sino que, aunque en momentos la siga de cerca, la partitura cuente con desarrollos temáticos y melódicos múltiples. Lo suficiente como para hacernos pasar un muy buen rato.

En su parte inicial es donde la música parece seguir ese tono más cercano a la animación. Pero principalmente porque la película se centra en presentarnos ese “mundo cavernícola”, que es el más cómico de los dos. Especialmente cuando se centra en sus dos protagonistas de este lado, Dug y Hognob. En ese sentido es donde la orquestación aprovecha para recargar de elementos tribales la música, con ritmos nunca excesivamente grandiosos ni potentes, pero sí, en muchas ocasiones, con sonoridades muy cómicas. En momentos como “Prehistoric Prologue”, “In the Valley” o “Rabbit Ambush” se pueden escuchar todo tipo de marimbas, percusión metálica, incluso sonidos de muelles y botes que le dan un tono muy divertido. Pero también aprovecha para introducir otros elementos que sirven para reconocer este lado de la historia a desarrollar. Desde ese tono bluegrass o redneck de la música en “Meet Dug”, que identifica a los cavernícolas con la tierra, ya que son cazadores y agricultores, pasando por la utilización del coro con sus tonos más graves en un efecto divertido de refuerzo y ritmo, cantando “Dug” y con una sensación primitiva y tribal muy divertida. Reforzado todo por la inclusión de banjo y percusión, junto a todos los elementos anteriores.

Pero también destacan dos elementos importantes en esta introducción. Por un lado, la presencia de música con un carácter más evocador y delicado, que aquí utilizan los compositores como refuerzo de ese tono pastoral y bueno de los cavernícolas, y que fundamentalmente apreciamos por la utilización de la sección de viento-madera en los segmentos más melódicos, bien sea en su vertiente más clásica como en su vertiente más étnica, aunque con la misma función y sensación. El segundo elemento es el tema principal que los compositores nos presentan en “Dug’s Theme”. Se trata de un tema muy emocional, evocador y memorable, que va a contar con múltiples apariciones a lo largo de la banda sonora, y cuya introducción con vientos y cuerdas, posteriormente reforzada con percusión, es realmente brillante. Especialmente con esa parte final que interpreta el tema en un crescendo a toda orquesta. El tema sirve para proporcionar un genial toque melódico en todas las ocasiones en que Dug decide llevar la voz cantante y actuar, frente a la agresión de Bronze Age City.

A partir de este momento es cuando la banda sonora se completa aportando un sonido y tono completamente diferente. Especialmente con “Bronze Attack” y “City of Bronze” la música toma un cariz mucho más serio y dramático, con un estilo que deja de lado lo cómico y las orquestaciones divertidas. La música se sobrecarga con toda la orquesta en bloque recargando las piezas, con la fuerza de los metales y un grandioso coro. Coro que sirve casi de elemento de enfrentamiento entre las dos vertientes humanas de la historia: los cavernícolas y sus gruñidos, frente al gran coro clásico de la sociedad avanzada. Estos dos temas aprovechan para incorporar referencias tanto de un lado como del otro, enfrentándoles entre si poco a poco. El resultado son divertidas piezas como “Dug in Bronzeland”, que incorpora desarrollos de un estilo, pero orquestadas del tono contrario. Lo que proporciona una variedad y vitalidad muy importante a la música.

Ya establecidas las bases, el resto de la banda sonora va jugando con todos estos elementos temáticos e instrumentales para ir desarrollándose. Con ello nos vamos encontrando con momentos más emocionales e incluso melancólicos como “The Ancestral Call”, “She Shoots, She Scores”, “They Are Not a Team” y “Chief is Down”. Siempre habitualmente relacionado con las acciones de los cavernicolas y los momentos más bajos en los que parecen caer en la desesperación. Por otro lado, momentos de suspense y aventura como “The Message Bird”, “Stealing Footballs” o “Challenge the Champions”, en los que la orquesta crea esos momentos de tensión y expectación en los que la trama va a irnos descubriendo momentos clave de la historia. Momentos que suelen dar paso habitualmente a explosiones de acción, que son realmente brillantes y emocionantes, así como cargadas de gran energía. Sólo hay que escuchar “Bronze Attack”, “Stadium Chase” o “Harp Escape” para dejarse llevar de estos momentos, y otros más puntuales. La idea es que la música nos va a ir llevando a ese enfrentamiento final que va a resolverse en un frenético… partido de fútbol. Y es que el espíritu inglés tenía que surgir por algún lado (no en vano el título original de la película era “Early Man-United”. Los futboleros captarán la referencia enseguida).

Toda la parte final de la banda sonora, por lo tanto, va preparándonos y dirigiéndonos hacia ese enfrentamiento. Para ello nos presenta un prólogo de preparación que recorre todas las emociones posibles de la película en la pieza más larga de toda la banda sonora (“Revelations in the Tunnel”) que se convierte en la introducción al partido. Pero al mismo tiempo provee de emoción y sentido al mismo, especialmente con el tono heroico y noble que destila la pieza. Con ello, tras la divertida fanfarria (“Royal Game Day”) sobrecargada de pompa tradicional inglesa y que sirve de introducción al mismo, la partitura se desata emocionalmente. “Forfeiture and Humiliation” recarga de melancolía el violín y las voces, junto al sonido de campanas y tono lánguido, en el que parece que los protagonistas marchan a una ejecución. Pero que posteriormente recupera el tono épico y heroico con “Do It For the Valley”, para dar paso a la acción y la diversión de “The Final Game”, una pieza en la que acción, tema principal, enfrentamiento entre coro y voces, entre cavernícolas y avanzados, va construyendo poco a poco un momento de intensidad que estalla de manera conclusiva en “Hobnog in Goal” con un brillante final lleno de suspense y fuerza que lleva a la victoria con el tema principal y el retorno del banjo y las voces.

La verdad es que la banda sonora es realmente muy entretenida, con varios momentos brillantes y muy divertidos, a la que sólo cabe achacarle un final un poco repentino, que parece quedarse corto tras “Trophy Presentation”, probablemente por culpa de las canciones que acompañan a los créditos y que en la banda sonora se encuentran incluidas al principio en vez de al final. Pero tampoco perjudica en absoluto el desarrollo de una divertida partitura que recupera mucho el espíritu de Chicken Run, musicalmente hablando, y que proporciona bastantes minutos de diversión.