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La peste

(The Plague)
Julio de la Rosa
     
Año:   2018
Sello:   Quartet Records
Edición:   Doble CD
Nº Tracks:   17
Duración:   133:26
     
Ficha IMDB
Web del Compositor
 

 

Reseña por:
Juan Ramón Hernández

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1. La Peste – Parte I (39:22)
2. La Peste – Parte II (27:12)
3. La Peste – Parte III (34:02)
4. La Peste – Parte IV (32:49)

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«La Peste – Parte I»

 

«La Peste – Parte III»

 

«La Peste – Parte IV!»

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Lo arriesgado de la apuesta del compositor para retratar una historia de época y lo hipnótico de su música en algunos pasajes.

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Particularmente, echo de menos más desarrollo temático para que la música hubiera podido retratar a los cuatro principales personajes.

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«La peste – Parte I».

BSOSpirit opina

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Nota media: 5,50

Josep Manel Blanch (6), Fernando Fernández (7), Asier G. Senarriaga (4), Óscar Giménez (3), Ignacio Granda (4), Juan Ramón Hernández (7), Jordi Montaner (7), David Sáiz (6)

 

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Cualquiera que se acerque a La peste y se sumerja en su propuesta reconocerá que algo está cambiando en la ficción española para la pequeña pantalla. Podrá gustar más o menos, porque evidentemente no es serie fácil de digerir, pero lo que es innegable es su apuesta valiente y arriesgada. No se trata de un producto “fast food” hecho para beneplácito de los mandamases de las cadenas televisivas en su lucha encarnizada por arrebatar el “prime time” a la competencia, sino una muestra de que, con libertad, los medios y las personas adecuadas en el proyecto, se pueden hacer grandes cosas en la industria española.

Bien es cierto que 10 millones de euros ayudan mucho a ejecutar lo referido anteriormente, pero no es menos cierto que si no se utiliza hasta el último céntimo de ese dineral para reflejar en pantalla (perdón por la palabras) hasta el más mínimo reguero de meados y mierda en un oscuro callejón o en una de las arterias principales de la Sevilla del siglo XVI algo no se está haciendo bien en dicha producción.

Afortunadamente, no es ese el caso de La peste, en la que Alberto Rodríguez y Rafael Cobos nos presentan una historia coral con una ambientación espectacular, que se va cocinando a fuego lento, un thriller en el que nos van desgranando poquito a poco de dónde vienen los personajes y sus motivaciones, utilizando la plaga que da título a la serie como un macguffin para hablarnos de unas personas que tratan por razones distintas de salir con bien en una de las ciudades más importantes del mundo en aquellas fechas, mostrándonos que la Iglesia, con la Santa Inquisición a la cabeza, seguía haciendo y deshaciendo a su antojo, y cómo las clases privilegiadas sólo buscaban enriquecerse aun a costa de destruir una ciudad por completo sin importar quienes caigan con ella. Prostitución, machismo, el nulo valor de la vida de los niños (hay un par de escenas realmente espeluznantes respecto a este tema)… hay tantas cosas y ricos matices y detalles mostrados en la serie que sería una pérdida de tiempo enumerarlos aquí pudiendo disfrutar de ellos en pantalla.

Pero no sólo la factura técnica y artística rayan a gran altura en La peste. El casting es también un grandísimo acierto en el que veremos a secundarios de lujo como Paco Tous o Manuel Solo y en el que destacan sus protagonistas: Pablo Molinero (Mateo), Patricia López Arnáiz (Teresa), Paco León (Luis de Zúñiga) y el joven Sergio Castellanos (Valerio). Un cuarteto que nos dejará grandes momentos y actuaciones muy convincentes en sus respectivos papeles, siendo para mí gusto el personaje interpretado por el hasta ahora para mí desconocido Molinero, quien se lleva la palma por su contención a la hora de mostrar ciertos aspectos de su personaje, alguien que no encuentra su lugar en el mundo y con ciertos demonios interiores que le atormentan. Un personaje perseguido por la justicia de la Santa Inquisición a causa de imprimir libros prohibidos, que vuelve a Sevilla para cumplir la última voluntad de un buen amigo y es apresado por la Iglesia nada más poner pie en la capital hispalense, aunque su condena puede ser olvidada si ayuda al clero a resolver unos crímenes de tintes diabólicos que asolan la ciudad.

La música de La peste

Nuevamente Rodríguez ha vuelto a contar con su compositor fetiche y quien tan bien entiende su forma de hacer cine, el jerezano Julio de la Rosa, quien lejos de crear lo que casi todo el mundo creería una banda sonora adecuada para este tipo de serie y la historia que se nos cuenta ha escogido un camino experimental y ambiental para con la música que acompaña a las imágenes.

La música de De la Rosa nos transmite la tensión y la oscuridad omnipresentes en la serie y busca reflejar lo apocalíptico de la historia, así como elementos tales como la enfermedad, religión, oscuridad, pobreza, maldad, temas que son muy actuales también a día de hoy. El compositor, durante los cuatro bloques que dan forma al score, aúna la música de instrumentos contemporáneos como la guitarra eléctrica y efectos sonoros sucios, raros, rayando en lo malsano con instrumentos de época como la mandolina y el monocorde, lo que hace de esta banda sonora algo inclasificable, tóxico pero a la par hipnótico en su desarrollo y utilización.

A partir de una armonía que escuchamos interpretada por el monocorde, De la Rosa utiliza dicha armonía en todos los instrumentos para poder ir mezclándolos con todo el sentido e intención cuando las imágenes requirieran la música o sonido que director y compositor buscaban para las escenas y secuencias de la serie, construyendo y destruyendo en la banda sonora a lo largo de toda la historia, al igual que se haría con un juego de bloques de los que cualquiera tenemos en casa y en donde el leitmotiv, por llamarlo de alguna manera y sobre el que vuelve el jerezano una y otra vez en su música, es esa especie de melancolía que acompaña al personaje de Mateo, dibujada por el sonido de la guitarra eléctrica principalmente, ya que las cuatro piezas de la banda sonora están interpretadas por muy pocos instrumentos, y donde la música incidental y la diegética se acoplan y fluyen como una sola a lo largo de toda la partitura y la serie.

Vista por segunda vez no puedo más que aplaudir y alabar la valentía de De la Rosa al crear este tipo de banda sonora tan fuera de lugar en una serie e historia de estas características, y aunque a veces pueda parecernos repetitiva o de mero acompañamiento, en mi opinión es un personaje más en la trama que ayuda a engrandecer la serie y su ambientación, así como una gran muestra del carácter de compositor y director, o de la libertad de la que ambos han disfrutado a la hora de crear algo muy distinto a lo visto y escuchado hasta ahora en la ficción española para televisión.

Como comentaba al principio, para bien o para mal, no dejará a nadie indiferente, y eso ya es algo muy muy bueno.

Para finalizar, si antes comentaba la valentía de Julio de la Rosa para presentar una banda sonora con cuatro temas de 30 a 40 minutos de duración, no es menos valiente la apuesta de José María Benítez a la hora de editar un trabajo de estas características a través de su sello Quartet Records, con el que siempre arriesga para traernos no sólo bandas sonoras comerciales sino también cosas distintas como La peste.