Hay algo único en el compositor británico. Algo que va en su sangre. Independientemente del estilo musical que adopte. Haced un listado mental de vuestros preferidos y veréis que siempre entregan un producto de una elegancia y una calidad muy por encima de la media. Yo pienso en mis favoritos: Murray Gold, David Arnold, el desaparecido John Barry, John Scott, Craig Armstrong, Rachel Portman, John Powell o Debbie Wiseman, y todos han sabido adaptarse al proyecto asignado, aportando su sello personal y una calidad fuera de toda duda.
Para el último trabajo de Debbie Wiseman, A Poet in New York, la compositora inglesa, sigue confirmando esa ley imaginaria. Debbie demuestra por enésima vez que ha nacido para esto. A veces se nace, otras se hace. Pero en el caso de Debbie, su talento innato le posiciona en una situación que difícilmente otros colegas de la industria pueden disfrutar. Es capaz de dar una música elegante, llena de melodía, matices, con vida propia, independientemente del proyecto que toque. Es de esos compositores de música de cine que son incapaces de entregar, no ya una banda sonora mala, sino una banda sonora sin personalidad, de esas que tanto pueblan nuestros días actuales de aficionado.
El tratamiento que lleva a cabo Debbie para componer este, su último trabajo, es variado. Por un lado tenemos música de claro corte clásico, que ella domina como pocas. Por otro, un tratamiento jazzístico que tan bien le pega a este proyecto. Y finalmente, lo que personalmente mas he disfrutado, esas composiciones tan llenas de melodía e inspiración, con temas mas orquestales que más fieles son a su estilo, que tanto y tan bien desarrollo en la época de los ochenta-noventa.
A Poet in New Yorkes una producción de la BBC que aprovecha el centenario del nacimiento del celebre poeta galés Dylan Thomas. Este, después de un desastroso matrimonio y su apego en exceso a la botella, decidió ir a Nueva York donde recibió el reconocimiento que se merecía.
En cuanto a la banda sonora, el productor ejecutivo de la cinta, Griff Rhys Jones, destaca que «Los motivos de amor y pérdida, de degradación y agitación, son desarrollados perfectamente por la maravillosa música de Debbie Wiseman. Una delicada respuesta a la poesía, una evocación a la pura fuerza lírica de ese amor que Dylan profesaba por los campos galeses, el sentido de continuo movimiento y el febril entusiasmo de la Nueva York de 1953″.
El director de la película, Aisling Walsh también se suma a los elogios al trabajo realizado por Debbie al decir que «Su partitura es lírica. Conecta emocionalmente a la perfección y posee ecos de la belleza poética de Dylan Thomas«.
No puedo estar más de acuerdo con estas dos afirmaciones. Por un lado Debbie sabe plasmar el ambiente cultural, creativo, fascinante, de centro del mundo que New York fue en esta época (y en pasadas) gracias a ese acercamiento jazzístico con temas como «Fabulous Filthy City». Luego esa conexión con la melancolía propia del poeta, en temas como «A Poet in New York». Y por ultimo, la llamada de la tierra, Gales, con temas como el bellísimo «Caitlin», tal vez una de las mejores piezas que la compositora ha creado en toda su carrera.
El disco contiene un par de cortes donde Tom Hollander, el actor que interpreta a Dylan Thomas en la película, recita los poemas “Fern Hill” y “Do Not Go Gentle into That Good Night” del autor.
En definitiva, otra maravilla de la compositora. Uno de los mejores discos que podrás encontrar en el mercado. Eso sí, a partir del 28 de abril.
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