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  Much Ado About Nothing

(Mucho ruido y pocas nueces)
Patrick Doyle
     
Año:   1993
Sello:   Epic
Edición:   Normal
Nº Tracks:   24
Duración:   61:03
     
Ficha IMDB
 
 
 
 

Reseña por:
Óscar Giménez

 
1. The Picnic (02:58)
2. Overture (04:21)
3. The Sweetest Lady (02:07)
4. The Conspirators (04:42)
5. The Masked Bal (01:58)
6. The Prince Woos Hero (01:20)
7. A Star Danced (02:46)
8. Right She Shall Be (01:44)
9. Sigh No More Ladies (01:59)
10. The Gulling Of Benedick (03:13)
11. It Must Be Requited (02:01)
12. The Gulling Of Beatrice (01:42)
13. Contempt Farewell (01:38)
14. The Lady Is Disloyal (02:18)
15. Hero’s Wedding (00:48)
16. Take Her Back Again (03:11)
17. Die To Live (04:45)
18. You Have Killed A Sweet Lady (03:04)
19. Choose Your Revenge (01:51)
20. Pardon Goddess Of The Night (04:34)
21. Did I Not Tell You (01:43)
22. Hero Revealed (01:28)
23. Benedick The Married Man (02:09)
24. Strike Up Pipers (02:43)
 
 

«Overture»

«Sigh No More Ladies»

«Pardon Goddess of the Night»

«Strike Up Pipers»

 


La demostración del talento de Doyle para grabar preciosas melodías en las neuronas del aficionado.


Tal vez que la sobreutilización de los dos motivos principales.


«Overture».

 

 
Un canto a la alegría de vivir
 

«Sigh no more, ladies, sigh no more;
Men were deceivers ever;
One foot in sea and one on shore,
To one thing constant never;
Then sigh not so,
But let them go,
And be you blithe and bonny;
Converting all your sounds of woe
Into. Hey nonny, nonny.

Sing no more ditties, sing no mo,
Or dumps so dull and heavy;
The fraud of men was ever so,
Since summer first was leavy.
Then sigh not so,
But let them go,
And be you blithe and bonny,
Converting all your sounds of woe
Into. Hey, nonny, nonny»

(«No suspiréis más, señoras, no suspiréis.
Los hombres siempre fueron embusteros;
Un pie en el mar, otro en la orilla;
Jamás constantes en nada.
No suspiréis, pues, de ese modo,
Sino dejadlos ir
Y sed alegres y despreocupadas,
Convirtiendo todos vuestros lamentos
En algarabía.

No cantéis más canciones,
No cantéis más sobre vuestras tristezas y pesares.
La mentira del hombre siempre fue la misma
Desde que son frondosos los veranos.
No suspiréis, así por tanto,
Y dejadlos marchar
Y sed alegres y despreocupadas,
Convirtiendo todos vuestros lamentos
En algarabía»)

altCon este poema inicia William Shakespeare su obra Mucho ruido y pocas nueces, planteando desde el primer momento que la «guerra de sexos», y el amor que lleva implícito, constituyen los cimientos del texto. Más aún si justamente acabado de recitar el poema, irónicamente, se anuncia la llegada de los hombres que vuelven de la batalla y todo se convierte en una escena donde la alegría de vivir brilla por encima de todo.

Mucho ruido y pocas nueces fue la tercera colaboración de Patrick Doyle con Kenneth Branagh, tras Enrique V y Morir todavía, y la segunda basada en una obra de Shakespeare que hicieron juntos. Después vendrían Hamlet, Love’s Labours Lost y As You Like It.

Ambientada en época renacentista, Mucho ruido y pocas nueces comienza con la llegada de un grupo de caballeros comandados por Don Pedro (Denzel Washington) a una villa de Messina cuyo dueño es Leonato (Richard Briers), donde pretenden pasar un mes de descanso antes de volver a la guerra.

altLa historia relata dos tramas amorosas paralelas. Por una parte, el cortejo de Benedicto (Kenneth Branagh) y Beatriz (Emma Thompson), pareja de gran ingenio y lengua afilada que cae en las redes de Cupido gracias a la trampa tejida por el resto de personajes. La otra historia de amor tiene lugar entre el caballero Claudio (Robert Sean Leonard) y Hero (Kate Beckinsale), pero se desarrolla trágicamente debido al deseo del amargado Don Juan (Keanu Reeves), hermanastro de Don Pedro, quien sólo desea la infelicidad de los demás. La conspiración urdida por Juan provoca que Hero sea rechazada por su prometido en el mismo altar, y que su familia simule su muerte hasta que se restaure su honor, para que acabe todo en un final feliz.

altLos constantes enredos y desenredos muestran la gran facilidad de Shakespeare para los diálogos punzantes y para mostrar otras facetas del alma humana como la envidia, la amargura, la tragedia, aunque finalmente el amor y la felicidad triunfen por encima de ellas.

Todo ello viene reflejado en la magnífica partitura de Patrick Doyle, que ha dejado dos temas principales grabados para siempre en la memoria del aficionado.

Curiosamente, el primero de esos temas, que escuchamos al principio de todo, interpretado con arpegios de guitarra y violonchelo mientras Beatriz recita el poema del principio, fue un tema creado para Morir todavía y al final descartado. Sin embargo, tal como explica el propio Doyle, le gustaba tanto a Kenneth Branagh que se le metió en la cabeza convertirlo en tema principal de Mucho ruido y pocas nueces, pese a la oposición del propio compositor. «Ken vino con esa idea -explicaba Doyle hace unos años en una entrevista- que yo consideré loca al principio. Sentía que era un poco gratuito, sólo porque le gustaba aquel tema, transformarlo para acompañar a aquellas palabras tan famosas. Pero cuando a él se le mete una idea en la cabeza, se engancha a ella y es muy difícil que la abandone, y al final me convenció de que podía funcionar».

Algunos cambios en la melodía para ajustar el texto del poema permitieron que finalmente se transformara en la que hoy conocemos como la canción «Sigh No More, Ladies», que el propio Doyle interpreta en la película, cuya escena está rodada en un solo plano circular.

altEl otro gran tema, habitualmente menos festivo y más dramático, también se presenta en forma de canción. Es «Pardon Goddess Of The Night», dedicado a la joven Hero, que el conde Claudio cree muerta. Es otra maravillosa melodía que escuchamos con múltiples variaciones en muchos momentos a lo largo de la banda sonora, triste en «Contempt Farewell» y «You Have Killed a Sweet Lady», o alegre en «Hero’s Wedding».

Aparte de esos dos temas, destaca por encima del resto la obertura, una pieza espléndida que desarrolla magistralmente todos los motivos musicales del score adaptándose con perfección milimétrica a las imágenes de la llegada de los caballeros de Don Pedro a la villa, cómo las mujeres se acicalan para recibirlos, cómo los hombres se lanzan al agua para estar presentables y cómo finalmente se reúnen en formación huéspedes e invitados, todo ello mostrado con planos muy rápidos de apenas uno o dos segundos de duración. La adaptación de música e imagen está tan conseguida que uno pensaría que se montó sobre el tema musical ya compuesto. Pero no fue así, tal como explica el propio Patrick Doyle, afirmando que sintió una enorme presión a la hora de componer esta pieza, ya que las imágenes eran «como si te dispararan cuatro pistolas al mismo tiempo sin descanso».

altEs interesante comprobar cómo en la «Overture» Doyle quiso plasmar musicalmente la feminidad y la masculinidad de la película, alternando sonidos más suaves con otros más marciales.

Pero una de las características técnicas más interesantes, según explica Doyle, es la presentación de los siete hombres a caballo mientras se acercan a la casa de Leonato, con imágenes muy rápidas de los jinetes uno a uno. Reconoce que le costó mucho conseguir una idea válida para esos breves planos, cuya duración no era exactamente regular. Finalmente, se le ocurrió presentarlos mediante el uso de los cuernos, como si fueran soplados por heraldos que anunciaran su llegada, utilizando un compás de 3/4, que alteró ligeramente con la ayuda de su editor musical. «En otras palabras -dice Doyle-, no es estrictamente un compás de 3/4, sino que se estira un poco para que se ajuste perfectamente a cada plano». También dice que hubiera sido mucho más fácil llamar al montador de la película y pedirle que los planos tuvieran idéntica duración para favorecer la inclusión de la música, pero Doyle quiso asumir el desafío con las imágenes ya montadas.

altAdemás de los temas ya comentados, hay una preciosa melodía de aire calmado para la joven Hero, que escuchamos en «The Sweetest Lady». También es de destacar la danza de época ideada por el compositor, a modo de giga, para el baile de máscaras.

Los malos de la función, Don Juan y sus dos secuaces, Borachio y Conrado, tienen su tema en «The Conspirators», un motivo más sombrío y siniestro.

Algunas de las piezas, empleando las melodías principales con cierto toque de mickeymousing, subrayan los momentos cómicos, como aquel en que los personajes tienden el engaño para hacer creer a Benedicto y Beatriz que cada cual está enamorado del otro –«The Gulling of Benedick» y «The Gulling of Beatrice»-, así como los monólogos de ambos protagonistas acerca de su hombre y mujer ideal, como en «It Must Be Requited».

altAdemás de algunos pasajes más dramáticos, representados con cortes como «The Lady Is Disloyal» o «Die to Live», figuran las piezas que resaltan esa felicidad bucólica, esa joie de vivre, que dirían los franceses. Además de la obertura, cabe destacar «Contempt Farewell», con el «tema de los heraldos» que acompaña la imagen de felicidad de Branagh dando patadas al agua de la fuente y a Thompson en el columpio, finalizado de manera potente con el motivo de «Sigh No More». En el mismo contexto se puede citar «Benedick the Married Man» y, en especial, la interpretación final por todo el reparto de la canción principal en «Strike Up the Pipers» -también un solo plano de más de dos minutos y medio-, que cierra la película dejando al espectador con un muy buen sabor de boca. 

(Reseña recuperada de la antigua web de BSOSpirit)