El pasado sábado 17 de septiembre tuve la fortuna de estar presente en el concierto de música de cine del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Se trata de un evento que viene realizándose en los últimos años en el Festival y que se ha centrado en los compositores españoles, exponiendo al público las obras de los músicos de cine nacionales que de otra manera pasarían desapercibidas para la mayor parte del público. Puede asistir hace unos años al fabuloso concierto que en le seno del Festival, y con ocasión del estreno de Lo imposible, Fernando Velázquez dirigió en Donostia, pero no había podido asistir al anterior concierto que tuvo lugar en el Velódromo de Anoeta, aunque había oído sólo cosas buenas del evento y pienso que es una iniciativa, de promoción de la música de cine, que debe apoyarse de todas todas.
Así que, ni corto ni perezoso, cogí los bártulos y me planté, junto con varios buenos amigos en mi adorada Donostia, dispuesto a disfrutar de una buena mañana de cine.
Desde mi punto de vista el concierto fue un éxito: David Hernando Rico dirigió con soltura la Euskadiko Orkestra Sonfonikoa junto con el Orfeón Donostiarra, la sonorización y amplificación fueron modélicas y el programa bien variado y equilibrado, con una duración de una hora y treinta minutos, aproximadamente.
Empezó el evento con una vieja conocida, la monumental suite de Alatriste, compuesta por Roque Baños, con un muy entonado Orfeón, aunque la ejecución no hizo olvidar aquella mágica noche de hace unos años en el Hospital de Santiago de Úbeda o en el Auditorio Nacional de Madrid, donde Roque Baños, con su energía característica, casi hundió del techo del local.
Aunque quizás algo larga y no del todo estructurada, fue una gozada disfrutar de la suite de Mi Gran Noche, compuesta por Joan Valent (con arreglos de Roman Gottwald), destacable trabajo inédito en edición discográfica que hizo vibrar al público con su ritmo de caótico jazz a la par siniestro y alocado.
Pudimos disfrutar también de una compacta suite de Lobos de Arga, del compositor gallego Sergio Moure, además de una suite divida en dos partes del film de animación El Ladrón de Sueños, de Pascal Gaigne, ambas muy disfrutables.
El plato fuerte del concierto para quien esto escribe fue la suite de Libertarias, de uno de nuestros compositores decanos, José Nieto, pieza de arquitectura férrea, con una primera parte lírica, bellísima, y una segunda de una gran fuerza épica, en la que la Orquesta y el Orfeón brillaron, bajo la dirección del Maestro Hernando. ¡A las barricadas!
No menos sorprendentes fueron las últimas piezas del concierto, las adaptaciones de dos temas de Mikel Laboa, para La pelota vasca: Txoria-Txori y Baga, biga, higa. La verdad es que la combinación de imagen y música fue probablemente la más conseguida de la mañana y las piezas arregladas por Carlos Puig-Hatem brillaron en el Velódromo de Anoeta, tanto que el Maestro decidió repetir la segunda de las piezas de este bloque final. Una decisión inusual, pero que el público sin embargo agradeció. Aquí debe destacarse la intervención del solista masculino y de hecho de todo el Orfeón.
Si al fantástico concierto le añadimos una oportuna visita a una sidrería en buena compañía y encuentros con amigos de aquí y de allá, el día no pudo resultar mejor.
Con agradecimiento a Gorka Oteiza por coordinarnos tan bien y a Óscar Salazar y Asier G. Senarriaga por la hospitalidad.
David Sáiz Bonastre
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