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  Whiplash

 
Justin Hurwitz y Tim Simonec
     
Año:   2014
Sello:   Varèse Sarabande
Edición:   Normal
Nº Tracks:   24
Duración:   55:00
     
Ficha IMDB
 
 
 
 

Reseña por:
Jordi Montaner

 
1. I WANT TO BE ONE OF THE GREATS- Snare Liftoff (00:43)
2. Overture (03:19)
3. Too Hip To Retire (03:04)
4. Whiplash (01:55)
5. Fletcher’s Song In Club (01:29)
6. Caravan (09:15)
7. IF YOU WANT THE PART, EARN IT- What’s Your Name (01:30)
8. Practicing (01:43)
9. Invited (00:54)
10. Call From Dad (00:40)
11. Accident (05:22)
12. Hug From Dad (01:14)
13. Drum & Drone (01:34)
14. Carnegie (00:36)
15. Ryan , Breakup (00:31)
16. Drum Battle (02:10)
17. Dismissed (02:46)
18. HE WAS A BEATIFUL PLAYER- Good Job (01:29)
19. Intoit (03:21)
20. No Two Words (01:41)
21. When I Wake (03:52)
22. Casey’s Song (01:57)
23. Upswingin’ (02:12)
24. REHEARSAL MEDLEY- First Nassau Band Rehearsal , Second Nassau Band Rehearsal , Studio Band Eavesdrop , Studio Band Rehearsal After Breakup (01:34)
 
 

«Overture»

«Caravan»

«Rehearsal Medley»

 


La perfección es el detonante de este psicodrama musical. La música debe sonar perfecta y lo hace… El Oscar al mejor sonido no es ningún eufemismo.


La cinta es bastante tramposa… Que nadie crea que se trata de una película DE jazz, ni que la pedagogía del jazz discurre por las líneas aquí trazadas… Tampoco las piezas musicales escogidas, pese a su condición de «clásicas» (como «Caravan»), resultan representativas del panorama jazzístico… Para que nos entendamos: Whiplash es al jazz lo que mis reseñas de bandas sonoras son al universo de la música de cine.

Algo más, la cronología de temas musicales en el disco no se corresponde para nada con la película, lo que aún acentúa más la sensación de que cinta y disco deambulan por derroteros distintos.


«Caravan». Contraviniendo todas las reglas de la construcción cinematográfica, Whiplash sitúa su clímax en la escena final de la película. Nunca se ha visto en pantalla una ejecución de batería tan perfecta ni tan arriesgada… Deja sin palabras.

BSOSpirit opina

Nota media: 7,12
 
Ángel Aylagas (6), Fernando Fernández (5), Asier G. Senarriaga (8), Óscar Giménez (8), Ignacio Granda (8), David Martínez (8), Jordi Montaner (7), David Sáiz (7)
 

 
Jazz urbanita de los setenta
 

altDos compañeros de habitación en un colegio mayor; uno va para director de cine y otro para batería de jazz… No son Iñárritu y Sánchez… El tema es que ambos desean sacar lo mejor de sí mismos tejiendo una historia sobre dar lo mejor de uno mismo, pasando de corrección pedagógica y con ánimo de hacer cine intrusivo, impertinente, gamberro y tocapelotas.

Una vez más certifico la necesidad de visionar con atención la BSO que reseñamos antes de reseñar… Escuchando el disco uno se relaja, se retrotrae a las bandas de jazz de los primeros setenta en Nueva York, muy influenciadas por la composición clásica e integradas por músicos de familias altricas que habían estudiado en escuelas muy caras (algo meridianamente alejado de la verdadera naturaleza del jazz), impecables en su ejecución, en su melodioso porte y con una rítmica más caribeña y brasileña que genuinamente africana… Era el jazz de Blood, Sweat and Tears, Stan Getz, Paul Desmond, Gil Evans o Lalo Schifrin. Un jazz muy emparentado con la concepción orquestal de Duke Ellington y en el que, todo hay que decirlo, la batería tenía un tercio de ejecución mucho menor que los vientos, los metales o los pianos y las guitarras.

altVolvamos donde habíamos quedado: Damien Chazelle (director) y Justin Hurwitz (músico de jazz) se alían en un brindis por los viejos tiempos y deciden emprender el rodaje de una película intensa, provocativa. Cuentan con un secundario de primera fila, J. K. Simmons (justo merecedor del Oscar), y con un orquestador que es casi como la sombra de Michael Giacchino: Tim Simonec… El resultado, pese a todo, es una banda sonora un poco por encima de la película que acompaña. Simonec, además, disgrega lo puramente jazzístico con algún que otro tema más en la lína de la música de cine de hoy.

La BSO remite con candor a lo mejor de Schifrin, evocando un clima cálido en las noches de la ciudad que nunca duerme. El peso de los metales anda muy por encima del de las percusiones en muchos cortes y el jazz resultante desprende candor, esplendor, buen rollo… Todo lo contrario de la película. Es la ley del contrapunto musical en el cine.

altWhiplash es mucho más un excelente disco de jazz urbanita de los setenta que una buena banda sonora. Con todo, insisto, la música (y, particularmente, la interpretación de la batería a cargo de Hurwitz) roban todo el buenhacer interpretativo y dramático del protagonista; sus lágrimas, su sudor y su sangre no pueden frente a la potencia con la que el desenfreno musical y rítmico secuestra toda la película y la subyuga.

En resumidas cuentas: si os gusta el jazz, haceros con el disco; si os gusta ver cómo la realización de un largometraje reta a la buena música y pierde por goleada, visionad Whiplash.