Puntúa esta banda sonora

 

 

  Red Krokodil

 
Alexander Cimini
     
Año:   2014
Sello:   Kronos Records
Edición:   Normal
Nº Tracks:   13
Duración:   45:33
     
Ficha IMDB
 
 
 
 

Reseña por:
Fernando Fernández

 
1. C-Age (3:39)
2. Red Krokodil Main Theme (5:53)
3. Alone (2:35)
4. My Wounded Body (2:13)
5. My Little Green Crocodile (2:21)
6. Endless Roads (3:02)
7. My Mind (1:59)
8. Reflection in the Water (2:15)
9. Prologue (2:49)
10. W(T)Omb (5:13)
11. Capucetto6 (compuesta por G. Verdinelli) (3:33)
12. The Window (2:56)
13. Passion and Love? (de la película “Hyde’s Secret Nightmare) (7:05)
 
 

«Red Krokodil Main Theme»

«Alone»

«The Window»

De la película Hyde’s Secret Nightmare:

«Passion and Love?»

 


Claramente, la forma incluso excesiva de buscar emocionar a quien está escuchando la música. En muchas ocasiones los aficionados se quejan de la manipulación que una melodía o una película buscan en quien las escucha, pero cuando esa es precisamente la idea principal de la misma, sin engaño o pretendiendo ocultar dicha manipulación, lo que queda es disfrutar de ello.


El contrapunto, evidentemente, son los momentos más atmosféricos. Pero principalmente, se hace más extraño la mezcla de diferentes piezas de diferentes proyectos. Ya que, aunque el sonido general sea cercano al del conjunto, es inevitable sentir la sensación de diferencias en los arreglos, orquestación y sonido. El más extremo probablemente sea “Cappucetto6”, que se nota totalmente fuera de lugar en la banda sonora.


Principalmente, por conseguir servir de representación de los elementos emocionales principales de la banda sonora, “Red Krokodil Main Theme” es una de esas piezas arregladas en forma de suite que uno podría escuchar varias veces seguidas sin cansarse de ella. La muestra perfecta de la calidad de esta banda sonora.

 

BSOSpirit opina

Nota media: 8,33
 
Fernando Fernández (8), Rubén Franco (9), Asier G. Senarriaga (8), Óscar Giménez (8), Ignacio Granda (9), Juan Ramón Hernández (8)
 

 
Música de la tristeza y la desolación
 

altEsta es una de las cosas que más me gusta de escribir sobre música y poder transmitírselo a los aficionados: hacerles llegar al menos la curiosidad por nuevos compositores sobre los que a lo mejor no se les presta demasiada atención, y proyectos que a priori podían no ser en absoluto atractivos para ellos. Este es uno de ellos. Red Krokodil es una de esas películas que de seguro va a ser complicado que pueda llegar a los aficionados, a menos que lo haga a través de los circuitos de los festivales fantásticos o el boca a boca. Y para aquellos interesados que conozcan la publicación de su banda sonora y quieran investigar un poco, a ver qué se esconde en ella, su trama (a priori) es evidentemente una que asusta.

La película nos sitúa en una época posnuclear (con imaginería similar a la que podríamos identificar con Chernobyl) en la que vamos a ser testigos del desmoronamiento físico y mental de un adicto a la droga que da título a la película. Para los que no conozcan los terribles efectos de la desomorfina, (conocida como ‘droga cocodrilo’ en Rusia, de ahí el nombre de la película), simplemente les basta poner la palabra “krokodil” en Google y ver las imágenes resultantes. Una pista para los sensibles, la portada del disco se queda corta para describirla.

altO sea, que hablamos de una película sobre un futuro en ruinas en la que también vamos a ser testigos de la ruina personal, interior y exterior, de un drogadicto. En principio el tema no parece lo más mínimamente atractivo para una partitura que nos ofrezca algo más que atmósfera o música deprimente. Si algo me gustaría que consiguiera esta reseña es que, por lo menos, le dierais una oportunidad a la banda sonora y la disfrutarais. No hay necesidad de seguir leyendo si no queréis. Pero al menos que os asalte la curiosidad de saber el porqué de la alta valoración que le otorgo, y que os fiéis de mi palabra. No he tenido oportunidad de ver la película. Y reconozco que a priori se me hace difícil interesarme en ella por la dureza de su tema. Pero sí que no puedo dejar pasar la oportunidad de agradecer al propio compositor el haber tenido la oportunidad de conocerle, a él y a su música. Porque esta banda sonora sí que es una auténtica joya a descubrir.

altLa partitura es un reflejo perfecto de dos ambientes totalmente contrapuestos. Por un lado la aridez y desolación de la situación en que se desarrolla la historia, y por otro, la emoción y soledad del protagonista que se encuentra en dicha situación. Puede parecer extraño, pero la conjunción de ambos elementos funciona perfectamente, creando un conjunto cargado de una sensación de ensoñación y extrañeza. Para ello los recursos de Cimini se centran en un trabajo totalmente orquestal, en el que aprovecha para dar de sí el máximo, especialmente en el aspecto más humano de la música.

Los elementos más atmosféricos y vanguardistas de la partitura pueden ser los que causen más miedo en el aficionado. Sinceramente, no son en absoluto excesivos ni exagerados. El protagonista de la película sufre toda una serie de alucinaciones y pesadillas causadas por la droga, para las que el compositor compone una música árida, dura y cargada de atmósfera y ambiente. Desde la inicial “C_Age”, en la que la orquesta desarrolla sonidos e instrumentación muy cercanos a la música contemporánea. Con presencia de percusión metálica y clusters de sonidos apabullantes en las cuerdas, muy cercanos a los que escucharíamos en una película de terror. Y además con una sensación ominosa de intensidad creciente. Curiosamente, la música fue compuesta por Cimini para otro proyecto, pero el director la aprovecha y utiliza en bastantes momentos de la película para acompañar las pesadillas que mencionaba anteriormente.

alt“Endless Roads” sería otra de estas piezas. La orquestación y el sonido son muy diferente al del resto de la banda sonora, y también principalmente buscando marcar atmósfera. Aunque en esta ocasión el sonido tiene un carácter más de ensoñación, con esas delicadas notas de piano como desgranándose a lo largo de la pieza y acompañando a su base ambiental. “Cappucetto6” (que sólo se encuentra en su edición en CD físico) continúa esta línea, pero se trata de la pieza más fuera de lugar de toda la banda sonora, con una especie de cacofonía ordenada de motivos de diverso tipo. Se aprecia bastante bien que el autor es un compositor diferente.

altQuitando estos elementos recién comentados, el resto de la banda sonora es una auténtica delicia para todos aquellos aficionados que les guste disfrutar de melodías cargadas de emoción y marcadas por diferentes solos como base central de las piezas. Solamente un par de de ellas parecen estar cargadas con un elemento más dramático y serio, con pequeños momentos más similares a las primeras que comentaba.  Momentos como “My Mind”, “My Wounded Body” o “W(T)omb”. Esta última con un estilo y orquestación que encaja perfectamente con el grueso de la banda sonora, mezclando los dos mundos de la misma. Sólo su tono parece ser algo más oscuro. Aparte de realizar referencia a la música contemporánea, como la pieza inicial, en su parte central, la pieza aprovecha al máximo el juego de voces y la languidez del sonido del chelo para cargarla de una dimensión mucho mayor. Especialmente cuando la pieza recupera el tono emotivo en su parte final.

altEl solo chelo proporciona ese carácter de mayor de gravedad y drama a la música, pero además variedad a ciertos momentos de la misma. “Prologue” es muestra de esta capacidad. La música (a pesar de su título) acompaña a una de las visiones recurrentes del protagonista en donde un niño es el elemento central. Para ello, Cimini introduce la melodía inicial acompañada por un sonido como de campanillas que le da un carácter similar al de una nana. Precioso cómo el compositor sabe jugar con la atmósfera, el drama y la emoción a lo largo de toda la partitura.

altPara esos momentos donde la música se abre, en total contrapunto con la historia a la que acompaña, también utiliza en diversas ocasiones solo violín. Muestra de su capacidad para generar esa sensación de fragilidad, tristeza y melancolía la escuchamos en piezas como “My Little Green Crocodile”, “Reflection in the Water” y especialmente en la espectacular “Alone” (título autodescriptivo del sentimiento de la pieza donde los haya). En esta última, además, destaca cómo en su orquestación podemos escuchar el sonido de una cítara o balalaika, supongo que para indicar el carácter báltico de la historia. Pero en cuanto las voces y el solo de violín inundan la música, la sensación es totalmente desgarradora.

Como elemento conclusivo que finaliza la partitura en un tono tremendamente emocional y optimista, “The Window” trae el último elemento que me queda mencionar. En esta ocasión el elemento solista es el piano, que proporciona un carácter mucho más humano a la pieza, y que junto con la participación de toda la orquesta y las voces crea una sensación de final feliz realmente bonita y que redondea a la banda sonora.

altHay dos piezas que no he mencionado a propósito. Principalmente porque no son exactamente parte de la banda sonora de la película. “Red Krokodil Main Theme” probablemente sea la más destacada del score. En ella Cimini aprovecha para hacer un repaso de los principales motivos y temas melódicos de la partitura presentados en una preciosa suite con el solo de chelo como principal protagonista en un inicio, pero terminando con sólo piano. Además, consigue “cerrar el círculo” de la partitura con un sonido similar al de la pieza final. El resultado es una de esas piezas que estoy convencido que formará parte de cualquier recopilación de lo mejor del año para los aficionados.

altLa otra pieza se podría denominar como un “regalo” en la más amplia acepción de la palabra. “Passion and Love?” es un track no compuesto para esta película, sino para la anterior del mismo director titulada “Hyde’s Secret Nightmare” cuya música fue compuesta por Kristian Sensini. Pero Alexander Cimini contribuyó con esta pieza para dicha película, que no fue editada en su día en la banda sonora correspondiente. Afortunadamente, aquí tenemos la suerte de disfrutar de ella, ya que es realmente muy buena. Su sonido no desentona en absoluto con el carácter emocional de las piezas compuesta para Red Krokodil. Simplemente que la melodía y tema de la misma tienen un sonido algo más serio y dramático, ligeramente diferente al de las piezas anteriores. Pero esta pieza para piano y orquesta puede perfectamente ser disfrutada por sí misma gracias al estupendo juego que dan el cruce de melodías entre orquesta, piano y flauta. Todo un regalo final que redondea esta edición de la banda sonora.

De verdad, y en lo que pueda haber contribuido a haceros descubrir a un nuevo compositor y una estupenda banda sonora, lo celebro. Entiendo que los elementos más atmosféricos nunca son los más atractivos para los aficionados. Pero solamente por la calidad general de la misma y para todos aquellos que no tienen problemas en disfrutar de la emoción que consigue hacernos sentir la música, esta banda sonora va a ser todo un placer descubrirla.