Puntúa esta banda sonora

 

 

  Warm Bodies

(Memorias de un zombie adolescente)
Marco Beltrami, Buck Sanders
     
Año:   2013
Sello:   Red River Entertainment
Edición:   Descarga digital
Nº Tracks:   22
Duración:   58:11
     
Ficha IMDB
 
Web del Compositor
 
 

Reseña por:
Óscar Giménez

 
1. Music for Airport Zombies (03:50)
2. Into the Greenzone (01:30)
3. Back to the Lair (03:35)
4. Zombie March (01:22)
5. Eating Vicariously (3:27)
6. Why Me? (01:13)
7. Run for It (02:23)
8. For a Few Days More (01:08)
9. Bad Brains / Zombie Wacker (02:53)
10. Boney Chase (01:41)
11. I Wanna Hold Your Hand (03:39)
12. Marcus Sees the Light (02:08)
13. Admission to Dream (05:01)
14. Zombie Bros (03:42)
15. Looking for Julie / Balcony Serenade (03:40)
16. Walk through Greenzone (02:03)
17. Entering the Armory (02:41)
18. Run from Dad / Zombies United (02:46)
19. Run! Zombie Saves (03:00)
20. Marcus’ Trump Stumps (01:20)
21. Might as Well Jump (01:59)
22. R Shot Alive (03:10)
 
 

Tema principal en «Music for Airport Zombies»

«I Wanna Hold Your Hand»

«R Shot Alive»

 


Es un trabajo entretenido con algunos temas realmente conseguidos, tanto cuando los autores experimentan con instrumentación del rock de los sesenta como cuando recurren a la orquesta para reforzar el tono humano y romántico de la historia.


Nada en especial si tenemos en cuenta el contexto. Ni la película ni la banda sonora tienen una especial trascendencia, ni tampoco lo pretenden en ningún momento. El score, por tanto, hay que valorarlo como un entretenimiento más que correcto que cumple bien con su función.


“Music for Airport Zombies” como carta de presentación y “I Wanna Hold Your Hand” como punto de inflexión en el argumento y en la música.

BSOSpirit opina

Nota media: 7,14
 
Ángel Aylagas (8), David Doncel (8), Fernando Fernández (9), Asier G. Senarriaga (6), Óscar Giménez (7), Sergio Rivas (7)
 

 
Necrofilia teenager
 

altDespués de “chica se enamora de vampiro” y “chica se enamora de hombre lobo” (Saga Crepúsculo), estaba claro que había que sacar más partido a la idea, por ejemplo con “chica se enamora de alienígena” (I Am Number Four, The Host) o “chica se enamora de chico que vive boca abajo” (Upside Down).

El sex appeal de los vampiros es comprensible. Los licántropos tal vez  segreguen feromonas excitantes. De los extraterrestres podemos inventarnos lo que queramos. Y de los que viven cabeza abajo, pues no sé, pero quizás lo tengan crudo hasta encontrar la postura sexual idónea sin tener que hacerse ningún esguince.

Lo que sí parece más asqueroso es pensar en “chica se enamora de zombie”, con colgajos de carne putrefacta y demás parafernalia repugnante. Pero los escritores y escritoras de novelas románticas para adolescentes no se están de nada y, visto el tirón, Hollywood tampoco quiere por el momento dejar de sacar tajada.

altEn ese punto llega Warm Bodies, película dirigida por Jonathan Levine, basada en una novela de Isaac Marion. ¿La historia? Sencilla. Chico guapete (Nicholas Hoult) convertido en muerto viviente como consecuencia de una pandemia tiene un ramalazo de humanidad y salva de ser devorada a una chica (viva) (Teresa Palmet), que a la postre resulta ser la hija del líder de los humanos supervivientes (John Malkovich). La relación se estrecha cada vez más, lo que sugiere que los zombies –o al menos una parte de ellos- pueden curarse. Los nombres de los protagonistas –Julie ella y “R” él, ya que lo único que recuerda es la inicial- son un más que explícito referente a aquella historia inmortal de Montescos y Capuletos.

altPensar en una historia romántica con zombies tiene un punto absurdo (bizarre dirían los anglosajones y los franceses, aunque en castellano “bizarro” no signifique lo mismo) que da pie a alguna escena gamberra y a unos cuantos gags aceptables. Pero a medida que la película progresa evoluciona de comedia extravagante hacia aventura ñoño-romántica, con la inclusión de alguna que otra escena sonrojante, como la del maquillaje al son de “Pretty Woman”, de Roy Orbison.

Al margen de la gracia que le haga la película a cada cual, los que parecen haberse divertido son los compositores de la banda sonora: Marco Beltrami y Buck Sanders, una pareja que lleva colaborando bastantes años. Sanders ha trabajado con Beltrami como productor musicl, compositor adicional, diseñador de sonido e incluso compartieron la nominación al Oscar por The Hurt Locker hace pocos años.

En el caso de Warm Bodies, los dos firman la banda sonora, un trabajo divertido y con planteamientos bastante interesantes por lo que respecta a experimentación y a desarrollo narrativo.

altEn líneas generales puede decirse que el score se apoya en sintetizadores, orquesta y sonidos electrónicos vinculados al rock psicodélico de los sesenta. Los propios autores explican que afrontaron la tarea como una producción de rock independiente. Usaron sintetizadores vintage para reproducir aquel tipo de sonido progresivo, con apoyo de guitarras eléctricas sampleadas y con pedales de efectos para realzar la cada vez más estrecha relación de la pareja protagonista.

En cuanto a diseño sonoro, tuvieron la idea de arrancar la historia con el sonido que hace la aguja sobre un disco de vinilo cuando acaba la música y sigue girando. Así lo escuchamos al principio de “Music for Airport Zombies” y en otros cortes. Por un lado, puede interpretarse como un homenaje al sonido de los vinilos, como los que pone R en el avión que le sirve de guarida. Por otro, el efecto recuerda al ruido de pies arrastrándose, muy idóneo para las primeras imágenes del zombie adolescente explicando en voz en off quién es y rodeado de muertos vivientes en una terminal de aeropuerto.

“Music for Airport Zombies” sigue con un tono ligero, con apuntes de comedia que contrastan con las imágenes de los muertos vivientes. Cuerdas pulsadas y sintetizadores mantienen el tono desenfadado durante un rato, con varios altibajos –en la película se inserta un fragmento de la canción “Sitting in Limbo”, de Jimmy Cliff-, para evolucionar con guitarra acústica, piano y cuerdas hacia la atractiva melodía que configura el tema principal.

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“Into the Greenzone” es un tema de transición de carácter más dramático que traslada al espectador al centro de la ciudad donde se recluyen los supervivientes, mientras que “Back to the Lair” deambula entre notas de guitarra y sonidos tensos, adornados con funestos efectos electrónicos, para acabar utilizando acordes de cuerdas y notas de guitarra acústica que arropan los primeros destellos de la relación de la pareja.

altUnos cuantos de los tracks siguientes se fundamentan en música electrónica opresiva, fría y atmosférica, pero a medida que progresa el film, el contenido melódico va tomando la iniciativa, ya sea con el empleo de los sonidos psicodélicos antes comentados o con una pequeña formación orquestal. La idea es evidente: lo acústico y lo melódico proporcionan la emotividad que representa la progresiva rehumanización y vuelta a la vida de R y de otros zombies que todavía no están demasiado deteriorados.

Esto ya se aprecia en “For a Few Days More” o en la primera parte de “Bad Brains / Zombie Wacker”, y se afirma completamente en “I Wanna Hold Your Hand”, un buen tema que une orquesta y electrónica, y presenta una emocionante ejecución del tema principal que bien podría estar interpretada por los primeros Pink Floyd u otra banda de finales de los sesenta.
 

altLa rehumanización no es algo exclusivo del zombie protagonista. Otros como su “amigo” M empiezan a recuperar sentimientos y recuerdos, algo que transmite muy bien “Marcus Sees the Light”, con la orquesta subrayando el tono más o menos espiritual de la escena a la que acompaña.
 

“Admission to Dream” incide en la progresiva vuelta a la vida de R y refuerza su relación con Julie, con una interpretación del tema principal onírica y envolvente.
 

altLos zombies revividos están dispuestos a ayudar. La guitarra acústica y las cuerdas otorgan un tono romántico al tema principal en “Zombie Bros”, un buen track que en parte final tiene un reconocible sabor a spaghetti western cuando docenas de zombies se dirigen a la ciudad. Y es que el editor musical utilizó como temp tracks varias piezas de “3:10 to Yuma”, partitura del propio Beltrami. Ese sabor a western italiano se repite en otros momentos, como es el caso de “Walk through the Greenzone” y “Marcus’ Trump Stumps”.
 

“Looking for Julie / Balcony Serenade” desprende un evidente aroma dramático-romántico. Los compositores elaboran un bonito tema de amor que suena en la segunda mitad de este track, con guitarra, piano y cuerdas.
 

altEl último tramo de la cinta sigue esa línea melódica que subraya el componente humano y romántico de la historia, y que musicalmente desemboca en los dos cortes finales “Might as Well Jump” y “R Shot Alive”, con el tema principal como protagonista con versiones de orquesta o instrumentos de rock.
 

No obstante, hasta llegar a ese punto hay que superar algunas escenas de acción. Los enemigos a los que se enfrentan son tanto los humanos armados como los llamados “boneys”, zombies más deteriorados y repugnantes convertidos casi en esqueletos con gastronómicas intenciones. Por lo tanto, también hay temas de acción, un género en el que ya sabemos perfectamente que Beltrami y su colega se desenvuelven como pocos. Ahí están el contundente “Boney Chase” y algunas partes de “Run for Dad / Zombies United” (la parte final, con un crescendo que conduce al tema principal, queda emocionante en el film), “Run! / Zombie Saves” y “Marcus’ Trump Stumps”.

altNo hay duda de que Marco Beltrami y Buck Sanders se lo han pasado bien creando la música para esta película, jugando con su vertiente cómica, usando recursos propios del rock de décadas pasadas y orientando la partitura hacia el tono romántico y esperanzador que predomina avanzado el metraje.

Es posible que dentro de un tiempo poca gente se acuerde de esta película y menos aún de esta banda sonora. Pero el trabajo de Beltrami y Sanders está bien, es divertido por momentos, interesante en otros y cumple a la perfección con su propósito de insuflar vida a los muertos, que no es poco.