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Son of Darkness: To Die For 2

Son of Darkness: To Die For 2


Compositor : McKenzie, Mark
Año : 1991
Distribuidora : Prometheus

Bueno
Tracklist:
  1. Main Title (02:21)
  2. Celia where are You ? (00:37)
  3. Moonlight Ride (01:49)
  4. Bittersweet Love* (01:50) (not used in the movie)
  5. Baying at the Moon (02:52)
  6. Passions (02:10)
  7. Boathouse Chase (02:08)
  8. Condo Kill (01:25)
  9. Chilling Seduction (02:42)
  10. Nina's Dream (01:10)
  11. Wolf Attack (01:45)
  12. The Mansion (01:40)
  13. You Can't Stop Me ! (02:20)
  14. See Tom torture Jane (02:32)
  15. Martin Searches for Nina (01:00)
  16. Tom & Max Fight (03:05)
  17. The Burning Light (01:35)
  18. Farewell (01:20)
  19. Finale (03:14)

Son of Darkness es la secuela de una modesta producción de vampiros de finales de los 80, la cual tomaba influencias de otros thrillers vampíricos de los 80 como por ejemplo Graveyard Shift, así como también de las innumerables aproximaciones “romantizadas” al célebre personaje creado por Bram Stoker o su fuente de inspiración histórica, Vlad Tepes el Empalador.

Esta secuela, concebida dos años después, retoma la historia justo donde terminó en la primera película, y acucia igualmente las influencias anteriormente citadas. Una vez más encontramos al vampiro protagonista caracterizado como una criatura solitaria y enigmática, y al mismo tiempo humanizada, que busca la redención a su condición de vampiro gracias al amor por una mujer mortal.

Este vampiro, que responde al original nombre de Max Shreck, no es otro que el mismísimo Vlad Tepes de la primera película, y es refinado, elegante, culto, seductor y misterioso, como todo vampiro que se precie en una producción de estas características.

En oposición a él encontramos al archienemigo de Vlad, un vampiro brutal que resulta ser su hermano.

Son of Darkness aborda el enfrentamiento entre los dos vampiros sin aportar nada que no se haya visto ya en otras producciones similares como por ejemplo la muy superior Subspecies.

Sin embargo, Son of Darkness se centra especialmente en el vástago de Vlad, concebido en la primera película, y con unos gustos alimenticios un tanto “peculiares”. Una vez más, no aporta nada nuevo, ya que la idea de un vástago de un vampiro y una mortal ya aparece en películas muy anteriores, como por ejemplo Grave of the Vampire (1972).

El único aliciente que ofrece la película es asistir al manido enfrentamiento entre el vampiro bueno y el vampiro malo, a la relación amorosa entre el vampiro bueno (o mejor dicho, su encarnación) y la mortal madre del hijo de éste, y también a la relación materno-filial entre la sufrida protagonista y su hijo.

En definitiva, en Son of Darkness todo es convencional y predecible hasta el hastío, tanto el guión como los anodinos personajes que son incapaces de sustentar una historia con un mínimo de dignidad, aunque no llegue a los extremos de otras bochornosas producciones como Buffy o Revenant. Para ver más información sobre la película, se recomienda el siguiente enlace:

http://www.vampiremovies.co.uk/reviews/sonofdarkness.htm

En cualquier caso, lo más destacable de esta película es precisamente su banda sonora, compuesta por Mark McKenzie. Mientras que el score de la primera película, compuesta por Cliff Eidelman, estaba sustentado única y exclusivamente en el uso de sintetizadores que le conferían una atmósfera muy especial, muy de serie B, para esta secuela McKenzie prefirió apostar por la sonoridad de la orquesta, no haciendo uso tampoco del excelente tema compuesto por Eidelman para la primera película.

Pese a todo, la banda sonora de Son of Darkness es lo suficientemente interesante por sí misma como para que esta ausencia no constituya per se un defecto.

Encontramos principalmente dos temas en esta banda sonora: el primero de ellos podría considerarse como el tema principal, el cual se escucha principalmente y de manera terrorífica e imponente en los estupendos títulos de crédito de la película, realzado por el sonido de un órgano de iglesia.

Este tema aparece desarrollado en todo su esplendor, aunque en una versión más dinámica y enfocada a la acción, o en el corte “Moonlight Ride”, uno de los mejores momentos de todo el score, secundado por una trepidante percusión y la orquesta; el segundo tema es el de amor, y puede escucharse principalmente en el corte “Passions”.

Este corte constituye precisamente el momento de mayor inspiración de todo el compacto. Comienza con una interpretación del tema de amor a piano, para poco después dar paso al tema principal, secundado por coros fantasmales y atemporales.

En resumidas cuentas, Son of Darkness constituye un decente aunque para nada sobresaliente score de McKenzie, el cual cumple con dos fantásticos temas pero cuyo score, a nivel global, no ofrece muchas sorpresas. Es muy funcional dentro de la película, pero en el compactoacaba perdiendo chispa a medida que pasan los minutos.

En cualquier caso, Son of Darkness es un interesante y agradable trabajo de McKenzie, el cual ahonda en el lado más humano y trágico de la relación entre Max y su amor mortal (“Bittersweet Love”, “Passions”) sin abandonar por ello el lado más oscuro y siniestro de la trama (“Boathouse Chase”, “See Tom Torture Jane”...). Para más información acerca de esta banda sonora, se recomienda el siguiente enlace:

http://www.markmckenzie.org/soundtracks/todiefor2.htm

Lo Mejor: Main Titles, Moonlight Ride, Passions.

Lo Peor: aparte de los cortes anteriormente citados, hay poco más que destaque en un correcto conjunto que se limita a cumplir dentro de la película y poco más.

El Momento: Finale, una perfecta combinación de los dos temas del score.

Luis Fernando Rodríguez Romero

 
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