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The Good German

The Good German


Título en español: El Buen Alemán
Compositor: Newman, Thomas
Año: 2006
Distribuidora: Varese Sarabande
Duración: 44:09

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Muy bueno
Tracklist:
  1. Unrecht Oder Recht (Main Title) (2:25) *
  2. River Havel (1:06)
  3. Countess Roundheels (1:22)
  4. Such A Boy (1:36)
  5. Kraut Brain Trust (1:04) *
  6. The Russian Deals (1:11)
  7. A Good Dose (1:11) *
  8. Muller's Billet (0:48)
  9. Wittenbergplatz (0:45)
  10. Trip Ticket (1:41)
  11. Safe House (0:57)
  12. A Nazi And A Jew (1:50)
  13. Dora (2:49)
  14. Kurfurstendamm (0:43) *
  15. The Big Three (1:24) *
  16. A Persilschein (1:35)
  17. Stickball (0:27)
  18. Golem (1:09) *
  19. Atom Bomb (1:30)
  20. The Good German (2:09) *
  21. Hannelore (1:00)
  22. Occupation Marks (1:19)
  23. U-Bahn (1:35)
  24. The Branderburg Gate (1:25) *
  25. Skinny Lena (1:44) *
  26. Rockets For Our Side (1:49) *
  27. Always Something Worse (2:05) *
  28. Godless People (End Title) (2:44) *
  29. Jedem Das Seine (2:49)
* Los mejores temas

Thomas Newman, un compositor con un mundo propio

Thomas NewmanPocos compositores podemos encontrar en la actualidad con la capacidad de crear un mundo musical sonoro particular e inimitable. Y cuando digo inimitable, quiero decir que una vez es copiado se ven los costurones al truco, cuando el original es presentación, desarrollo y prestigio a la vez (permítanme el guiño al film de Christopher Nolan, The Prestige). Thomas Newman es uno de esos compositores, un músico que ha roto moldes.

Ha sido capaz de aportar en sus partituras un sentimiento y una delicadeza muy personal (How To Make An American Quilt, The War), un soterrado cinismo a lo cotidiano y unas orquestaciones rompedoras (American Beauty, Pay It Forward, Erin Brockovich), llevarnos a la épica como ningún otro, ni mejor ni peor, tan solo de forma diferente (The Shawshank Redemption, The Horse Whisperer), maravillarnos con sus melodías (Little Women, Meet Joe Black), sorprendernos con sus extravagancias (en ocasiones hasta el punto de decir, ¿pero, qué es esto?, Jarhead, Unstrung Heroes) y acompañar historias de otra época con prestancia y saber hacer, como Cinderella Man, y ésta su última gran creación, The Good German.

Qué pensarían si les digo que en esta obra parecen resucitar las orquestaciones de la Golden Age del Hollywood clásico, que la música es inspiradora, hipnótica y seductora a un tiempo, y que se encuentran ante una de las mejores creaciones del 2006... ¿No me creerían? Sigan mi consejo, denle una oportunidad.

Sinceramente, si no conocen a Newman, o si no confían en su particular estilo y sonido propios, tan solo denle a esta partitura, la ocasión de desplegarse ante ustedes. No saldrán decepcionados.

Antecedentes familiares ilustres

La cuestión es que, como vulgarmente se dice, "de casta le viene al galgo", y que si el talento se heredara, Thomas Newman habría comprado casi todas las papeletas para llevárselo en la rifa de la vida.

Su padre, el compositor más veces nominado al Oscar (en 45 ocasiones, aunque actualmente empatado con otro grande, John Williams) y con más estatuillas de la historia, 9. El gran Alfred Newman. Sus tíos, Lionel Newman y Emil Newman. Su hermano, el compositor nominado por Anastasia, David Newman. Sus primos, el orquestador y director de orquesta Joey Newman (en por ejemplo An Unfinished Life, de Deborah Lurie), y Randy Newman, galardonado con un Oscar a la mejor canción por Monsters Inc., y nominado en múltiples ocasiones a los Premios de la Academia.

Definitivamente una rémora, si el talento familiar servía únicamente como una presión añadida a unas expectativas excesivamente altas, una bendición si abría las puertas adecuadas para que entrara en ebullición, y un medio perfecto para crear un estilo propio, desarrollarse en todos los géneros posibles, y componer grandes partituras. Sin ir más lejos, partituras como ésta, The Good German.  

La textura musical de la Golden Age

PosterCuando Steven Soderbergh acudió a Thomas Newman para que compusiera una creación que estuviera a la altura de las obras de compositores de la Golden Age como Franz Waxman, Bernard Herrmann, Miklos Rosza o su propio padre, Alfred Newman, y siguiera sus patrones estilísticos, técnicas y estructuras melódicas,  el compositor no pudo negarse a continuar la tradición y la magia de estos clásicos, trasvasando su savoir faire a un film moderno. Si además éste significaba una transposición y un tributo sincero al género negro de los años cuarenta y cincuenta, simplemente, el director había encontrado en Newman a su hombre.

Durante esas décadas, era habitual que las partituras se abrieran con una rendición fastuosa del motivo principal a las cuerdas o los metales, en fortíssimo, durante unos breves segundos, para mostrar un leve desarrollo del motivo central y una presentación del tema o temas principales en forma de Suite abreviada, para concluir como había comenzado, generalmente con un estallido final que dejaba con ganas de más al oyente, conforme el film concluía sus créditos iniciales y la historia comenzaba.

En ocasiones no existía siquiera un leit-motif o leit-motifs reconocibles en toda la obra, pero cada composición se diferenciaba del resto, la atmósfera de cada film era única, y así debían serlo las creaciones musicales que los acompañaran. Las grabaciones poseían ese carisma o más bien esa pátina que se ha ido perdiendo con el tiempo y los avances tecnológicos, y que les otorgaban ese aire retro, pero inigualable que poseían.

Ese momentum clásico, que un buen trabajo de la sección de cuerda de una orquesta, una entrada poderosa de los metales, una orquestación cuidada hasta lo más nimio o una primorosa colocación del micrófono (tan sólo uno en tantas ocasiones) proporcionaban, el aura y la magia de estas partituras. Una magia que casi siempre concluía en una coda final que exaltaba los valores dramáticos, románticos, trágicos o exultantes del resto de la partitura, consiguiendo que ésta lograra culminar en alto, cómo si todo lo anterior sólo fuera el preámbulo para un poderoso final sinfónico.

Y dando paso a unos breves títulos de crédito como en la actualidad ya no conocemos, donde un gran THE END en pantalla, daba paso al listado de actores y sus personajes en el film, a los sones de los últimos acordes de la parte central del motivo principal en tono descendente, apagándose poco a poco, o con un vigoroso colofón orquestal. Unos tiempos que, hasta esta obra de Thomas Newman, parecían haber pasado hace ya mucho, mucho tiempo.

Obras maestras como

  • Laura, de David Raksin (profesor que fuera de grandes compositores de la actualidad como Christopher Young),
  • The Big Sleep o Passage To Marseille, de Max Steiner,
  • Spellbound, Double Indemnity o Tip A Dead Jockey de Miklos Rosza
  • Five Fingers, On Dangerous Ground, e incluso Vertigo, de Bernard Herrmann,
  • 13 Rue Medeleine o The Razor's Edge, de Alfred Newman,

son composiciones de la Edad Dorada de la música de cine que se atienen a estos parámetros, obras a las que The Good German admira y homenajea en el buen sentido, sin ambages, ni coartadas de ningún tipo, con total devoción sincera.

Porque a esta creación de Thomas Newman, aunque suene a exagerado decirlo, se la podría incluir sin ningún rubor, junto a los precedentes señalados, en cuanto a estilo y objetivos. En cuanto a resultados, sólo el tiempo la colocará en su definitivo lugar e importancia. A día de hoy, sin más preámbulos, se trata de una de las diez mejores composiciones del año 2006, y uno de los trabajos más compensados, creativos y logrados de su autor, que no es poco.

The Good German, o como Casablanca fue revisitada

La acción nos sitúa en el Berlín de la post-guerra, una ciudad tomada por los aliados, en plena efervescencia del Tratado de Postdam, en que los diferentes gobiernos, con Estados Unidos y Rusia a la cabeza, decidirían cómo se reordenaría la herida Alemania, y qué debía hacerse con los jerarcas de las tristemente famosas SS o Gestapo y con los criminales de guerra que habían sobrevivido a la II Guerra Mundial.

George ClooneyEn ese delicado estado de las cosas, en que ejércitos británicos, americanos y rusos pretendían repartirse a los científicos nazis, para desarrollar más bombas atómicas, en lugar de enjuiciarlos, en que los nidos de espías hacían cada vez más peligrosas las alianzas entre los gobiernos que habían luchado juntos, y en que los orígenes de la Guerra Fría se fraguaron, un hombre es buscado por todos los bandos con intenciones nada claras, alguien que sabe u oculta algo que cambiaría las circunstancias del tratado, un buen alemán.

Thomas Newman nos ofrece tres temas centrales, que servirán de acompañamiento y tapiz sonoro, a través de múltiples variaciones y desarrollos, a las acciones, conspiraciones, tramas ocultas, romances por conveniencia y giros argumentales, que el film nos va mostrando.

"Unrecht Oder Recht (Main Title)" comienza poderoso a los metales y timbales para ofrecernos junto a las escenas de un Berlín destruido por los bombardeos aliados, la primera rendición de esos tres temas principales, el del buen alemán (motivo de los espías), el descriptivo de la situación del país y el de amor, o más bien el deseo que por el personaje de Lena Brandt (Cate Blanchett) acaban sintiendo todos los hombres que se cruzan en su camino. La sección de cuerda, con una destacada participación de los violines es la protagonista (atentos a partir de los 0:52), destacando asimismo la emotiva entrada de la trompeta a partir del 1:51.

El motivo descriptivo de Berlín, que acompaña los movimientos del personaje de George Clooney y sus investigaciones por los peligrosos sectores de una ciudad dividida, da forma a  instantes como "River Havel" o "A Persilschein" ("Un brillo de Persil", una de las calles de la ciudad), en tonos de suspense, "Stickball", de cariz más relajado, o al final del tema inicial "Unrecht Oder Recht" ("Injusto o Justo", en su traducción del alemán), con tono optimista.

The Good GermanEl tema de los espías será recogido en diferentes variaciones a lo largo de toda la partitura, formando parte principalmente de "Trip Ticket", conducido por el cello y el arpa, en tono épico en "Kurfurstendamm" y oscuro y tenebrista en "Golem", liderado por los violines en "Hannelore", o potente y elegíaco en los últimos segundos de la coda final de "Always Something Worse", que precederá a los títulos de crédito finales.

El tema de amor/tema de Lena (el auténtico leit-motif y motivo principal del film) irá ganando poso conforme la obra avanza, siendo la base sobre la que se construirán instantes como el tenue y reposado "Countess Roundheels", "A Good Dose", con un violín solista entregado, inspirado y seductor, y una bella intrusión del arpa abriéndose al sinfonismo orquestal, o "The Big Three", de cadencia hipnótica, viéndose cortado por súbitas entradas de unos desgarrados violines y percusión de timbales.

Asimismo lo hallamos en el pleno de romanticismo y tragedia "The Good German", en la mejor interpretación del motivo (con un violín en estado de gracia) y en el conclusivo "Always Something Worse", bello y desgarrado, obteniendo su desarrollo final, mostrándonos las heridas en el alma de los personajes, hasta la irrupción de unos poderosos metales cerrando el ciclo mientras las palabras The End surgen en pantalla.

Tobey MaguireOtros temas destacados son, el muy Newmanesco "Kraut Brain Trust", ostinato a los metales, cuerdas y percusión, clásico dentro de la obra del compositor en su estilo acuciante y vigoroso, el descriptivo de la labor de cierto personaje en el Mercado Negro, "The Russian Deals", "Safe House", acuciante y opresivo (y donde es curioso, parece incluso oírse el rechinar de una silla, probablemente de uno de los integrantes de la orquesta, en un efecto ¿buscado?), o el oscuro "Atom Bomb", donde destacan los juegos de orquestación entre violín , arpa y percusión.

El estudio de estas partituras del pasado consigue que instantes como los ostinatos de "The Branderburg Gate" resulten tan fascinantes por su sencillez que no simpleza en el empleo de las cuerdas, y nos hagan viajar en el tiempo a otra época. Tal es el caso también del arpa y violín en conjunción durante el hipnótico "Skinny Lena" o la fuerza Herrmanniana de violines y cellos en "Rockets For Our Side".

La obra recibe su broche de oro en la Suite final "Jedem Das Seine", donde el lirismo de un violín solista pleno de melancolía nos va dejando con una emoción contenida, ante la historia que acabamos de ver, ante la realidad de una Historia, en la que los buenos, los malos, y las zonas grises, están más cercanas y unidas de lo que las narraciones del cine negro clásico nos han tenido siempre acostumbrados, y Newman sabe culminar con habilidad de artesano, y talento de maestro, haciéndonos entrar en ese mundo

¿Un clásico instantáneo?

Cate BlanchettY por supuesto, no se sorprendan si al final de una historia en la que todo parece girar y girar, nada deja de moverse en direcciones contradictorias y la traición, incluso a uno mismo, es moneda común, sienten como su corazón late más deprisa, su reacción es visceral y su emoción cristaliza. Porque la historia del Cine Negro si por algo viene caracterizada es precisamente por no atenerse a ninguna regla, nadie está a salvo del despecho, el engaño o la tormenta interior de sentimientos tumultuosos y contrapuestos, ni siquiera, un buen alemán.

 "Uno nunca abandona realmente Berlín (...), ya no me quedan más lágrimas, no sé siquiera en qué me he convertido. La única forma de poder huir era hacer una cosa correcta, una sola cosa noble (...) de otra manera Berlín, me seguiría para siempre". "Ahora ya lo sabes, todo, la última pieza del rompecabezas" (Lena Brandt).

THE END

Lo mejor: Alfred Newman + Miklos Rosza + Franz Waxman + Bernard Herrmann = Thomas Newman’s The Good German. El tema principal, un clásico instantáneo, presente durante toda la partitura, pero sin cansar nunca.

Lo peor: Alfred Newman + Miklos Rosza + Franz Waxman + Bernard Herrmann = Falta de originalidad. La partitura es deudora e imitativa del estilo del Hollywood de la Golden Age, pero ¿es eso algo negativo?. Cuestión de opiniones, para mí no (pero algo había que escribir aquí).

El momento: Dos, el maravilloso solo de violín de la mejor interpretación del motivo central, “The Good German” (un instante que nunca olvidarán) y la variación del tema principal que acompaña la moraleja final, “Always Something Worse”, con unos últimos treinta segundos sencillamente irreprochables.

Asier G. Senarriaga

 
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