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Milk

Milk


Título en español: Mi nombre es Harvey Milk
Compositor: Elfman, Danny
Año: 2008
Distribuidora: Decca
Duración: 59:03

Muy bueno
Tracklist:
  1. Queen Bitch- David Bowie (03:14)
  2. Everyday People- Sly & The Family Stone (02:21)
  3. Rock The Boat- The Hues Corporation (03:18)
  4. You Make Me Feel (Mighty Real)- Sylvester (06:34)
  5. Hello Hello (02:24)
  6. Prelude No. 7 In E Flat- The Swingle Singers (02:40)
  7. Harvey’s Theme* (1:11)
  8. Main Titles* (03:06)
  9. Harvey’s Will (01:41)
  10. The Castro (00:59)
  11. The Kiss* (00:45)
  12. Politics Is Theatre* (03:15)
  13. New Hope (01:46)
  14. Harvey Wins (00:32)
  15. Proposition 6 (01:25)
  16. Repealed Rights (01:04)
  17. Gay Rights Now! (02:20)
  18. Dog Poo* (00:25)
  19. Vote Passes (00:54)
  20. Briggs Pushing (00:45)
  21. The Debates (02:49)
  22. Weepy Donuts (00:52)
  23. Harvey’s Last Day (03:11)
  24. Give ‘Em Hope* (04:42)
  25. Postscript * (02:04)
  26. Harvey’s Theme 2 (01:00)
  27. Anita’s Theme* (00:52)
  28. Main Titles- Sax Solo (02:32)

  29. *Los mejores temas.

Elfman y Van Sant, historia de una colaboración.

Gus Van Sant, Doreen Ringer Ross y Danny ElfmanAunque obviamente es más conocido por su relación con el genial Tim Burton, Danny Elfman ha mantenido colaboraciones  más o menos sostenidas con varios directores cinematográficos. Uno de los casos en los que ha existido este trabajo continuado es el del interesante a la vez que irregular realizador Gus Van Sant.

Después de colaborar, entre otros con músicos como Elliot Goldenthal o k.d. Lang, para su mejor  película hasta la fecha para quien esto firma,  “To Die For” , y en una decisión absolutamente acertada, Van Sant encarga a Danny Elfman la composición del score. Nuestro pelirrojo favorito fusiona multitud de estilos, para este breve pero denso score, pasando del rock duro al barroco, y de composiciones frenéticas a melodías intimistas con gran facilidad. En el pícaro y juguetón tema de la protagonista, una tremenda Nicole Kidman, destaca el uso de los coros marca de la casa en la que sigue siendo una de mis composiciones favoritas de Danny Elfman. En fin, ambos profesionales debieron quedar satisfechos con la colaboración, puesto que volverían a colaborar casi en otras dos ocasiones antes de este “Milk” que nos ocupa.

“Good Will Hunting” posiblemente sea el más comercial de los filmes de Van Sant, sin que esta calificación de comercial deba entenderse en sentido peyorativo, pues se trata de una buena película, gracias sobre todo a un guión de los entonces semi-desconocidos  Matt Damon y Ben Affleck, con el que consiguieron un Oscar al mejor guión original (aunque las malas lenguas dicen que el legendario William Goldman intervino de manera decisiva en la confección del libretoMilk poster) y a una portentosa interpretación de Robin Williams, que a su vez, se hizo con el Oscar al mejor actor secundario, demostrando que los cómicos a menudo pueden ser los mejores actores dramáticos. Para nada desentonaba en el conjunto la partitura de Danny Elfman, que fue nominado al Oscar, pero por desgracia no pudo conseguir;  partitura bellísima  que incorporaba elementos célticos, en referencia a los orígenes irlandeses del protagonista. Es una pena que no exista una edición oficial de este fabuloso y delicado score.

La tercera de las colaboraciones entre Elfman y Van Sant sería la adaptación de la música del maestro Bernard Herrmann para el fallido remake de “Psycho” de Alfred Hitchcock. Declarado apasionado de la música de Herrmann, Danny Elfman, realizó la que a día de hoy fácilmente sea la mejor de las interpretaciones de la inmortal partitura, aportando su dinamico y travieso estilo a la misma.

Diez años han tardado en reunirse nuestros dos protagonistas, sobre todo debido a que los proyectos en los que se ha visto involucrado Van Sant han presentado todos un marcado carácter experimental, aunque con resultados de todo tipo: desde lo insoportable (“Gerry”) hasta lo apasionante (“Elephant”, que carecía de música, en busca de una aproximación cuasi documental, o “Last Days”, que por retratar la vida de un músico sospechosamente parecido a Kurt Cobain utilizaba canciones del estilo del malogrado líder de Nirvana).

El reencuentro se produce con este biopic de Harvey Milk, activista de los derechos gay y uno de las primeras personas, declarada públicamente homosexual, en ocupar un importante cargo político en el Ayuntamiento de San Francisco. Basculando entre el documental, el melodrama y el telefilm de sobremesa, la película a la postre merece una valoración positiva, sobre todo debido a una ajustado cast (soberbio Sean Penn, casi con el Oscar en la mano, y no menos brillantes Josh Brolin y James Franco), una magnífica ambientación y diseño de producción y un bien engarzado guión.

Como a estas alturas ya es conocido, la película ha recibido varias nominaciones a los Oscar, entre ellas, las de Mejor Película, Mejor Director y Mejor Banda Sonora Original. Veremos si en unas semanas Danny Elfman se lleva su primer Oscar.

Leches, ¡un gran Elfman!: la música de Milk.

Una gran partitura la que ha parido el compositor de “Batman” para este último trabajo –por el momento- de Gus Van Sant. Si una palabra puede definir este score esa es “elegancia”. Se trata de un trabajo bello, emocionante pero sobrio, aunque con destellos de ese humor socarrón que define musicalmente al gran Danny. Vamos por partes.

Danny ElfmanEl tema de Harvey (“Harvey’s Theme”, que escuchamos en diversas variaciones a lo largo del score, destacando el corte “New Hope”) escrito para cuerdas, es breve pero intenso, una melodía simple pero que llega al corazón, de una manera muy directa, como el propio Harvey Milk llegaba al corazón de miles de personas durante sus discursos, no mediante retórica, sino mediante honestidad y empatía. Conforme avance el filme y Harvey vaya cayendo en algunas de las trampas de la política y contaminándose de la impostura que domina ese mundo, la música de Elfman irá derivando hacia tonalidades más juguetonas, incluso barrocas, sobre todo en la última sección de “Politics Is Theater” o el divertido corte “Dog Poo”, que muestra como nuestro protagonista escala posiciones en el Ayuntamiento, gracias a su cruzada contra los excrementos de perro repartidos a lo largo y ancho de las calles de San Francisco, acompañando Elfman dicha cruzada con un pizzicato y coros especialidad de la casa.

El tema que acompaña los créditos de inicio (“Main Titles”), durante los que se van mostrando imágenes de archivo y recortes de prensa sobre el movimiento gay, es sencillamente fabuloso, bellísimo. El saxo lleva la voz cantante en el mismo, envuelto en unas reposadas y evocadoras sonoridades electrónicas, que nos acompañan de manera gentil, placentera, hasta el inicio de la película. Variaciones de este tema las encontramos en “Harvey’s Last Day”o “Main Titles (Sax Solo)”.

En este inicio encontramos a Harvey en el día de su cuarenta cumpleaños, día en que conoce a su amante Scott (James Franco) y juntos deciden iniciar una nueva vida en el barrio de Castro en San Francisco, lugar en el que ambos regentarán una tienda de fotografía. “The Kiss” es el breve tema que suena mientras la pareja celebra la apertura de la tienda, una melodía ascendente, para voces y cuerdas. Una versión más completa de este melodía, en un estilo muy similar, la encontramos en el track “Postscript”, en el epílogo del film, en el que constituye uno de los mejores momentos de la partitura, precioso.

Sean Penn - Harvey MilkDentro de  estas líneas maestras se desarrolla el score,  con orquestaciones del imprescindible  Steve Bartek, además de los habituales Edgardo Simone, David Slonaker, Jeff Atmajian y Marc Mann. Encontramos asimismo temas más oscuros, entre los que destacan “Repealed Rights”, en el que se incluye un inquietante uso de la guitarra, y “Gay Rights Now!”, en el que se refleja la tensión que acompaña las manifestaciones y protestas que vemos en la película.
Muy curioso es el tema que acompaña a Anita Bryant, personaje real que se erige en “villana” de la película, ya que dedicó a echar por tierra todas las normativas que reconocieran algún derecho a la comunidad homosexual, convocando referéndums a lo largo y ancho de la geografía norteamericana.  “Anita’s Theme”, es aparentemente alegre, pero oculta un fondo más que siniestro. En lo que parece un chiste privado, se trata de un tema, que por el uso que se hace de los coros, se asemeja al “Suzie’s Theme” de “To Die For”, quizá estableciendo paralelismos entre los dos personajes femeninos.

El broche del score, lo pone el extenso y emocionante “Give’em Hope”, título que se corresponde con el lema de Harvey Milk y que ilustra el legado que el político dejó tras su asesinato por el resentido Dan White (Josh Brolin), cuando éste se vio arrinconado políticamente.

Las ediciones discográficas: curiosidades

  • Imagen Mi nombre es Harvey MiklDecca ha editado oficialmente la banda sonora original, con 22 tracks del score de Danny Elfman y seis canciones, entre las que destaca “Queen Bitch” del gran David Bowie. Podemos encontrar canciones de Sylvester, Sly and The Family Stone, The Hues Corporation y The Sopwith Camel, además de una divertida versión del “Prelude nº7 In E Flat” de Johann Sebastian Bach, a cargo de The Swingle Singers.
  • En esta edición oficial solamente aparecen 20 cortes del Score listados en la contraportada del CD.  Los dos tracks ocultos son “Anita’s Theme” y “Main Titles (Sax Solo).
  • Como en todas las ediciones oficiales de las BSO de Elfman para películas de Van Sant, con la excepción de “Psycho”, existe un corte que se titula “Weepy Donuts”(“Donuts Llorones”).
  • La productora del film, Universal Pictures ha editado un disco promocional para apoyar la candidatura a los Oscar de la partitura de Danny Elfman. Este FYC promo contiene diez cortes más, y unos catorce minutos más de música que a edición de Decca.

En cualquiera de sus ediciones, no obstante, se trata de una adquisición más que recomendada.

Lo mejor:  La elegancia y sobriedad de la propuesta de Elfman que evita clichés y busca la originalidad aunque sin dejar de lado esas pinceladas malévolas a las que nos tiene acostumbrados.

Lo peor: Que la edición discográfica “oficial” no contenga toda la música compuesta para el film.

El momento:  El uso del saxo en los “Main Titles.

David Sáiz

 
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