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The Man Who Would Be King

The Man Who Would Be King


Título en español: El Hombre que Pudo Reinar
Compositor: Jarre, Maurice
Año: 1975
Distribuidora: Bay Cities
Duración: 30:26

Excelente
Tracklist:
  1. The Man Who Would Be King (3:08)
  2. Sikandergul (2:36)
  3. Journey To Kafiristan (5:20)
  4. The King's March (1:58)
  5. Bashkai's (2:08)
  6. Pushtukan (3:14)
  7. The Dream (2:36)
  8. Roxanne (3:15)
  9. Dravor's Farewell (3:40)
  10. End Title (2:31)

Una vez leí que The Man Who Would Be King (El Hombre que Pudo Reinar, 1975) era la última gran película de aventuras clásica que se había hecho. Un director a la vieja usanza (el gran John Houston), unos actores inmensos con unas interpretaciones inconmensurables (el trío Connery-Caine-Plummer), una puesta en escena grandiosa, un score apabullante y exótico (Maurice Jarre) y un guión a la altura de tamaño desafío.

PosterUna vez lo leí. Y no tardé en afirmar, con toda rotundidad, que era verdad. The Man Who Would Be King fue la última gran aventura de un cine que cambiaba de rumbo y de intenciones. Indiana Jones lo puso de manifiesto, pero con calidad y recogiendo un poco de aquellos frutos clásicos ya maduros y perdidos. Pero el género de aventuras, dejó de ser el que era, para bien, o para mal. Todo depende.

La Historia de The Man Who Would Be King

La película se rodó finalmente en 1975, y como dijo el propio Houston, gracias a la tenacidad y compromiso de sus actores, Sean Connery y Michael Caine. Pero la historia de The Man Who Would Be King tiene tiempo, mucho tiempo.

John HoustonJohn Houston había acariciado éste proyecto desde dos décadas atrás a 1975, y tanteado inicialmente a Humphrey Bogart y Clark Gable para interpretar a este par de buscavidas británicos como primera opción. Finalmente, fue imposible llevarlo a cabo por fallecimiento de ambos actores.

Pasó el tiempo y desfilaron otras alternativas, como el dúo Burt Lancaster y Kirk Douglas o Paul Newman y Robert Redford, con recomendación final de Newman sobre un par de actores británicos para el papel. Houston la encontraría en Sean Connery y Michael Caine.

  El compromiso de ambos actores fue fundamental para realizar la película, ya que Connery y Caine estaban inmersos en otros rodajes por aquella época (Murder in the Orient Express y The Wind and The Lion el primero, y  Peeper, The Black Windmill y The Marseille Contract entre otras tantas, el segundo). Y fue su tenacidad, en palabras del propio Houston, la que permitió que el proyecto germinase al fin.

  Sean Connery y Michael Caine, y estoy seguro de ello al 150%, nacieron para hacer estos papeles. La química entre ambos es maravillosa, parece como si se conociesen de toda la vida, y es increíble que jamás hayan vuelto a coincidir en pantalla en ninguna película.

Danny y PeachyAlgunas noches, Connery y Caine ensayaban los diálogos del día siguiente, y gran parte del equipo técnico y del reparto se reunía (atónito y maravillado) alrededor para observar la puesta en escena de estos dos genios. Era todo un espectáculo, arte puro y duro, improvisando incluso algunas escenas que no estaban ni en el guión, como la reprimenda inicial por parte del gobernador de la región ante la presencia de Kipling.

La historia se basa en un pequeño relato de Rudyard Kipling, aunque, como le dijo Houston a Michael Caine el día que le ofreció el papel, tuvieron que alargarlo con partes de otros relatos de Kipling para poder hacer la película.

Michael Caine siempre recuerda en sus memorias el día que recibió la llamada de John Houston para ofrecerle The Man Who Would Be King. Incrédulo y anonadado por la llamada de tamaña celebridad, el sí fue rotundo e inmediato, aunque eso sí, le hizo una petición a Houston; interpretar al personaje que hubiese hecho Humphrey Bogart.

Desde ese día hasta la muerte de John Houston, Michael Caine se convertiría en un gran amigo del director, repitiendo con él en Escape to Victory (1981, Evasión o Victoria), donde el score de Bill Conti es un auténtico lujazo.

  En pleno rodaje, además, por si no fueran pocas las coincidencias, la mujer de Michael Caine, la bella hindú Shakira, interpreta a Roxanne, una bella mujer de la que el personaje de Connery se enamora perdidamente. ¿Coincidencia o destino?.

Christopher PlummerY que decir del gran Christopher Plummer, cuyo papel (el de un joven Kipling), aunque pequeño y breve, es otro gran destello de calidad dentro de la película, con una interpretación sutil y precisa, dejando impronta de la calidad que atesora este gran actor.

Y entre el reparto, destacar al hindú Saeed Jaffrey (A Passage to India, Gandhi) en el papel del leal servidor Billy Fish, un gurka (raza procedente del Nepal formados en las filas del ejército de su Majestad), que les servirá como traductor durante sus aventuras. Y como anécdota, la película posee al actor más viejo jamás filmado, un anciano de 103 años que se dormía en los rodajes y que interpretaba al Sumo Sacerdote.

  Todo funciona en ésta película, sin resquicio alguno. La historia, la dirección, el guión (a medias entre el gran John Houston y su habitual Gladys Hill, con muchos detalles y frases realmente ingeniosas), las actuaciones, la puesta en escena y dirección artística (esos bellos paisajes de Marruecos), los maquillajes, el vestuario, la banda sonora, la fotografía,... todo. 

  Para un humilde servidor es una de las mejores películas que he visto en mi vida; me divierte, me emociona, me hace vibrar... es la perfección absoluta.

Una vez leí que The Man Who Would Be King era la última gran película de aventuras clásica que se había hecho, y creo que solo se equivocaron en una cosa.... no era la última gran película de aventuras clásicas que se había hecho, para servidor es la mejor película de aventuras clásicas que se ha realizado en la historia del cine.

Ostras de la China, Peachy - Argumento

PrólogoTras un brillante y magnífico prólogo, digno de mencionar como objeto de estudio para muchos de esos que dicen llamarse directores, Houston pasa a contarnos la historia de Danny Dravot (Connery) y Peachy (Caine) son dos ex suboficiales británicos que se ganan la vida por la India mediante la picaresca y el timo, rozando la ilegalidad (más bien cruzándola). En una de sus peripecias conocen a Kipling, a quien Peachy roba su reloj en una estación del tren, y al que acabará devolviéndoselo al descubrir que se trata de un masón (como Danny y Peachy).

Con la ambición de hacer fortuna, deciden internarse en las montañas, rumbo a Kafiristán, tras pactar mediante escrito ("... firmado por ti y por mí a día de hoy" - Peachy), y en presencia de Kipling, que no tomarán mujer alguna ni probarán alcohol alguno hasta no conseguir ser reyes de Kafiristán.

Tras atravesar el peligroso Hindukush (una montaña helada, devoradora de hombres), consiguen llegar al primer poblado de Kafiristán, donde conocerán al gurka Billy Fish, que se convertirá en la mano derecha de Danny y Peachy.

FlechazoEn el primer combate que libran para conseguir su objetivo, Danny Dravot recibe un flechazo en el pecho, pero la bandolera que lleva puesta impide que la flecha le cause herida alguna. Al extraérsela de la bandolera, los ejércitos se arrodillarán, creyendo que es un Dios, al no ver signos de herida o sangre.

Y así, Danny y Peachy irán conquistando todos los poblados, conformando un ejército más y más grande. Hasta que finalmente, en uno de los poblados conquistados, donde Danny conocerá a la bella Roxanne, una delegación de los monjes de Sikandergul, la ciudad custodia de los tesoros de Sikander, invitará a los dos soldados a la legendaria ciudad para comprobar si Danny Dravot es, efectivamente, el hijo de Sikander (Alejandro el Grande).

Una vez allí, Danny pasará la prueba del supremo sacerdote (someterlo a un flechazo a pecho descubierto) con un golpe de fortuna (no podía ser de otra forma para este par de vividores), convirtiéndose en rey de Kafiristán.

GobernandoDanny Dravot gobernará toda la región "administrando justicia como si hubiera inventado la ley" (en palabras del propio Peachy) mientras ambos esperarán que pase la temporada del monzón para largarse con todos los tesoros legendarios que permanecieron ocultos desde siglos y que ahora, por legítimo derecho, pertenecen al hijo de Sikander.

Pero llegado el momento de partir, a Danny se le subirá a la cabeza y no querrá abandonar Sikandergul, ordenando el casamiento con Roxanne, pese a la negativa de los monjes y los malos augurios que comienzan a dejarse entrever por las últimas decisiones de Dravot. Peachy le rogará que se vaya con él, con una frase preciosa que resume el perfectamente el pasado de ambos personajes:

"Danny, hemos tenido mucha suerte... ¡Saquémosle partido por una vez!. Vámonos mientras dura esta racha" (Peachy)

HuídaPero el destino de ambos personajes está escrito, en un gran, brillante y magistral desenlace, el colofón a una bella y magnífica aventura por la que el paso el tiempo no ha hecho mella alguna., y cuya revisitación provoca humor, alegría y divertimento, además de una gran perplejidad y asombro por la gran puesta en escena y su brillante realización (sin ningún efecto especial o escenas de gran violencia como reclamo o gancho). Y todo ello sin olvidarnos del simple espectáculo que provoca ver al dúo Connery-Caine en acción, impagable.

  The Man Who Would Be King es una obra maestra absoluta.

Maurice Jarre, 1975 - Contexto de la Época y Génesis Musical

Un año después de The Island at the Top of the World (1974), una gran aventura del sello de Disney, Jarre se veía inmerso en dos producciones, el ansiado y deseado proyecto de John Houston, The Man Who Would Be King, y The Message, brillante partitura que recibió una justa nominación a los Oscar como mejor score.

  Jarre llegó a la película de Houston tras haber colaborado con el director previamente en dos proyectos. El primero fue The Life and Times of  Judge Roy Bean (1972, editada por FSM), western de connotaciones cómicas con el gran Paul Newman como el juez Roy Bean y guión del por un entonces emergente John Milius, a puntito para The Wind and the Lion (1975), gran película de aventuras con Sean Connery de protagonista y uno de los mejores scores del inigualable  Jerry Goldsmith.

The Island at the Top of the World The Life and Times of Judge Roy Bean The Mackintosh Man The Message

  Le seguiría el segundo proyecto, una película de espionaje llamada The Mackintosh Man (1973), con Paul Newman de nuevo como protagonista y el gran James Mason acompañando, y ésta vez con guión de Walter Hill (The Warriors, Extreme Prejudice), en las puertas de debut como director con Hard Times (1975), película de boxeo con Charles Bronson y James Coburn.

  The Man Who Would Be King marcaría la tercera y última colaboración entre Jarre y Houston, un broche para un delicioso proyecto que supuso una magnífica partitura del francés.

Maurice JarreHouston invitó a Jarre a Marruecos para visitar el set del rodaje e involucrarse en el proyecto, buscando influir e inspirar al compositor, pero Jarre estaba comprometido con la grabación del score de The Message (aka Mohammed, Messenger of God), un gran trabajo del compositor con un score ajustado y trabajado, muy respetuoso con la figura de Mahoma, y con algún tinte épico magistral, con abundante música arábiga excelentemente ejecutada por al maestro francés.

  No obstante, las conversaciones entre compositor y director dejaron entrever las ideas principales de Houston: no quería un score épico o espectacular a la usanza, deseaba que la canción The Minstrel Boy (El Niño Trovador) estuviese incluida en el score y recomendó al compositor que incluyese, junto con la orquesta, una sección de músicos hindús para añadir tonalidades exóticas al score, propias del país natal donde discurría la historia.

  Todas las recomendaciones fueron tenidas en cuenta, y así Jarre escribió el score en un mes, grabándolo en Londres en tan solo una semana, con John Houston presente en cada una de las sesiones de grabación (algo que hoy día es ciencia-ficción).

  El score presente en la película no es demasiado, teniendo en cuenta que la película dura dos horas, y que la música que aparece alcanza la media hora escasa.

John HoustonNo obstante, la música de Maurice Jarre se deja notar cada vez que aparece. Su robusto, majestuoso y maravilloso leitmotiv principal ilumina la película con su presencia, así como todos aquellos cortes de sonoridades hindúes o exóticas que abundan durante la misma para describirnos el viaje por el Hindukush o el reinado en Sikandergul.

  Cuenta Jarre, además, lo surrealista que era ver a la National Philharmonic Orchestra con los músicos hindús en las sesiones de grabación, sentados en un podium, cubiertos con una túnica blanca y quemando incienso a sus alrededores.

El resultado final fue magistral, y quizás, y solo quizás, de no haber estado nominado por The Message, su partitura The Man Who Would Be King hubiese sido nominada.

A Passage to India Como comentarios adicionales, destacar que éste score contiene ciertos elementos comunes con su oscarizado trabajo para A Passage to India (1984). Tenemos el tratamiento de la música británica, donde el motivo "The King´s March" tiene su reflejo en el magistral "Bombay March", aún más pomposo y espectacular si cabe, y por otro lado, Jarre recupera gran parte de la música hindú de The Man Who Would Be King para A Passage to India, incluso podemos escuchar algún que otro pasaje que directamente nos trae a la memoria a El Hombre que Pudo Reinar.

Motivos Principales: Score Editado Vs Score en la película

  El score de Jarre se basa principalmente en el motivo heroico y picaresco que asocia a Danny y Peachy, una marcha militar de connotaciones cómicas y épicas, que cohesiona el score, aunque Jarre nos ofrece otros dos motivos realmente bellos y exóticos con los que construye un exquisito y maravilloso trabajo.

  • Leitmotiv Principal: El motivo de Danny y Peachy. Es una marcha militar, pomposa y solemne, un tema muy retentivo y pegadizo, que desprende esa flema británica que caracteriza a los personajes principales, rezumando nobleza y aventura. Quizás, el mejor exponente del motivo sea el cuarto corte, "The King's March", donde Jarre desarrolla magistralmente el tema de los británicos. A éste motivo le acompañan dos líneas melódicas adicionales; una, el motivo de The Minstrel Boy (canción tradicional irlandesa compuesta por Thomas Moore en el siglo XVIII), que Jarre incluyó como un salto y seña para los protagonistas, tras recomendación del director (ver la overtura del primer corte, nada más comenzar), y el otro, una magnífica fase melódica, puro Jarre, un gran y bellísimo pasaje lírico (impagable) y que escuchamos por primera vez en la segunda parte del corte "The Dream".

    Trío protagonista

  • Leitmotiv de Roxanne: Un bello, exótico y sensual motivo para la bella Roxanne (Shakira Caine), excelentemente representado en el corte ocho, que se corresponde con el momento en que Roxanne acude a Sikandergul a contraer matrimonio con Danny Dravot.

    Roxanne

  • Leitmotiv de Kafiristán: Todo aquello que rodea tanto al viaje a Kafiristán como la ciudad de Sikandergul viene recogido a través de este bello y sugerente motivo, una pieza exótica, donde la música oriental y la occidental se fusionan para reforzar la sensación de choque cultural, y que Jarre utiliza tanto para ilustrarnos la belleza de los paisajes, como los peligros del mismo viaje por tierras inhóspitas y desconocidas.

    Kafiristan

El score editado no aparece en el orden recogido en el compact, y como ejemplo, el corte uno se corresponde con la mitad de la película, mientras que antes irían los cortes tres, seis y cuatro. Además, el score se encuentra diseminado a lo largo de la película, y casi nunca como piezas completas, sino apareciendo algunos pasajes de los cortes, o incluso variaciones.

  En cuanto al score no editado, se echan de menos piezas como el Main Title, o algunos pasajes de música hindú para los mercados, celebraciones o las marchas ceremoniales de las tribus a la guerra, realmente exóticas y cómicas.

BatallaLa robusta y espectacular obertura del corte uno, "The Man Who Would Be King" corresponde a la primera batalla de los ingleses con la primera tribu rival, donde Danny Dravot es supuestamente herido y considerado un dios por la gente del lugar.

  La apertura es espectacular, con una fanfarria de trompetas, trazando primero el motivo de The Minstrel Boy, y posteriormente, con el leitmotiv principal, casi como una llamada a la aventura.

Acto seguido, Jarre nos ofrece, a ritmo de marcha militar, el motivo principal, con Danny lanzando al ejército contra las hordas enemigas ante la estupefacción de su amigo Peachy ("¡Maldito Exhibicionista!").

Danny peleandoAl minuto uno, la marcha parece decaer y la música se oscurece levemente para mostrarnos el lanzamiento de una flecha que supuestamente hiere a Danny Dravot, pero tan solo se clava en su bandolera. Acto seguido volvemos a la batalla al mismo ritmo de la marcha principal, con mayor intensidad, donde las baterías y los tambores marcan un ritmo más fuerte y épico, con las trompetas trazando, a ritmo de fanfarria, el motivo principal, y con un magistral acompañamiento de violines, marcando la melodía principal mediante figuras circulares, hasta llegar al minuto y medio, donde todas las tropas se arrodillan a los pies del nuevo dios, Danny.

En la película, la música desaparece, y lo único que volvemos a escuchar de éste corte es la disonancia musical que sigue a continuación para la parte final de la película, con parte de los tesoros cayendo ladera abajo por el abismo, y la suerte que corre el personaje de Billy Fish ante lo que se avecina, con un pasaje de música hindú realmente acertada para resaltar la potente escena dramática a la que asistimos (y que posteriormente Jarre recuperará en algún pasaje musical de A Passage to India).

  Jarre cierra el corte con la recapitulación heroica del motivo de Danny y Peachy, sin reflejo alguno en la película, pero que supone un broche magistral para tamaña overtura.

  En "Sikandergul", escuchamos un bello y hermosos motivo basado en el tema de Kafiristán, donde el arpa y los violines van construyendo la melodía, mientras Jarre va introduciendo vientos e instrumentación hindú a lo largo del tema.

Hijo de SikanderÉste corte se corresponde con el momento en el que Danny se reúne con los monjes para pedirles (exigirles finalmente) que le permitan casarse con Roxanne, a lo que todos se oponen. La música incluye un motivo fatalista y dramático cercano al minuto dos, indicio de que quizás Danny esté tomando una mala decisión (por primera vez, al amparo de los consejos de su buen amigo Peachy), sellando el destino de ambos aventureros.

  El corte tres, "Journey to Kafiristan", comienza con una versión solemne y pausada del motivo principal, mientras Danny y Peachy sellan su firma en el contrato para ser reyes de Kafiristán (el número 33 y 34) en presencia de Kipling, quien da fe y validez al extraño y simpático contrato. Posteriormente, varia ideas (algunas sin reflejo en las imágenes) comienzan a germinar musicalmente. Encontramos retazos del motivo de Kafiristán, figuras circulares y ascendentes de violines y vientos, transmitiendo peligro, aislamiento y soledad a través del viaje, con una potente y cuidada instrumentación exótica para describir los bellos y peligrosos paisajes, y con la aparición del motivo principal en todo su esplendor pasados los dos minutos.

Cruzando el ríoEn la película, escuchamos primero el inicio del corte tres, saltando al corte seis, "Pushtukan" ("en el mapa, una diminuta línea azul"), nombre de un enorme río que divide el paso de nuestros viajeros, teniendo que deshacerse de los camellos para poder comprar pieles de cabra y así atravesar el río con las armas que transportan. El corte comienza con una bella danza para el paripé de baile que ofrece Danny (disfrazado de brujo vidente) a modo de despedida para la caravana a la que acompañaban.

Es entonces cuando Jarre ofrece el motivo de Kafiristán mientras Danny y Peachy atraviesan los paisajes áridos y desolados previos al Pushtukan, siempre de noche para no ser vistos. Una solitaria trompeta y una exótica percusión hindú, con algunos violines para resaltar los peligros del viaje, van conduciendo el corte hasta la parte final, donde nuestros protagonistas cruzan el río mientras Jarre ofrece una variación del motivo de Kafiristán, con las cuerdas marcando un ritmo circular, transmitiendo peligro y riesgo, mientras en pantalla Danny y Peachy viajan por el río, atravesando los rápidos.

  Posteriormente, volveríamos de nuevo atrás, al corte tres, donde pasado el minuto tres, Jarre introduce el tema de Kafiristán, a través de los vientos e instrumentación hindú, reflejando misterio y peligro, para golpearnos, de repente, con una serie de explosiones musicales a través de los platillos, mientras Houston nos ofrece unas bellas imágenes del Hindukush, una gran cadena montañosa cubierta de nieve, con caminos estrechos y llena de profundos e interminables abismos. El efecto musical es magistral, con inclusión de un pasaje musical misterioso con voces hindúes y un instrumento de cuerda hindú trazando el motivo de Kafiristán.

  "The King's March" desarrolla, en todo su esplendor y magnificencia, el motivo principal en clave de marcha militar, alegre y pomposa, donde una magistral trompeta y las flautas van esbozando el leitmotiv principal mientras los tambores y las baterías van marcando el paso, con un aroma británico inconfundible, siendo imposible no esbozar una sonrisa de complicidad cada vez que uno escucha este motivo.

Paso AbiertoLa orquesta va desarrollando magníficamente el corte, añadiendo campanillas al final del mismo, y con un excelente adorno de flautas y trompetas, una auténtica British March.

Este corte aparece cuando Danny y Peachy, prácticamente desahuciados por la nieve que les impide tanto el paso a Kafiristán como el regreso, y sin apenas comida que llevarse a la boca, tienen un golpe de suerte en su aventura; un enorme alud de nieve les abre el paso, emergiendo el motivo principal de forma triunfal y poderosa (Kafiristán espera a sus nuevos reyes).

  Parte del mismo aparece también en la procesión de los ejércitos por Kafiristán, siguiendo la marcha triunfal de Danny y Peachy. En la película, el comienzo del tema lo ejecutan las mismas tropas, con instrumentación nativa, de lo más singular y heterogénea, completamente amateur, hasta que de repente comienza a entrar la orquesta para continuar marcando el paso de la marcha del ejército.

Coronación

  "The Dream" contiene en su comienzo la coronación de Danny como rey en Sikandergul, con un sonido de enormes cuernos hindúes a modo de llamada ceremonial, añadiendo choques de platillos y el uso de percusiones metálicas. La segunda parte del tema, contiene una versión solemne del motivo de Danny y Peachy que no aparece en la película, donde Jarre nos ofrece un excelente motivo que recogerá en los "End Titles", una de esas melodías envolventes del Maestro, un bello motivo para ensalzar el valor y la aventura de los ingleses, al estilo del Jarre de Doctor Zhivago o Lawrence of Arabia, una auténtica exquisitez melódica de gran inmensidad y enorme lirismo.

Boda con Roxanne

  "Roxanne" es el bello y exótico leitmotiv que Jarre asocia a la hermosa Roxanne, futura esposa del supuesto hijo de Sikander (Danny), y qué, tal como narran los historiadores, también había sido el nombre de la esposa de Sikander (Alejandro el Grande). En la película, el corte aparece casi tal cual está aquí, aunque Jarre nos ofrece previamente este motivo un poco antes de que los británicos sean conducidos a Sikandergul, momento en que Danny Dravot conoce a la bella Roxanne, donde Jarre nos ofrece el bello motivo con un exquisito solo de flauta, muy sencillito pero precioso.

  "Dravot's Farewell" contiene la famosa canción The Minstrel Boy (utilizando sin embargo, las letras del libro escrito por Reginald Heber, The Son of God Goes Forth to War), con unas estrofas cantadas, primero por Danny Dravot, y luego acompañando por Peachy, para el desenlace de la película. Una vez acabadas las breves estrofas, oímos la voz de Peachy hablando sobre el destino de Danny y un reprise del "The King's Marh".

  El "End Title" aparece tal cual en la película, magnífica versión del tema central, a modo de coda final, solemne y pausado, con una explosión melódica a través del maravilloso motivo de la parte final del corte "The Dream", 100% Jarre.

En el puente

  Así pues, no todo lo recogido en el compact aparece tal cual en la película, y no todo lo que suena en la película está recogido en el compact. Por ejemplo, el corte que se corresponde con la llegada de Danny y Peachy al primer pueblo, donde a ritmo de disparos libran de la violación o la muerte (quien sabe) a varias mujeres en la orilla del río. El corte contiene una bella instrumentación oriental para la escena previa al ataque.

  O el comienzo de la película, donde Houston nos ofrece imágenes de la India, especialmente del mercado, donde no paramos de escuchar sonoridades exóticas durante varios minutos, especialmente a través de la percusión.

Quizás un día podamos disfrutar de una Deluxe o Definitive Edition de The Man Who Would Be King, aunque ya me confirmaría con una reedición del material existente, pues es una de las holy grials de Jarre para mí, completamente inencontrable a precios normales tras la defunción de la discográfica Bay Cities.

Recomendación Absoluta

TesorosPara gustos colores, como se suele decir, pero no lo podría decir más alto ni más claro. Para el que escribe, The Man Who Would Be King es una de las mejores experiencias cinematográficas que he vivido a lo largo de mi existencia. Revisar la película cada cierto tiempo me sigue proporcionando alegría y perplejidad, por la perfección que alcanza a todos los niveles durante sus dos horas, sin experimentar detrimento de calidad con cada visionado.

  Y uno de los factores que contribuyen a la historia de manera definitiva, es el empeño musical de Jarre de ofrecernos una de sus mejores perlas musicales, el motivo a modo de marcha para Danny y Peachy, un leitmotiv solemne y muy británico, pero también divertido y alegre, que transmite la picaresca y la cara dura de unos auténticos vividores en pos de aventura, grandeza y riqueza. Todo un clásico incombustible con el paso del tiempo, y otro viaje musical gratis cortesía de Jarre.

  "Adventure in All its Glory!" (Tagline)

Lo mejor: Todo, especialmente el tema principal, recogido magistralmente en el corte uno, o en “The King’s March”.

Lo peor: N-A-D-A.

El momento: “The King’s March” y el “End Title”.

Rubén Franco Menéndez (Patton_Goldsmith)

 
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