Translate it to English (by Google)
Inicio Microsites Archivo Monográficos Entrevistas Enlaces Ultimates
Film Music Search
Teletipo BSOSpirit
Kiss Kiss, Bang Bang

Kiss Kiss, Bang Bang


Compositor: Ottman, John
Año: 2005
Distribuidora: La-La Land Records
Duración: 53:24

Muy bueno
Tracklist:
  1. The Fair (1:38)*
  2. Main Titles (1:53)*
  3. Innocent Times (2:02)
  4. Toy Heist (1:55)
  5. Lovely Confessions (2:30)
  6. Surveillance Lesson (3:22)*
  7. Harry Smartens Up (1:48)*
  8. Dead Girl in Shower (3:49)
  9. Harmony is Dead? (1:25)
  10. Saving Perry (4:40)*
  11. Flashback/ Dropping off Body (2:38)*
  12. They Took my Crickets (1:48)
  13. Oh, Nuts! (2:56)
  14. Whoa, Who´s This? (1:38)
  15. Harmony Lives (2:16)
  16. Doggie Treat/ First Kill (2:09)
  17. Going Home (1:47)
  18. Harmony Sees a Clue (1:24)
  19. Harry´s Rage (3:23)*
  20. Painful Pieces (1:27)
  21. That´s the Story (2:46)*
  22. "Broken" (5:10)
*Los mejores temas

Ascensión hasta la cima y caída

Transcurría el año 1986, y un joven recién graduado en la universidad, con todo el futuro por delante y la ilusión de resucitar para el cine el género negro y/o policial con un nuevo estilo, vendía su primer guión a uno de los productores con más influencia en Hollywood. Diga Warner Brothers, diga Joel Silver, diga un guión titulado "Lethal Weapon" ("Arma Letal"), y una vez más, y valga la redundancia, diga, Shane Black.

Éstas fueron las palabras que, sin ir más lejos, el propio Joel Silver dispuesto a convertirse en su mecenas, dedicó a Black: "Shane ha inventado un nuevo estilo de cine comercial, una mezcla de acción y comedia centrada en los personajes" -las Buddy Movies (films protagonizados por una pareja antagónica de compañeros de trabajo y/o aventuras) acababan de nacer-, "Shane tiene un estilo único. Ya sea honrando las convenciones de un género o desafiándolas, sus guiones siempre destacan por la originalidad de sus personajes, lo innovador de sus coreografías de acción y sus brillantes diálogos".

La carrera de Black se dispararía durante los siguientes años. Entre lo exitoso de sus guiones para filmes comerciales destacaron sobremanera, "The Last Boy Scout" ("El Último Boy Scout") por la que recibió 1.750.000 dólares en 1991, y que está considerada como la película con más tacos por minuto de los noventa, y "The Long Kiss Goodnight" ("Memoria Letal") en el 96, por la que recibió un sueldo de 4.000.000, y cuyo fracaso comercial le alejó de la primera línea y significó para él el inicio de un declive, que le hundió en un mar de alcohol y diversas sustancias estupefacientes durante algo más de un lustro (¿otro caso Joe Eszterhas, quizás?, quien tras "Instinto Básico" cayó en una espiral de decadencia hasta nuestros días).

Orígenes de Kiss Kiss Bang Bang

Durante la misma época en que Black se hacía un nombre en Hollywood, la crítica cinematográfica Pauline Kael publicó el libro "Kiss Kiss Bang Bang", tremendamente despectivo con este tipo de cine y tramas, en las que el guionista se movía como pez en el agua, procurando ridiculizarlo hasta el absurdo, con la aseveración en primer término, de que "...en este tipo de historias, hay mucho tiempo para las balas, y ningún sentido para todo lo demás, incluyendo los besos".

En esos momentos en los que el barco, en el que la carrera del guionista mejor pagado de la historia se había embarcado, se iba a pique, aquellas palabras no podían ser más dolorosas e hirientes. Pero sin pretenderlo, Mrs. Kael había plantado la semilla de una idea en la mente de Shane Black. Si todo aquello en lo que había basado la totalidad de su obra era una farsa sin sentido, porqué no tratarlo como tal, creando la farsa definitiva sobre las Buddy Movies, con un muy personal y serio homenaje al cine negro que tanto le había influenciado, para adornar la mezcla.

Kiss Kiss Bang Bang, un guión de Shane Black, había nacido.

El Proyecto se pone en marcha, Silver y Black contraatacan

Joel Silver volvía a confiar en su pupilo, pero antes debía recuperarse de adicciones y problemas personales varios. Esa era la condición, pues ésta vez, todo iba a ir un poco más allá. No iba a ser necesaria la habitual búsqueda exhaustiva del director ideal para el proyecto, éste no podía ser otro, que el propio Shane Black.

El casting, inmejorable en su aparente contradicción, estaría encabezado por un reciente recuperado de las mismas sustancias que Black conocía tan bien, el pese a todo magnífico actor Robert Downey Jr. y por el duro Val Kilmer, encargado de hacer creíble a un detective desencantado y vividor (¿les suena?), pero con una característica poco habitual en la novela negra, está encantado de su condición homosexual.
No podemos dejar de hacer mención asimismo, de la oportunidad que el film supone para una recién llegada como Michelle Monaghan (no olviden este nombre), que con su encanto, talento y carisma demoledor, si tiene un poco de fortuna, puede convertirse en el nuevo animal cinematográfico de Hollywood en los próximos años. Literalmente, su presencia traspasa la pantalla, y su interactuación con Downey Jr. y Kilmer hace que salten chispas.

John Ottman, Sospechoso Habitual y Alumno Aventajado

Sin embargo, un buen film de cine negro no puede estar completo, sin una buena partitura de cine negro, valga de nuevo la redundancia. Y la tarea esta vez no iba a ser fácil, pues a los ya clásicos patrones de una composición de esta clase, había que añadirle originalidad (ser clásico no significa recurrir a clichés), comedia (tomándose en serio a si misma, pero con un aire desenfadado y muy noir a la vez) y esa capacidad de ser retro y moderno simultáneamente, que exigía un compositor comprometido con la causa, que no despachara el cometido, como un trabajo más.

Silver y Black coincidían en una particularidad, ambos se habían sentido tremendamente sorprendidos y agradados por dos trabajos en los noventa, que curiosamente, venían firmados por la misma persona. Se trataba de "The Usual Suspects" ("Sospechosos Habituales") y "Apt Pupil" ("Verano de Corrupción"), films ambos de Bryan Singer, con partitura y montaje de John Ottman.

Tenían que contactar con aquel compositor, que había sabido sumergir de forma tan brillante al espectador en las atmósferas de dos historias tan complicadas y diferentes como ésas. Tras una reunión con Ottman, y un visionado de una versión provisional del film, Kiss Kiss Bang Bang, una partitura de John Ottman iba a ser una realidad.

La partitura, un homenaje a las historias de detectives clásicas muy particular

La composición hace entrada con el piano y unas suaves notas al saxo, que rápidamente se ven acompañadas por los coros femeninos, en una representación idílica del tema principal, hasta conjuntarse en una percutante conclusión, "The Fair", que el efecto de sonido de la recarga de un rifle culmina, dando paso al Mickey Mousing de unos "Main Titles" cuya definición más efectiva podría ser Henry Mancini turns noir, si me aceptan la mezcla de idiomas.

El compositor se desmelena en un alarde de instrumentación descriptiva pegada a las imágenes, con la parodia en los créditos, de personajes y características del cine de detectives en un estilo muy particular, como si de repente fuera a aparecer La Pantera Rosa por alguna esquina del encuadre.

La seda hecha música nos embarga, con la recreación sinfónica del pasado del protagonista "Innocent Times", con una intensa capacidad melódica y una inocente delicadeza, cortesía de una orquestación cuidada. Suave piano, fascinante saxo, cuerdas y subrepticios coros sintetizados, proporcionan la sensación de los tiempos mejores dejados atrás, que las imágenes requieren.

Llega el momento de que la intriga y el suspense se apropien de la trama, y como no, de la partitura. La fiereza jazzística del motivo "Toy Heist" nos garantiza que la variedad va a ser la nota predominante de la composición, y que no vamos a encontrar lugar para el aburrimiento. Piano, saxo de nuevo, y percusión, arropada por la fuerza de los metales nos sitúan en la vida del protagonista (que no tiene mejor idea que robar en una juguetería con nocturnidad y alevosía, y pese a todas sus inútiles precauciones, ser perseguido por la policía).

Una maraña de sensaciones nos envuelve, con la sutilidad de "Lovely Confessions" y la melodía marca Ottman presente en "Going Home", con una subyugante aparición al piano y arpa del tema principal, que da paso una vez más al saxo.

La situación de los personajes empieza a complicarse, la madeja se enreda. Una sesión de vigilancia da pie a la sutileza y a la elegancia hecha música "Surveillance Lesson", el humo del tabaco y la mirada del protagonista nos van haciendo comprender que la trama se enreda sobre si misma, los personajes no son lo que dicen ser y llega el momento para la acción, "Harry Smartens Up", "Dead Girl in Shower". La intensidad aumenta y Ottman se desata, la potencia jazzística y la emoción y vigor a partir del 1:46 del segundo tema, junto a la riqueza de orquestación a base de arpa, piano, saxo, contrabajo, tambor, maracas, xilófono e incluso, chasquido de dedos, crea una total implicación por nuestra parte en las acciones de los protagonistas.

El intimismo y la nostalgia por el no aprovechamiento de las oportunidades en el pasado, nos invaden junto a Harry, en la rendición al tema principal presente en "Harmony is Dead?". Pero tan solo, haciendo la labor de remanso de paz en la trama, que regresa a terrenos propios del suspense y la intranquilidad en los inicios de "Saving Perry", en una gradación de la tensión magistral a través de la percusión (con ocasionales estallidos jazzísticos, 0:22 a 0:31), que culmina con la sección de cuerda de la orquesta dando el do de pecho (cellos y violines en su máximo apogeo interpretativo - a partir del 3:02- ) , atando cabos sueltos con la sutilidad del arpa en sus instantes finales.

El tono detectivesco, elaborado mediante la fusión de piano, saxo, arpa y cuerdas prosigue desplegándose en "Flashback/ Dropping Off Body", recurriendo a la trompeta en momentos puntuales, y mezclándose delicadamente con la comedia, que se adueña del escenario musical con los pizzicatos de "Doggie Treat/ First Kill", de una causticidad vodevilesca de primer orden (aunque adquiriendo gravedad en su última parte, acompañando los surrealistas hechos en pantalla, implicando uno de los dedos del protagonista y un molesto perro).

El tema principal se nos ofrece de nuevo en "Harmony Sees a Clue", envuelto en suspense y acompañando musicalmente la resolución paulatina de muchos de los recovecos que la historia ha ido hilvanando, hasta la culminación final.

Cuando todo está por fin claro, cuando todos los personajes han mostrado sus cartas y la resolución tiene cariz de tragedia para nuestro protagonista, es entonces cuando todas sus represiones, falta de carácter y escasez de convicción en sus actos, dan un vuelco, y por fin decide hacer lo único a lo que sus estrafalarias andanzas le han avocado, lo más correcto y difícil, ser el héroe de la historia.

Es entonces cuando John Ottman encuentra su momentum, el punto álgido de la partitura. El heroísmo y la acción con el tema de Harry desplegándose con intensidad y grandeza llena el espectro sonoro, y toda la orquesta se suma, aunando sus recursos en "Harry´s Rage" (a destacar la parte entre 0:50 y 2:25 con la rendición a la trompeta y la poderosa entrada de los cellos y la percusión), para culminar con el tema detectivesco, con Harry redimido y pletórico.

Ottman nos presenta entonces una elegía cómica en la conclusión, con una bella rendición al piano, arpa, saxo y trompeta del tema principal en "Going Home". Y teniendo en cuenta que toda historia de detectives debe tener siempre su epílogo, vemos a Harry regresando a sus raíces, resolviendo un asuntillo del pasado, en su habitual estilo, "Painful Pieces".

Es entonces cuando el compositor da carpetazo a la historia, tal como ésta empezaba, con un homenaje al cine negro, pleno de melodía, saxo y lirismo en su parte final "That´s the story".

Para los títulos de crédito finales, encontramos en lugar de una Suite del trabajo de John Ottman, nada más y nada menos, que una canción co-compuesta por Robert Downey Jr. y Mark Hudson e interpretada por el actor, que una vez más demuestra su talento multidisciplinar, algo en lo que coincide curiosamente con el compositor, pueden dedicar su talento a varias ramas artísticas, y en todas cumplen con creces. Y que nosotros lo disfrutemos, como diría Velma Kelly en Chicago, with All That Jazz!.

Lo mejor: La versatilidad de John Ottman para, introduciéndose en los estilemas clásicos de la música para el cine negro, subvertirlos utilizando todos sus elementos (saxo, temas jazzísticos, tempo lento y pausado) de una manera harto original: la partitura aporta comedia en los momentos tensos ("They Took My Crickets"), acción al vodevil ("Saving Perry") y una causticidad, gravedad e importancia a las acciones de los personajes ("Flashback/ Dropping Off Body", "Doggie Treat/ First Kill") por surrealistas que éstas sean, absolutamente impagables. Ottman entra en juego, rien ne va plus.

Lo peor: El excesivo descriptivismo y Mickey Mousing hace que la música siga unas pautas muy determinadas, y que la música se acople perfectamente al film, pero no pudiendo apreciarse en todos sus matices (cambios de tono, capacidad de sugerencia, ironía) si no se han visto sus imágenes. Digamos que la música, en este caso más que nunca, adquiere una nueva dimensión una vez conocida su verdadera misión.

El momento: En este caso, momentos; merecen ser destacados el brío de los Mancinianos títulos de crédito "Main Titles", la suavidad extasiante de "Innocent Times" (o la seda hecha música), el detectivesco "Surveillance Lesson", la acción y ritmo en "Saving Perry", la emocionante y trepidante resolución en "Harry´s Rage" o el cinismo y savoir faire hecho música de "That´s the Story". Un Ottman en plena forma.

Asier G. Senarriaga

 
Em@il to webmaster , docmaster . Best viewed : 1024x768 or higher.