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Flyboys

Flyboys


Compositor: Rabin, Trevor
Año: 2006
Distribuidora: Varese Sarabande
Duración: 48:05

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Bueno
Tracklist:
  1. Main Title (05:28)
  2. Training Montage (03:41)
  3. Cassidy Funeral (06:16)
  4. We're Out Of Gas (00:24)
  5. The Last Battle (03:09)
  6. Dogfight (05:36)
  7. Rawlings And Luciane Fly (02:32)
  8. Rawlings And Luciane (03:32)
  9. The Planes Arrive (01:53)
  10. ID The Planes (00:49)
  11. The Cuffs Are Off (00:46)
  12. Have To Get Luciane (01:17)
  13. Heros (04:31)
  14. Battle Hymn (01:47)
  15. Black Falcon (04:12)
  16. Briefing Room (02:12)

El sello de un productor

Pocas figuras se parecen a la de Tony Bill, recordado por el éxito que tuvo como productor con El Golpe, por la que ganó un Oscar de Hollywood. Y es difícil encontrar una persona como Bill porque aparte de ser productor ha ejercido labores de director y actor.

Como director recordamos sus películas poco más que correctas como Five Corners o Corazón Indomable (con esa magnífica partitura de Cliff Eidelman), aunque su dedicación al mundo de la dirección tiene que ver mucho más con el mundo de la televisión, para el que ha participado en series como Chicago Hope, Felicity o Monk.

Como actor siempre ha realizado papeles de secundario de carácter, en películas como The man from U.N.C.L.E, Ice Station Zebra, Pee Wee´s Big Adventure, Less than Zero, la nefasta Barb Wire o Must Love Dogs.

Es por eso que resulta cuanto menos sorprendente ver su nombre como director de la entretenidísima Flyboys. Pero claro, uno debe de rascar más allá de la superficie para encontrarse como productor ejecutivo de la cinta a Dean Devlin. Para aquéllos que recuerden lo que fue el fenómeno de Independence Day en el verano de 1996, no resultará sorprendente encontrarse a Devlin en un proyecto como el de Flyboys, plagado de excelentes batallas aéreas.

Y es precisamente su mano, y no la de Bill, la que más se nota durante todo el metraje de este divertimento de calidad, una de las mejores películas que ha retratado los combates aéreos que tuvieron lugar en los cielos de Europa durante la primera guerra mundial.

La primera guerra mundial desde el aire

En cuanto uno empieza a ver Flyboys, sabe de buena tinta qué tipo de película va a pasar por sus ojos en las dos horas restantes. Es previsible, efectista, inaudita, fantasiosa, idealista, todas las características de un blockbuster veraniego, pero con un elemento totalmente diferenciador con alguno de estos productos estivales: entretiene. Y es que no hay nada peor que un blockbuster que no cumpla su principal objetivo. Y eso ocurre bastante a menudo.

Flyboys cuenta con algunos elementos destacables que la saca del cesto de producciones revienta taquillas del montón. Por un lado está basada en una historia real. Obviamente esos hechos están teatralizados, que entre nosotros significa algo así como exagerados. Esto podría jugar en su contra, porque todos pensamos en aquellas historias de sobremesa que nos ponen las televisiones públicas. En cambio no es así. Deja de ser un producto lacrimógeno para intentar aportar cierto realismo a la trama, sobre todo en aquellas escenas que se centran entre el inevitable romance que surge entre el protagonista y una joven francesa, un romance muy conseguido gracias a las dificultades a nivel de lenguaje que se plantean en la película. Cansados estamos ya de ver cómo un americano no tiene la menor dificultad de entablar diálogo con un francés o un asiático, en cualquier película palomitera. En este caso la diferencia de lengua es una atractivo que enriquece la película considerablemente.

Otro elemento a favor de esta película son sus impresionantes combates aéreos. Pocas películas (ahora sólo recuerdo Las águilas azules con una magnífica partitura de Jerry Goldsmith) han retratado tan espectacularmente las batallas aéreas que tuvieron lugar en la Primera Guerra Mundial. Y si uno pensaba que éstas se iban a dosificar a lo largo de la trama, estaba equivocado. El espectador no para de ver enfrentamientos en el aire entre aliados y alemanes. Es precisamente en estos momentos donde uno más recuerda a películas como Independence Day, Star Wars o Top Gun .

Finalmente el escenario ayuda también a obtener un recuerdo grato de esta película. Uno no tiene la sensación de que la trama está limitada por su faceta aérea. El escenario se amplia innumerables veces para mostrarnos el caótico campo de batalla del soldado de tierra, o el infierno que vivían las pobres familias que tenían que dejar sus casas ante el avance las tropas alemanas y austrohúngaras.

Una banda sonora a la altura

Considero a Trevor Rabin un compositor con algunas limitaciones a la hora de componer, pero con una efectividad plena a la hora de llegar al espectador y de arropar a las imágenes, aportándoles siempre un elemento vital en una película de gran escala: Espectacularidad.

En el caso de Flyboys, el compositor crea una de sus partituras más efectivas, junto a Armageddon, American Outlaws o Remember the Titans. A diferencia de éstas, un elemento lastra notablemente el sabor final de la escucha, su falta de originalidad.

Rabin no duda en utilizar tal cual uno de los temas que crease para Armageddon. Tampoco olvidemos la obvia referencia a un sonido ya escuchado en American Outlaws, o en su marcial y última gran obra, The Great Raid (para muchos, los menos aficionados al compositor, su mejor partitura hasta la fecha), con la que guarda muchos elementos estilísticos, como no podría ser de otra manera tratándose de historias que se centran en tropas militares. Tampoco olvidemos otras referencias ajenas como El Patriota de John Williams o sobre todo el Pearl Harbor de Hans Zimmer.

A pesar de este importante lastre, Rabin aporta los mejores momentos musicales para las escenas de acción, demostrando una vez más que uno de sus mejores talentos musicales es lo rítmico y dinámico de su música. Es cuando uno empieza a valorar la música de cine junto a las imágenes más que en una escucha aislada. Tal vez Rabin haya hecho medio trabajo incluyendo referencias principalmente suyas a este trabajo, pero eso no quita para que la composición funcione no sólo perfectamente con las imágenes, sino que le aporte un nivel de espectacularidad e intensidad realmente elevado.

Los mejores momentos

"Training Montage" describe el entrenamiento de los aspirantes a piloto, voluntarios americanos que ven en la guerra la única vía de salir de sus fallidas vidas. La música se torna patriótica con claro sabor americano con esas flautas a lo El Patriota de John Williams. Es precisamente al final de este corte cuando más patente se hace la reutilización del tema que compuso Rabin en Armageddon.

"The Last Battle" demuestra lo que he comentado anteriormente. La música de acción compuesta por Rabin siempre ha sido su punto fuerte. Aquí no sólo no va a ser menos, sino que es el puntal de toda la partitura. Se produce en el corte una mezcla vertiginosa de leitmotivs resultando en un sonido épico, heroico de gran escala, que estalla en la música de acción propiamente dicha en el corte "Dogfight".

"Rawlings and Luciane Fly" es uno de los temas más bellos del disco. Con reminiscencias a Pearl Harbor de Hans Zimmer, en esa línea romántico-épica, tiene lugar con el vuelo de los dos enamorados sobre los frondosos campos franceses. Destacan por méritos propios los coros femeninos sintetizados.

"ID the planes" introduce otro motivo, melódico, luminoso, que juega con las identidades que los pilotos añaden a sus aviones a modo de logo. Una pena que dure tan poco (apenas 50 segundos).

"Heroes" nos devuelve al campo de batalla. Los aviones alemanes atacan sin compasión a las pobres gentes de una ciudad destrozada. Bajo el manto del crepúsculo aparecen los aviones aliados. Su entrada es triunfal musicalmente. Rabin echa mano de los típicos recursos de aventuras épicas, con una evidente profusión de metales y de la percusión. Sorprende encontrarse con una leve referencia al tema de Darth Vader de John Williams con la llegada a escena del Halcón Negro, un pseudo Barón Rojo, que se las hará pasar canutas a nuestros héroes.

Escuchamos otra referencia, pero esta vez a El Señor de los Anillos de Howard Shore en "Battle Hymn" precisamente en una de las mejores escenas de la película, cuando los pilotos atacan un dirigible.

Terminamos haciendo una pasada por los mejores temas de la película, con otro tema de acción "Black Falcon", centrado en la lucha final entre nuestro protagonista (un correcto James Franco), y el personaje maléfico del Halcón Negro. El mismo se cierra con un compendio de los diferentes leitmotivs de la película.

Una última pasada

Productivo año éste el de Rabin, demostrando que es uno de aquellos compositores que se sienten bastante sueltos trabajando en divertimentos de primera destinados a romper taquillas. Ésa era la intención de este Flyboys, pero sorprendentemente se convirtió en los USA en un verdadero fracaso. Su coste total fue de 60 millones de dólares, habiendo ingresado sólo en su primer fin de semana unos 6 millones. Es por eso que en España hemos visto cómo desde su premiere mundial en Septiembre no se ha anunciado fecha de estreno.

Independientemente de los resultados económicos, esta partitura es un buen trabajo de Rabin. Ideal para sus seguidores, magnífica para las imágenes, justa en originalidad. Uno espera que el compositor siga por esta línea sinfónica que ha estado llevando estos últimos años y que nos sorprenda con un nuevo giro a su personal estilo, aunque eso sí, sin perder esa particular fuerza en su música..

Lo mejor: La partitura queda como un guante con las imágenes, dotándolas de una fuerza tremenda.

Lo peor: La reutilización tal cual de uno de los leitmotivs que el compositor crease para Armageddon, sin ningún justificación para ello.

El momento: "Rawlings and Luciane Fly", un tema de fuerte sentido evocador.

DDBSpawn (David Doncel Barthe)

 
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