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Doomsday

Doomsday


Título en español: Doomsday
Compositor: Bates, Tyler
Año: 2008
Distribuidora: Lakeshore LKS 33991
Duración: 64:11

Muy bueno
Tracklist:
  1. Dog Eat Dog (03:11) (Adam and The Ants)
  2. Two Tribes (Carnage Mix) (07:56) (Frankie Goes to Hollywood)
  3. Prologue (01:22)
  4. Exodus (04:59)
  5. Boat (03:06)
  6. Piss & Vinegar (01:25)
  7. Block 41 (03:26)
  8. It's Medieval Out There (03:20)
  9. Hospital Battle (02:30)
  10. Strung Up (04:43)
  11. Sinclair Slips Free (01:19)
  12. Sword Fight (01:26)
  13. Train Escape (02:36)
  14. Train to Kane (03:14)
  15. Tolamon (01:29)
  16. Captured (01:19)
  17. Prime Suicide (01:59)
  18. Same Shit Different Era (03:52)
  19. Slayer (02:39)
  20. Finish Her Off! (01:29)
  21. Bentley Escape (03:32)
  22. Headless Love (02:38)
  23. The Can Can (00:41) (Ariel Rechtshaid)

Poster DoomsdayInfectados, persecuciones de coches, números musicales, ciudades desoladas, antihéroes asqueados y hastiados de todo, muertes y asesinatos a la orden del día, anarquía, caos,... Doomsday.

Y como buen condimento, un compositor dispuesto a devolvernos un trozo de nuestra infancia musical, la de la década de los 80, con gente como Carpenter o Brian May, y a un nivel realmente magistral,; Tyler Bates.

Doomsday (aka Snake Plissken in Glasgow drives a lo Mad Max)

“Survive This” (Tagline)

Doomsday es una de esas películas cuya valoración está sujeta a un importante factor por parte del aficionado fantástico o de terror: el llamado “homenaje”. Doomsday está construida con muchísimos elementos clásicos del cine fantástico, en especial el de los 80.

Para empezar, la heroína ha perdido un ojo y lleva uno de pega que además le sirve de cámara (el gran Snake Plissken, el antihéroe por excelencia de los años 80, llevaba parche en el ojo); una zona infectada en Glasgow con un virus Poster Rhona Mitraque convierte a los hombres en una especie de zombies leprosos violentos (28 Days Later, en Inglaterra), y para evitar la infección, se construye un enorme muro cual cárcel fuese (de nuevo, Escape from New York, 1981); persecuciones salvajes de coches y motos durante gran parte de la película, donde los enemigos son principalmente punkys enloquecidos (inevitablemente nos viene a la cabeza la trilogía de Mad Max del gran George Miller), frases como “La Misma Mierda, Distinta Era”, que remiten a la gran “Cuanto más cambian las cosas más permanecen iguales” de Snake, homenajes confesos a través de los protagonistas (dos soldados se llaman Carpenter y Miller), el argumento, un grupo de elite debe entrar y salir antes de 49 horas con el antídoto para evitar un mal mayor (de nuevo Escape from New York, donde Snake tiene el tiempo justo sino quiere morir de un virus inyectado en sangre), las tanquetas del convoy con el que Sinclair irrumpe en Glasgow, prácticamente idénticas a las de Aliens, cuando los militares irrumpían en el complejo minero, y podríamos seguir...

Neil MarshallDestaca la dirección de Neil Marshall, de quien disfrute como un enano la gamberrada salvaje de Dog Soldiers (2002), donde un grupo de soldados en prácticas por los bosques topan con una manada de hombres lobos. Fue su gran debut, consiguiendo varios premios y nominaciones en diferentes festivales.

Le seguiría The Descent (2005), terrorífica película sobre unas chicas que realizan espeleología en unas cuevas alejadas de la mano de Dios, donde encontrarán unas criaturas sanguinarias y salvajes. De nuevo conseguiría varios premios y nominaciones. El score correría a cargo del irregular y a veces interesante David Julyan (Memento, Following, The Prestige).

Poster The descentPoster Dog SoldiersY finalmente, Doomsday, su obra más redonda a nivel comercial, tanto por medios como por intenciones, pero no su mejor película. A ratos es una gran película, pero en otros momentos, a mi juicio, flojea, y mucho.

La parte del éxodo inicial y la explicación de la propagación del virus está genial, te mete de lleno en la película, así como la presentación del personaje principal, Sinclair (la británica Rhona Mintra, de quien guardo un feliz recuerdo de sus personajes para las series Boston Legal y Nip Tuck, ahora de actualidad por la tercera parte de Underworld, y que ya coincidió con Tyler Bates en Get Carter). El gran Bob Hoskins interpreta al jefe de Sinclair en un papel secundario (bastante secundario), Malcom Mcdowell (A Clockwork Orange) hace las veces de científico loco (Kane), en un papel que, como siempre, se le ha dado muy bien y tenemos al actor Alexander Siddig (natural de Sudán) como primer ministro británico, el mismo actor de esa gran Syriana, Kingdom of Heaven o la serie 24.

Pero el que se merienda la peli de cabo a rabo es el actor Craig Conway como Sol, el desquiciado líder punky de la tribu urbana, actor fetiche de Neil Marshall (ha trabajado con él en todo, hasta en su corto inicial, Combat, 1999).

Poster Doomsday

La película alcanza gran voltaje y entretenimiento hasta la fuga de la ciudad en el tren, combinando acción y violencia con surrealismo y toques cómicos. Pero una vez que salen del tren, para mi gusto, pega un bajonazo del quince. La parte del feudo medieval y el castillo es una paja mental muy gorda (treinta años de regresión y todo al estilo medieval... de traca). Solo al final, cuando retoma la coherencia con la parte a lo Mad Max, rescata la película y recupera ese dinamismo y espíritu gamberro inicial.

Foto Kane

El personaje del doctor Kane, sus neuras, y la relación con sus dos hijos no aportan nada a la trama, siendo prescindibles completamente, a excepción de Sol, como ya se apuntó. Es una película muy variopinta e irregular, para lo bueno y para lo malo, un viaje en la montaña rusa que a ratos es un maravilloso entretenimiento, y en otros momentos un mal viaje, pelín porro.

En resumen general, bien dirigida, bien interpretada y bien ejecutada, pero creo que el guión y la trama, al margen de su originalidad (poca, pero siendo un homenaje...), fallan. Tendría que haber resumido tramas y ser más directa.

Tyler Bates, subiendo peldaños

Tyler Bates

Su madre le introdujo en el mundo de la música a través de diferentes músicos y agrupaciones (Zappa, Coltrane, Simona and Garfunkel, Sly Stone), a la que sumaron algunos musicales de Broadway que le dejaron marcado, como Hair o Jesus Christ Superstar, o influencia musicales de grupos como Kiss, Led Zeppelin o U2.

Los comienzos cinematográficos de Tyler fueron pasitos que acabaron dando su fruto a partir del año 2000, con el remake de Get Carter, donde Tyler paga homenaje al original de Roy Budd, (genial compositor británico tristemente desaparecido hace ya dieciséis años) añadiendo ritmos funkys, bases electrónicas y orquesta, en una curiosa e interesante fusión, o la película City of Ghosts (2002) de Matt Dillon, con el propio Dillon y James Caan al frente del reparto.

Cover Get Carter

Pero será el terror y el fantástico el que lance a Tyler al estrellato. Primero, una cult movie, el remake de Dawn of the Dead (2004), donde Tyler comienza a asentar las bases de su estilo; música ambiental, tensa y atmosférica, que enrarece y vicia el aire, provocando zozobra e inquietud.

Posteriormente, otra cult movie, quizás la mejor de todas en las que ha participado, The Devil’s Rejects (2005), para el que escribe una de las mejores películas de terror de los últimos años, enfermiza y bestial, donde Tyler colabora con música desquiciante y siniestra, para esta secuela de Rob Zombie de  House of 1.000 Corpses (2003).  

Le seguirá Slither (2006), película sobre de babosas alienígenas invasoras, una gamberrada con toques gores donde tenemos a un gran y descacharrante Michael Rooker (Mississippi Burning, Sea of Love, Cliffhanger) y al simpático Nathan Fillion (Firefly, Serenity). Tyler compone un score funcional y ajustado.

Pero todo comenzará a asentarse para Tyler Bates con cuatro proyectos de capital importancia. Primero, la novela gráfica de Frank Miller, 300 (2006), donde Tyler Bates compone un score épico y cargado de testosterona, muy polémico por el uso de temp tracks de Titus, que provocó no poco malestar.

Cover Watchmen 300 cover The devils rejects cover Dawn of the dead cover

En el 2007 vuelve con Rob Zombie en el aclamado remake de Halloween (2007), nueva inmersión a pleno pulmón en el género del horror, nadando como pez en el agua.

Le seguirá Doomsday (2008), ahora en análisis, y el remake de The Day the Earth Stood Still (2008), donde el inexpresivo Keanu Reeves interpreta a Klaatu, el extraterrestre venido a conciliar los mejores deseos de paz en la raza humana.

the day the earth stood cover

También ha trabajado en el mundo del videojuego, como The Rise of the Argonauts (2008), así como en el medio televisivo, donde destaca la serie Californication, del ex X-File David Duchovny.

Actualmente estrena Watchmen, llamada a ser un auténtico exitazo de taquilla,  y prepara Halloween 2 entre otros proyectos más. Interesante panorama

When Tyler Bates Meets John Carpenter

Y Vangelis, Tangerine Dream, Brian May, John Murphy, .... Tyler Bates ha tomado muy buena nota del marco conceptual para crear el score de Doomsday. Principalmente, hablamos de un pequeño revival del cine fantástico de acción de los 80.

Y como tal, ese homenaje fílmico se torna en musical, como era de esperar. Así, cada vez que aparece Sinclair en pantalla, la antiheroina de la película, solemos oír texturas carpenterianas, o cuando aparecen coches en pantalla para las persecuciones, oímos un estilo más próximo a Brian May.

Foto Doomsday

Todo ello sin perder el toque de Tyler Bates; ambientes musicales que sugieren más que trazar un tema (como en Slither y tantas otras), con guitarras eléctricas y fuertes percusiones, algo que en 300 llamaba fuertemente la atención en las batallas, o incluso el uso de la voz o las masas corales para destacar ciertos elementos (en 300 aspectos más étnicos o tribales, y en Doomsday más elegíacos).

También encontramos destellos de Vangelis para algunos pasajes más reflexivos, e incluso un toque de Tangerine Dream. Pero si agitas bien la coctelera, el resultado final posee un sabor dulce y agradable, que con cada escucha gana una y otra vez, fácil de digerir y difícilmente no disfrutable, en especial para los que crecimos con el cine de Carpenter de los 80, Vangelis, Tangerine Dream o con el Mad Max de Brian May (nada que objetar al glorioso trabajo de Jarre en la tercera entrega), entre muchísimos más.

Leitmotiv Principal

Poster Doomsday

El score de Tyler Bates es más una sucesión de temas vibrantes y adrenalíticos para los temas de acción, donde guitarras, percusiones, bases electrónicas, secciones de cuerda, vientos o coros provocan reacciones no aptas para cardiacos, que una intención de cohesionar el cuerpo del score. Se trata más bien de destacar y enfatizar, incluso en los momentos más sugerentes o tensos, que asociar un motivo retentivo.

No obstante si nos encontramos con un leitmotiv principal, el que aparece en el corte “Exodus”, que abre la película y nos muestra el caos y la anarquía que tiene lugar en Glasgow con la infección de la población y su contención dentro de un enorme muro construido alrededor de la isla de Glasgow.

El corte es elegíaco y apocalíptico, construyéndose de forma suave y progresiva hasta acabar siendo un motivo arrollador y violento, con la sucesión de imágenes que van aconteciéndose, desde el soldado que abre fuego sobre la multitud, hasta que la niña protagonista es evacuada en un helicóptero mientras su madre queda a la intemperie.

Este leitmotiv principal, que bien podríamos llamar el motivo apocalíptico (leitmotiv Doomsday), aparece varias veces durante la película. Por ejemplo, cuando nuestros protagonistas llegan al castillo feudal, en “Talamon”, tras la apertura de percusión medieval, escuchamos el motivo apocalíptico, que se asocia a la figura del enorme y temible caballero Talamon, una figura cuasi apocalíptica a la visión de los protagonistas, o el siguiente corte, “Captured”, donde son llevados al castillo, atravesando el pueblo que da acceso al trono del rey, mientras oímos el tema principal de forma oscura y siniestra.

Poster Doomsday

También destaca en el corte “Prime Suicide”, el prólogo del Apocalipsis en Londres con el suicidio del Primer Ministro, o el ambiental y siniestro “It’s Medieval Out There”, un corte donde Tyler bates une magistralmente texturas sintetizadas y ambientales un poco carpenterianas con la orquesta, construyendo unas texturas musicales desoladoras y melancólicas, conforme el convoy militar avanza por un Glasgow deshabitado y abandonado, otrora una ciudad moderna y civilizada, para iniciar su misión de buscar una cura.

Sinclair y el Futuro

Donde Tyler Bates focaliza más la sensación de futuro y desolación es en el personaje de Sinclair y en describir el Apocalipsis que se ha cernido sobre Glasgow y que amenaza a Londres.

Sinclair es huérfana, y treinta años después vuelve a Glasgow, al lugar de donde fue rescatada, y donde su madre perdió la vida, como otros tantos. Esa sensación de soledad y desolación queda perfectamente plasmada no solo en el apocalíptico leitmotiv principal, sino en cortes como “Piss & Vinager”, donde unas sonoridades etéreas, al más puro estilo Vangelis, colman la pantalla mientras Sinclair habla de su madre con su superior (Bob Hoskins) tras el incidente del bote.

Bob Hoskins Encontramos esas texturas ambientales pero más siniestras en cortes como “Strung Up”, cuando Sinclair es interrogada por un brutal Sol antes del espectáculo bizarro de bailes y carne humana a la parrilla. El corte refleja la tensión que sufre Sinclair en su cuerpo, pero también un misterio a lo desconocido, con inclusión de un breve pero cuasi bello pasaje musical, donde una bella voz solista femenina introduce unos apuntes dramáticos que me traen a la memoria cosas como Patriot Games de James Horner, por ese toque gaélico o escocés en la entonación del canto.

En cuanto al sonido Sinclair, Tyler Bates no le llega a asociar un motivo en el sentido estricto de la palabra, sino más bien una serie de sonoridades. Me atrevería a decir que todo lo que escuches y te suena a Carpenter... es Sinclair. Por ejemplo, el espectacular y maravilloso “Boat”, donde Sinclair y un compañero asaltan un bote en el muelle para pillar infragantes a una banda criminal en pleno business.

Tyler introduce unos sintetizadores al más puro estilo ochentero y carpenteriano, marcándose un ritmo increscendo, al que va añadiendo todo tipo de sonoridades con abrupto final (punteos de guitarra, latidos sintetizados a lo Carpenter) para la muerte del compañero de Sinclair (menudo reventazo de melonera en pantalla). Es un magnífico Déja Vú a scores como Escape from New York.

En “Block 41”, tras descubrirse un brote de epidemia en Londres, Bob Hoskins hace montar a Sinclair en su coche, y en un breve pero interesante paseo, le pone al día del tema antes de llevarla hasta un helicóptero que la conducirá hacia su nueva misión.

Foto DoomsdayTyler introduce un vibrante comienzo carpenteriano, a lo Escape from New York, donde los sintetizadores hacen las veces de batería, creando un ritmo percusivo muy ochenteno, añadiendo todo tipo de sonoridades para crear un motivo futurista y misterioso.

Conforme el score avanza, ese sonido Sinclair va diluyéndose en el resto de la partitura (especialmente tras el corte “Train to Kane”), desembocada en toda una amalgama de espectaculares cortes de acción finales donde los motivos Sinclair aparecen fundidos con las masas corales, orquestales y toda clase de sonoridades cañeras (guitarras eléctricas, bases electrónicas y baterías).

Pero quiero destacar dos breves pero brillantes cortes, de nuevo carpenterianos a más no poder, que siguen al “Strung Up” anteriormente comentado, y que constituyen la fuga de Sinclair. El primero es “Sinclair Slips Free”, donde Tyler marca el ritmo con guitarras eléctricas mientras los sintetizadores acompañan con un ritmo pulsante.

Foto DoomsdayLe sigue el magnífico “Sword Fight”, donde Sinclair se bate en duelo de espadas con la “querida” de Sol, en fatal desenlace para la chica (que le corten la cabeza). De nuevo bases electrónicas, sintetizadores y guitarras eléctricas construyen un corte vibrante y lleno de energía.
Finalmente, nos encontramos con “Train to Kane” con un latido carpenteriano, en el inicio (al estilo de The Thing) introduciendo un motivo a los treinta segundos que contiene un ligero Déja Vú al de Resident Evil (el asociado a la corporación Umbrella). Mientras el corte avanza, Tyler comienza a añadir más texturas sintetizadas y bases electrónicas, consiguiendo un sonido Tangerine Dream total, muy bien desarrollado e integrado en la película, tras la huida de Glasgow en el “Train Escape” para buscar a Kane, el científico que puede salvarles del Apocalipsis.

Dale Caña Tyler – Bates in Action

Foto DoomsdayDoomsday es caña, adrenalina y acción. Es algo que desde que oímos el corte nueve, “Hospital Battle” queda completamente patente. Tyler abre con ritmos heavys, donde la guitarra eléctrica y la batería dan paso a una magnífica fanfarria de cuerda, coros y vientos que en algunos momentos suenan a Horner. Tyler marca perfectamente los tiempos, y musicalmente se adapta perfectamente a las imágenes como uña y carne (el primer asalto de la tribu de Sol).

Pero antes del “Hospital Battle”, Tyler nos adelanta parte del tema “Bentley Escape”, reutilizado gran parte del corte para la batalla del hospital (previo al “Hospital Battle”), que escuchamos sólo hasta la fase final épica (omitida aquí), coincidiendo con el degollamiento del conductor de uno de los dos carros blindados.

Foto DoomsdayTrain Escape” es uno de los mejores cortes de acción del disco, magistralmente construidos, con algún toquecillo Matrix de Don Davis con esas distorsiones sonoras tan famosas (en otros cortes, como “Headless Love” recuperará alguna de esas sonoridades), e incluso un toquecillo Goldsmith en la apertura del corte, con un breve motivo que me trae a la memoria del tema de Rambo: First Blood Part 2 asociado a los japoneses. Es un corte que es como una montaña rusa, para el momento en que Sol persigue a los protagonistas con todo su séquito a bordo de un autobús y con acompañamiento de motos, a lo Mad Max.

Tyler va conduciendo brillantemente la acción con los violines y los vientos en conjunción con guitarras eléctricas, baterías y bases electrónicas, hasta que el corte desemboca en una parte final trepidante, con la llegada de los protagonistas a la estación donde les espera el tren. Al minuto y veinte Tyler introduce un breve pero maravilloso motivo asociado a Sinclair a base de sintetizadores y con guitarra eléctrica, para pasar a una fase más cañera donde la acción se construye de forma circular y creciente hasta que se diluye con la huida del grupo de Sinclair en el tren. Gran tema.

Foto DoomsdayLa parte final es acción pura, comenzando con “Same Shit Different Era”, momento en el que Sinclair tiene una conversación con Kane acerca del futuro venidero, donde la música de Tyler es oscura y siniestra, con alguna aparición de las sonoridades carpenterianas para el personaje de Sinclair, para dar paso a una fase de percusión magistral, con acompañamiento de sampleados de voces masculinas y bases electrónicas, donde nuestra protagonista salta a la “arena” para batirse con Talamon, añadiendo punteos furiosos de guitarras eléctricas para la fase final de acción, adrenalina 100%, al más puro estilo 300 (“No Mercy”).

Slayer” narra la fuga del equipo de Sinclair, tras ser rescatada ésta de los arqueros de Kane, para acto seguido huir del castillo, con un ritmo constante y espectacular, donde de nuevo las percusiones y las bases electrónicas marcan el paso mientras la orquesta va acompañando de manera magistral.

Tras la pieza de huida “Finish Her Off” (con algún toquecillo a lo Trevor Jones), orden directa de Kane de acabar con Sinclair, llega la magistral pieza “Bentley Escape”, probablemente el mejor corte de acción del compact. Tyler construye un ritmo de urgencia frenético, cada vez más intenso y desesperado, mientras los protagonistas preparan su huida del búnker a bordo de un Bentley, a la par que los caballeros medievales se aproximan.

Foto DoomsdayBates domina perfectamente los tiempos, introduciendo fases frenéticas de cuerda (aderezadas con percusión, bases electrónicas, batería, punteos y coros masculinos), que construyen motivos circulares y ascendentes, envolviéndote y transmitiendo celeridad y premura ante el peligro con un carácter épico y vibrante, hasta finalizar en un motivo final de gran intensidad dramática, donde unos sintetizadores marcan un ritmo lento y tenso, mientras una bella voz solista femenina, acompañada de un solemne punteo de guitarra, trazan una melodía de contenida intensidad para la muerte de un miembro del equipo de Sinclair, confiriéndole un tono épico y elegiaco a la escena.

Finalmente “Headless Love”, puro frenesí musical, violento y salvaje, un virulento pasaje sonoro muy a lo Brian May en Mad Max. Previo a éste corte, Tyler, tras la fuga del Bentley del refugio subterráneo, nos ofrece dos temas; repite el “Hospital Battle” para la huida, y luego introduce trozos de la canción “Two Tribes” de Frankie Goes to Hollywood.

... Y Dos Canciones, con Can Can Final

El espectáculo bizarro del macarra de Sol sobre el escenario (un púlpito desde donde predica su religión, basada en el caos y la anarquía) es musicalizada con dos canciones. La primera, “Dog Eat Dog”, para el achicharramiento de uno de los miembros del grupo de Sinclair a la parrilla, para ser troceado y servir de alimento a la comuna de Sol.

Foto DoomsdayLa canción, de Adam and the Ants, es todo lo que podemos esperar para el acontecimiento; ritmos roqueros y desenfadados, algo cañeros, y que van en consonancia con tamaña barbaridad y atrocidad que vemos en pantalla.

Previo al momento holocausto caníbal que vivimos, tenemos un Can Can de Sol con un grupo de escoceses en falda bailando, momento hilarante pero no exento de diversión, sobre todo por la caracterización de Sol, un descojone. Es una breve pieza que cierra el compact.

Y por último, “Two Tribes”, de Frankie Goes to Hollywood (famoso por su hit Relax, momento Zoolander), una canción pop ochentera que es introducida en la carrera final con claras connotaciones argumentales (dos tribus, la de Sol y la de Sinclair), y que iría entre la repetición del “Hospital Battle” y el “Headless Loves”. No aparece en toda su longitud, casi ocho minutos, pero si gran parte, y he de reconocer que le queda como anillo al dedo.

Foto DoomsdayVolvemos a los 80

Este retorno musical a aquella época me ha provocado alguna que otra sonrisa de complicidad y que, durante gran parte de la audición del score, me corra la sangre por las venas y fluya a gran velocidad.

Y todo gracias al hacer de Bates, quien conjuga su propio estilo (que ya ha ido remarcando en obras como 300) con homenajes sinceros y cariñosos a grandes compositores de los 80, como el gran John Carpenter, Brian May, Vangelis o Tangerine Dream.

Disfrutable al 100%, y recomendable al 150% para todos los amantes del sonido musical de los 80.

Lo Mejor: La fusión de estilos, los cortes de acción, brutales la mayor parte, y el cómo encaja el score con las imágenes, añadiendo texturas futuristas y épicas para ésta aventura fantástica de tintes apocalípticos.

Lo Peor: Cierta dureza en algunos pasajes (no problem for me) y la mezcolanza de estilos no propios que danzan por la película (justificable por el tema del homenaje; No estamos ante un caso Titus).

El Momento: Son varios, porque tiene muchísimos, pero me quedo con “Train to Kane”, maravilloso sonido Tangerine, el breve  y eléctrico “Sword Fight”, el apocalíptico “Exodus” y el adrenalítico “Bentley Escape”.

Rubén Franco Menéndez (Patton_Goldsmith)

 
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