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Charlotte Gray

Charlotte Gray


Compositor: Warbeck, Stephen
Año: 2001
Distribuidora: Sony Classical
Duración: 49:25

Muy bueno
Tracklist:
  1. The Train +
  2. Charlotte Gray +
  3. The Plane to France *
  4. The Village *
  5. The Threat
  6. The Loft
  7. The Decision *
  8. The Tunnel
  9. The Field
  10. Nobody´s Ordinary Now *
  11. After the Letter
  12. The Gendarmes
  13. Waiting *
  14. I´ll Find You +
  15. My Name is Charlotte Gray +

* Los mejores temas
+ Los temas excepcionales

Un nuevo drama épico histórico para Warbeck, ¿les suena?

Ante Stephen Warbeck se estaba presentando un dilema conforme avanzaba en su carrera. Ser el ganador del Oscar por "Shakespeare in Love" le estaba colocando en la diana de todo tipo de proyectos, digamos novelescos, con el drama romántico y épico como punta de lanza, con "La Mandolina del Capitán Corelli", y el drama trágico histórico con "Quills", o "Deseo" en España. El problema podría aparecer si surgía el encasillamiento, al requerir todos ellos una creación sinfónica melódica repleta de drama, íntimo o épico, y los directores comenzaran a solicitarle el típico "Componme algo como aquello que hiciste en...".

Afortunadamente, Stephen Warbeck ha podido sortear con el tiempo esta dificultad, y es reseñable que dentro de su estilo pleno de sinfonismo clásico y melódico con claras armonías y orquestaciones, todas sus composiciones pueden diferenciarse sin dificultad, y en ningún caso surge el conocido dejà vue de "esto se parece en exceso a aquello", lo cual en los tiempos que corren, no puede ser más positivo.

En el 2001 otro proyecto en esa línea ya transitada por el compositor, le obligaba a un nuevo tratamiento musical, dentro del drama romántico histórico y épico (en el que había conseguido convertirse por derecho propio en una de las primeras elecciones por productores y directores). El título era "Charlotte Gray", y a pesar de acompañar a un film letárgico y plomizo en su ritmo, falto de intensidad y convicción en puesta en escena e interpretaciones, su música, lograba situarse con facilidad, entre lo mejor de la propuesta, con un tema central, que se encuentra entre lo más destacado compuesto nunca por Warbeck (lo cual es todo un elogio para esta composición).

De cómo ni siquiera un director sin interés en la labor del compositor, puede evitar la creación de una gran obra

La partitura se despliega con un bello motivo a las cuerdas, "The Train", con breves pinceladas de la sección de viento, pero siempre dominada por un preciosista leit-motif al violín solista, absolutamente extasiante, y caracterizador en su intensa melodía de todo el drama y la tragedia que el film en su frialdad es incapaz de sugerir.

Charlotte GrayLas cuerdas, y especialmente el violín, se convierten en los protagonistas destacados de la partitura, con su dulzura y su capacidad nostálgica hecha arte musical. La entrada del tema principal "Charlotte Gray", con un violín acompañado de arpa y guitarra dando paso suavemente a los cellos, nos hace imbuirnos en un estado de relajación y paz, precursoras del drama que nos espera a continuación. Es lógico en ese aspecto, que el motivo no aparezca hasta el final de la película cuando los conflictos se resuelven, pero es que en el film, lo hace a destiempo, cuando el drama está en su punto álgido, luego volviendo a repetirse en la emotiva (al menos musicalmente) escena final de reencuentro.

Es por ello que debemos señalar un dato que nos confesó el propio Stephen Warbeck en la entrevista que tuvimos el honor de realizarle hace unos meses y que pueden encontrar aquí. Durante la post producción y composición de la música, la directora, Gillian Armstrong, residente en Australia, jamás accedió a volar al Reino Unido, dónde se iba a grabar la partitura, y entrevistarse en persona con Warbeck para decidir conjuntamente hacia qué camino conducir la música. Todas las comunicaciones fueron telefónicas, y el compositor debía mandarle por correo (¡¡!!) cada nueva composición para recibir el visto bueno. La decisión final sobre dónde incluir tal o cual pieza recayó en la directora, para bien o para mal.

El motivo para la heroína no volverá a escucharse hasta los últimos temas del disco, y a partir de este momento, se recurrirá principalmente:

  • a variaciones en la orquestación del motivo presentado en "The Train", como en "The Plane to France" (melódica e íntima), o "Waiting", cargada de tensión y expectativa, en la combinación entre el piano, la celesta, los vientos de madera, el arpa y el violín, proporcionándole un acentuado lirismo;
  • a un nuevo tema para generar intranquilidad y tensión ante los eventos de la trama, presente en "The Village", con un crescendo a las cuerdas, en la atonalidad e inquietud que nos sugieren los efectos sintetizados de "The Gendarmes" o las sutiles apariciones de la percusión en "The Threat", en la presencia de efectos orquestales en el trasfondo sonoro de "The Decision", o en la ampulosidad de "The Field" donde encuentra acomodo un bello solo de guitarra, como remanso de paz ante el drama.

Warbeck encuentra sin embargo su momento durante el desarrollo trágico de los acontecimientos, para situar una hermosa elegía, como no, a las cuerdas, y aportar esperanza y melodía al drama, en un motivo que el propio Georges Delerue firmaría orgulloso, el fascinante "The Loft", cuya cadencia es retomada con un carácter más "Morriconiano" si se me permite decirlo, en "The Tunnel", y en un alarde de sensibilidad al piano en "After The Letter".

Charlotte GrayEl tema de "Charlotte Gray" resurge en forma de pastoral en "Nobody´s Ordinary Now", para explotar en toda su melancolía, poder e intensidad, entre maravillosos arreglos para violín, cellos (fastuosa su entrada a los 50 segundos del tema), y una dulce percusión en "I´ll Find You", precediendo a la Suite final "My Name is Charlotte Gray", una Suite que debería incluirse por derecho propio, entre los más impresionantes, y espléndidos, temas de amor, de todos los tiempos. Si no nos creen, concédanle una escucha, sin duda, nos lo agradecerán.

El compositor comienza a desarrollar el tema a piano, para ir creciendo en intensidad poco a poco, dando entrada a unos extasiantes y primorosos violines y cellos, que ofrecen finalmente y sin cortapisas, todo el potencial melódico y lírico del que es capaz, haciendo aparición la emoción con la entrada de toda la orquesta, revisitando el motivo de "The Train" a los 3:02 y alcanzando una vibración y una palpitante exaltación que el resto de la composición destilaba a flor de piel, pero que estaba esperando este colofón para finalmente explotar y maravillar al oyente. Probablemente, el momento en que se le dio carta blanca al compositor para explayarse, curiosamente durante los títulos de crédito del film.

Si Stephen Warbeck es capaz de esto, cuando la creación de su obra es tan problemática e inusual, ¿qué será capaz de ofrecernos cuando todo esté a su favor?.

La respuesta la pueden encontrar en el pequeño grupo de reseñas que hemos realizado para ustedes en nuestra página, como homenaje a este gran compositor británico.

Lo mejor: La solvencia del compositor para insuflar vida a una historia que lo está pidiendo a gritos, dando vivacidad a la plana puesta en escena y coherencia y drama a las, quien lo diría, anodinas interpretaciones de un elenco conformado por Cate Blanchett, Michael Gambon o Billy Crudup, entre otros. La aparición, por fin, durante el último cuarto de hora del romántico trágico y sobresaliente tema de amor "Charlotte Gray" y su rendición final, absolutamente extasiante, durante el encuentro final, "My Name Is Charlotte Gray", culminando en forma de Suite durante los títulos de crédito, plena de creatividad y sinfonismo.

Lo peor: Que le falte sangre en las venas al film y a su letárgico desarrollo, lo cual contagia algunas partes atonales de la partitura, y la decisión de la directora Gillian Armstrong de no permitir al compositor mostrar su soberbio tema de amor hasta el último cuarto de hora, sin detenerse a pensar, que para entonces ya nos hemos dormido de aburrimiento.

El momento: Dos. El instante en el que, casi al final de la película, Warbeck abandona la contención anterior y despliega su brillantísimo y pleno de lirismo y belleza, tema principal, "Charlotte Gray", al que sigue el emocionado alegato "I´ll Find You", y el hermosísimo final, musicalmente hablando, en el que el compositor nos ofrece al completo una Suite de sus temas, "My Name is Charlotte Gray", alcanzando un clímax orquestal de una intensidad, absolutamente sobrecogedora. Que pena que la frialdad del film no acompañe esta vez, la excepcional composición de un cada vez más grande Stephen Warbeck.

Asier G. Senarriaga

 
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