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Alone in the Dark

Alone in the Dark


Compositor: Deriviere, Olivier
Año: 2008
Distribuidora: Milan Records
Duración: 66:44

Excelente
Tracklist:
  1. Prelude to an End (01:33)
  2. Edward Carnby (02:36)
  3. The Fissure (03:43)
  4. Collapsing Floors (04:35)
  5. The Façade (04:59)
  6. Reception Hall (04:39)
  7. The Humanz (04:26)
  8. Who Am I? (02:25)
  9. Central Dark (01:24)
  10. Crying New York (02:36)
  11. Loneliness (02:03)
  12. Bethesda Fight (02:02)
  13. Killing the Fissure (03:47)
  14. No More Humans (04:40)
  15. Truth (01:11)
  16. Niamam (01:00)
  17. The Light Carrier Test (05:51)
  18. Shto Li (a cappella) (02:20)
  19. The Final Gate (05:08)
  20. The Choice (01:35)
  21. An End for a Prelude (04:11)

En 1992, la compañía francesa Infogrames sorprendía a propios y extraños presentando un juego revolucionario para la época, precursor de las aventuras gráficas en 3D, y cuyo máximo exponente era la enfermiza pero adictiva atmósfera con conseguía crear, manteniendo al jugador en una constante tensión, atento a los terroríficos peligros que le acechaban detrás de la esquina. Ese juego era "Alone in the Dark".

Alone in the Dark, el original La acción transcurría en la década de los años 30, y se situaba en Derceto, una antigua mansión victoriana donde se sucedían una suerte de fenómenos extraños, comenzando por la misteriosa desaparición de su único habitante, Jeremy Hartwood. Como novedad añadida para la época, el jugador contaba con la opción de elegir entre Edward Carnby, investigador privado contratado para resolver dicha desaparición, y Emily Hartwood, sobrina del desaparecido, quien decidía tomar cartas en el asunto personalmente.

Una vez en la mansión, descubríamos que nos iba a ser imposible salir hasta resolver el misterio, adentrándonos en una pesadilla con claros tintes lovecraftianos y repleta de peligros mortales y horribles criaturas ansiando nuestra sangre y nuestra alma. El juego conseguía introducirte en una malsana y terrorífica atmósfera que fue muy difícil de superar en bastante tiempo. A ello ayudaron desde luego los estupendos gráficos 3D, revolucionarios para entonces, los escogidos ángulos de cámara desde donde seguíamos la acción, y la potente banda sonora, la cual, pese a estar en formato Midi, por las restricciones de la época, conseguía sobresaltarnos en más de una ocasión, y de dos.

Alone in the Dark, la pesadillaSurgirían imitaciones, como Darkseed (con unos impresionantes diseños de H.R. Giger, el creador de la criatura de "Alien"), aparecerían secuelas (hasta tres más, antes de la que nos ocupa ahora, trasladando el terreno a maldiciones piratas e incluso hasta el Lejano Oeste). Y eso por no hablar de la infumable película del infame Uwe Boll, con un Christian Slater en horas bajísimas, y que poca o ninguna justicia le hacía a la saga.

Y, por fin, las actuales tecnologías han permitido que Atari, que absorbiera Infogrames en su día, lanzara el pasado 2008 la que es hasta ahora última entrega de la serie "Alone in the Dark", que sitúa al protagonista (de nuevo Edward Carnby, sin explicar demasiado bien cómo ha conseguido conservarse tan bien hasta llegar a la época actual) en New York, listo para enfrentarse a las fuerzas del infierno en pleno Central Park. Con unos gráficos a la altura de las circunstancias (con especial atención al juego de luces y sombras, no por nada nuestro protagonista se encontrará más de una vez "solo en la oscuridad") y con una atmósfera muy lograda y con claros tintes cinematográficos (como el original sistema de cargar y salvar partidas, que nos presentan mini-resúmenes de lo acontecido hasta la fecha o de lo que nos espera más adelante, respectivamente), parece que por fin ha aparecido un título al nivel del que originó la saga.

Y buena parte de culpa de que el juego resulte tan terriblemente envolvente lo tiene desde luego su banda sonora. Realmente consigue transmitirte sensaciones que van desde el misterio a lo desconocido, pasando por el terror por lo que pueda estar al acecho hasta la desesperación por lo que pueda aparecer ante nuestros ojos. La sabia combinación entre los oscuros sonidos orquestales y los escalofriantes coros en un idioma que parece ultraterreno (bueno, en realidad, es búlgaro, pero para nuestros oídos suena casi como cánticos de ultratumba y el efecto está bastante conseguido) logra que entremos fácilmente en la historia que nos propone el juego, y que incluso haya momentos en los que lo pases mal por la angustía que genera.

El responsable de tamaño logro es un, relativamente, recién llegado, Olivier Deriviere, de quien podéis conocer más en su web oficial. "Alone in the Dark" es su primer trabajo en editarse, pero navegando por su web tendréis la oportunidad de conocer algunos otros de sus trabajos para videojuegos, como "Obscure" y su secuela (que podéis descargar de forma gratuita), los cuales demuestran que Deriviere no es ningún novato a la hora de crear atmósferas terroríficas, y que "Alone in the Dark" es sólo un paso más en su evolución como compositor. Para este trabajo ha contado, además, con la colaboración de The Mystery of Bulgarian Voices, ganadores del Grammy, quienes aportan su importante grano de arena en la interpretación de la banda sonora.

Olivier DeriviereLa malsana sensación que transmite el score comienza desde la primera pista, "Prelude to an End", donde una solista entona un lamento que rápidamente es respaldado por la orquesta (aunque sean samplers, el resultado es bastante notorio) y, al poco, por el coro al completo. Éste va a ser el tema principal de la historia, "Shto Li", unos versos, que como ya dije están en búlgaro en el original (en el libreto del CD se encuentra la correspondiente traducción al inglés), pero que transmiten perfectamente la sensación de que estén invocando a algún mal ultraterreno y antediluviano. El tema se recobra con mayor fuerza en la siguiente pista, "Edward Carnby", asociada a la presentación del protagonista, quien de nuevo deberá darlo todo de sí para expulsar a las fuerzas demoníacas de nuestra dimensión.

En las siguientes pistas, desde la tercera, "The Fissure", hasta "The Humanz", nos encontramos con música del juego en sí, bien ambiental o bien asociada a escenas cinemáticas donde se nos ponga en situación. Los coros desaparecerán durante un rato para que sea sólo la música la que nos ponga de los nervios, con un toque oscuro y misterioso que amenaza con darnos un sobresalto en cualquier momento.

Música atmosférica y lóbrega, donde si nos fijamos, es posible encontrar alguna que otra reminiscencia de los trabajos de Goldsmith y Horner para "Alien" (pista "The Fissure", en la cual entramos en materia en lo que respecta al sistema de juego) y "Aliens" (al principio de la siguiente pista, "Collapsing Floors"), respectivamente. Mientras tanto, Carnby se adentrará en los escenarios que nos tiene preparados el juego. "The Façade" comienza con un ramalazo del "Predator" de Alan Silvestri para, al cabo de un minuto, introducirnos de lleno en un torbellino musical para un momento sin duda delicado para el héroe, para finalmente recordarnos el tema principal. A continuación, "Reception Hall" nos proporciona un breve momento de calma, que en casos como éste no provoca sino una incómoda sensación de que algo gordo nos espera a la vuelta de la esquina. Ésta es, quizás, la pista que más recuerde a la música del "Alone in the Dark" original, por ese aura de misterio y angustia. Tened precaución aquéllos con dolencias cardíacas, el inicio de la pista "The Humanz" puede daros algún susto, con el sobrenatural efecto causado por los coros, gimiendo y gorgoteando, y sembrando la duda de que su origen sea remotamente humano. Y no es más que la antesala de lo que nos vamos a encontrar justo después.

Llegamos ahora al momento álgido. Sin duda, el mayor golpe de efecto de la partitura se encuentra en la pista "Who Am I?", comandada por los ominosos coros, que vuelven de nuevo a recuperar el terreno que les pertenece, para regalarnos la que es, de lejos, la pista más potente de todo el CD. Intensa, enfermiza y trepidante, "Who Am I?" parece situarnos, durante los interminables 2 minutos y medio de duración, en pleno centro del mismísimo infierno. Realmente, Carnby debe estar pasándolo mal, luchando contra aquello, sea lo que sea, que oculta la oscuridad.

Alone in the DarkDespués del subidón de la pista anterior, es necesario algo de reposo, pero lo más que nos permitirá la banda sonora será una rendición del tema principal en "Central Dark", que no transmite sino angustia y desesperación. Estas grises sensaciones continúan en "Crying New York", donde, como su propio título indica, el coro entona una especie de réquiem como signo de condolencia por la ciudad, y en "Loneliness". Pero la acción no tarda mucho en volver, y lo hace en "Bethesda Fight", donde recuperamos los poderosos golpes de efecto que ya se usaran en "The Façade" para recordarnos que seguimos vivos y que de nosotros depende llevar a buen puerto el desarrollo de esta historia. Y así, en "Killing the Fissure" nos encontramos la parte musical que acompaña al que suena como el enfrentamiento final entre nuestro héroe y las fuerzas de la oscuridad. Hacia la mitad de la misma, los coros reaparecen, como para renovar las fuerzas del protagonista en este decisivo momento.

"No More Humans" basa también su fuerza en las sobrenaturales voces del coro, reutilizando el tema principal con una variación muy interesante, como retando al protagonista mientras enfrenta su desafío definitivo. "Truth", al igual que su título, nos suena a revelación, precediendo a otro desgarrador cántico, "Niamam", donde de nuevos esas terribles voces nos pondrán el vello de punta. El coro continúa acompañando a la orquesta en la pista "The Light Carrier Test", de tonos sacros, como evidencia el órgano que interpreta el tema principal al inicio de la misma. Ésta es además la pista más larga del disco, indicándonos además con ello que todavía nos queda una última prueba por pasar, mientras un crescendo de la música hacia el último minuto de la pista nos enlaza con "Shto Li (a cappella)", pista en la que el coro interpreta en solitario el tema principal, como se nos indica. Un efecto, el de escuchar a ese coro desangelado, que es de todo menos tranquilizador.

"The Final Gate" comienza también con una introducción por parte del coro, para dar paso a la orquesta, en otro momento dramático del mismo corte que "Bethesda Fight". En serio, esa especie de réquiem no ayuda nada a que nos calmemos. Música y voces nos transmiten la tensión de un último combate más para Carnby, antes de lograr el ansiado triunfo. Y algo así es lo que parece que se nos reserva en la penúltima pista, "The Choice", donde se pone fin a la aventura con lo que a todas luces suena como un "cliffhanger" en toda regla. A esperar tocan.

Terminamos un CD más que completo con la pista "An End for a Prelude", una última revisión del tema principal, para acompañar a los créditos finales, donde se juega con las palabras del título en clara alusión al título de la primera pista, cerrando el círculo.

¿Qué puedo decir, en resumen, que no haya dicho ya, y que no sea otra cosa que recomendaros de todas todas este estupendo trabajo? "Alone in the Dark" ya de por sí viene avalada por una de las sagas más terroríficas en lo que respecta a videojuegos. Pero es que además, es de esas bandas sonoras que consiguen hacértelo pasar mal, que te envuelven y te transmiten todo lo que el compositor buscaba contar con sus notas. Hacía tiempo que no lo pasaba tan bien con un score así, por contradictorio que pueda parecer. Después de esto, uno sólo puede quedarse expectante hasta el próximo trabajo de Deriviere, en espera de que no baje el listón y de que nos regale de nuevo un trabajo a la altura de éste. Estaremos pendientes.

Lo mejor: La fantástica y terrorífica atmósfera que la música ayuda a crear en conjunción con el desarrollo del juego, unido al descubrimiento de este brillante y prometedor compositor.

Lo peor: No se me ocurre nada, "Alone in the Dark" me parece un trabajo bestial.

El momento: Sin discusión, la pista "Who Am I?". Impresionante el efecto causado por los coros.

Bac Hylon

 
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