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American Assassin

Steven Price
     
Año:   2017
Sello:   Varèse Sarabande
Edición:   Normal
Nº Tracks:   14
Duración:   51:36
     
Ficha IMDB
Web del Compositor
 

 

Reseña por:
Fernando Fernández

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1.The Proposal (4:00)
2. Mitch Rapp (4:14)
3. Under Surveillance (2:30)
4. Hurley (2:23)
5. Plutonium (1:46)
6. AR Training (2:20)
7. Mission Aborted (3:23)
8. The Dogs (3:17)
9. Annika’s Identity (2:08)
10. I Trusted You (4:14)
11. I Knew Your Family (3:29)
12. Animal Spirits (9:46)
13. Brace For Impact (3:45)
14. Katrina (4:34)

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«The Proposal»

 

«Hurley»

 

«Katrina»

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El interesante equilibrio entre la electrónica y la acústica que es capaz de desarrollar, incorporando breves toques de emoción. Y esos toques y sonidos originales que siempre intenta ofrecer en sus composiciones.

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Cuando es simple atmósfera y las piezas pasan sin decirnos nada, esperando a ver si la siguiente nos trae algo nuevo. Literalmente.

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Queda poco terreno que destacar. El prólogo y el epílogo que son “The Proposal” y “Katrina” son, con mucha diferencia, lo más brillante e interesante de un conjunto excesivamente convencional.

BSOSpirit opina

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Nota media: 6,57

Ángel Aylagas (7), Fernando Fernández (6), Asier G. Senarriaga (5), Óscar Giménez (6), David Martínez (7), Jordi Montaner (8), David Sáiz (7)

 

La maldición de ganar un Oscar

Dentro del terreno de las músicas tópicas y sin personalidad actuales que suelo mencionar a menudo se encuentra la música de los thrillers de acción. Un género que se encuentra en una situación aún peor que el cine de terror en ese sentido. Se juntan demasiados tópicos y un montón de ideas muy vagas y poco desarrolladas en muchas ocasiones, por lo que el resultado es normal que no sea demasiado interesante. Y por supuesto, que sea tremendamente genérico. Si en este caso que es American Assassin, le sumamos un típico intento de crear una serie de películas en base a un exitoso personaje de una saga de novelas, es como ir añadiendo piedras al bote para terminar hundiéndolo. Que además hayan decidido utilizar la undécima novela de la saga como punto de partida ya mejor ni lo comento. Menos mal que yo soy un chico positivo y que sólo busca pasar un buen rato con acción y aventuras.

Detrás de la banda sonora en esta ocasión está el ganador del Oscar Steven Price. Un compositor que, a pesar de ese reconocimiento, no se está prodigando demasiado. Solo cinco proyectos tras su premio por Gravity desde el 2013. Y con el problema añadido (si exceptuamos esa pequeña joya que es The Hunt para televisión) de que su música tiene demasiados elementos y connotaciones que terminan recordándonos en demasía su trabajo al de la película de Cuarón. No sé yo si es uno de los afectados en los clásicos intentos de productores y directores de copiar sonidos (y buscar conseguir el mismo éxito). Lo malo es que en esta ocasión, además, viene envuelto por tratarse de una película y estilo excesivamente tópicos y ya muy manidos.

Los que conocéis a Price y el género, sólo con esos párrafos y sin haber escuchado un solo minuto de música os podéis imaginar por dónde van los tiros. El resultado con el que nos encontramos es una partitura de estas que yo denomino “hibridas”, salvo que en este caso centra mucho más su foco en los elementos de electrónica que en lo orquestal. Aunque esta última es evidente, su labor es mucho más de refuerzo que cualquier otra cosa. Incluso los escasos elementos emocionales se encuentran manejados por la electrónica. Una electrónica, eso sí, que acumula el buen desarrollo de texturas que es habitual en Price. Un elemento que, por lo menos en su caso, suele aportar cosas mucho más interesante que el puro ambiente atmosférico. Especialmente porque Price suele buscar aportar toque originales en sus sonidos y ritmos, trabajando con múltiples elementos, muy diversos en sonido y estilo, a diferentes niveles.

Sin embargo, aquí tiene dos grandes problemas. El primero, que salvo en un par de ocasiones puntuales su trabajo atmosférico no va más allá de un simple juego de intensidades de tensión y suspense con diversos grados de crescendo. Un estilo que ya hemos escuchado en innumerables películas de este tipo. Traducido a la banda sonora que estoy comentando quiere decir que encontramos dos tipos de música exclusivamente: piezas absolutamente atmosféricas, y piezas aportan un crecimiento de la acción y la intensidad. Pero siempre en la misma línea y con pocas variaciones de sonido y estilo. Entre las atmosféricas, existen momentos como “Under Surveillance”, “Plutonium”, “The Dogs” o “Annika’s Identity”. Afortunadamente, no es el formato más utilizado, con la mayor parte de la banda sonora incluyendo esos crescendos de acción que al menos aportan viveza al conjunto. Pero salvo los momentos en que la guitarra eléctrica y el tema del protagonista, junto con la orquesta, buscan aportar ciertos colores, tampoco hay mucho más.

Lo peor en este caso es que esas piezas de mayor intensidad y acción, tampoco nos ofrecen ningún momento de esos que pudiéramos llamar destacables o definitivos. Incluso aunque sólo fuese por la potencia o interés que desarrollan. Con lo cual, no se distancian demasiado de las puramente atmosféricas salvo por la intensidad que presentan. El mejor ejemplo de esto que explico lo podéis observar con “Animal Spirits”,  una pieza final de casi 10 minutos de la que, habitualmente, nos esperaríamos que presentase una explosión de ritmo y acción casi conclusiva en la película. Sin embargo, no nos termina diciendo nada, cuando (a priori) podía haber sido la pieza principal. Vamos a escuchar los mismos recursos que hemos estado escuchando anteriormente: sonido de retroalimentación electrónico, percusión, intervención de la guitarra eléctrica con un motivo casi de sirena, líneas melódicas en la sección de cuerdas para reforzar los momentos de crescendo y brevísimos toques del tema principal. Por sí sola puede ser una pieza interesante, pero como llevamos casi 30 minutos escuchando eso, la verdad es que es simplemente más de lo mismo. Analizándolas con un poco de detalle, prácticamente casi todas estas piezas podrían ser intercambiadas y no pasaría nada. Seguramente funcionarían igual de bien que el resto.

El elemento más destacado en estas piezas es la incorporación de ciertos toques melódicos en las líneas orquestales que nos va a llamar la atención en algunos temas. “Hurley”, “AR Training” o “Mission Aborted” pueden ser las más repetitivas en este sentido. Aunque hay otras  que nos llamarán más la atención , como ese breve solo violín de “Brace Yourself”, o los tracks con las aportaciones orquestales más evidentes, como “I Trusted You” o “I Knew Your Family”. Pero salvando pequeños detalles puntuales no hay mucho más que señalar.

Y es una pena porque ese prólogo que es “The Proposal” promete mucho más. Aparte de mostrarnos la habilidad y clase de Price manejando muy bien ese cóctel de electrónica y orquesta. Ese inicio introduce un tema con muchos toques evocadores y melódicos.  Destacando esos ritmos electrónicos brillantes y llamativos, reforzados por la guitarra eléctrica, hasta la entrada del sólo violín y la orquesta. La parte final del tema da un giro dramático y atmosférico, indicándonos que algo no está yendo bien, y nos introduce de lleno en la película. Pero con un elemento dramático interesante.

Luego nos presenta a su protagonista con “Mitch Rapp”, donde introduce el estilo más electrónico que rellena el resto de la banda sonora. Pero con el tema principal en la guitarra eléctrica, y líneas melódicas muy presentes. Sólo reforzadas por los toques y ritmos electrónicos. Lo malo es que todo ese brillo y emoción iniciales no vuelve a aparecer hasta el final. Literalmente. La electrónica brillante y el motivo emocional y evocador sólo lo volvemos a escucharlo en la pieza final “Katrina”. Una lástima.

El resultado final es el de quedarse con la sensación de que tanto la banda sonora y el compositor, a priori, son capaces de ofrecernos algo más que esto. Sin embargo, al igual que la película, termina cerrándose en un conjunto lleno de los tópicos habituales y con poca personalidad, excepto en momentos puntuales. A menos que se sea un amante de este estilo de música para thrillers de acción, el aficionado medio poco va a encontrar que le llame la atención. La música es funcional, seguro, pero impersonal también. Sinceramente, estoy deseando que en su próximo trabajo Steven Price sea capaz de mostrarnos su calidad. Espero que su incursión en el mundo de la animación pueda devolvernos, sin necesidad de que tenga que cambiar su estilo, al compositor moderno, interesante y original que ganó un Oscar por Gravity.