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Omoide no Mânî

(El recuerdo de Marnie)
Takatsugu Muramatsu
     
Año:   2014
Sello:   Tokuma Japan
Edición:   Normal
Nº Tracks:   34
Duración:   71:21
     
Ficha IMDB
Web del Compositor
 

 

Reseña por:
Antonio Miranda

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CD1
1. The Oiwa Home (03:36)
2. High Tide, Low Tide (03:43)
3. Anna (03:39)
4. Marnie (04:37)
5. Sayaka’s Dream (02:23)
6. Anna (Piano Version) (03:54)

CD2
1. ‘An Ordinary Face’ (01:40)
2. Anna’s Journey (01:42)
3. Off to the Post Office (02:01)
4. The Marsh House (02:10)
5. ‘The Light is On!’ (00:23)
6. The Girl in the Blue Window (00:58)
7. Sketching on the Boat (00:44)
8. The Girl Stood Up! (00:40)
9. ‘Like Just What I Am’ (01:00)
10. When I Held a Doll (00:47)
11. ‘It’s Not a Dream!’ (03:26)
12. The Two on the Boat (01:47)
13. Three Questions Each (01:15)
14. The Party (01:45)
15. Kazuhiko and Marnie Dance (02:23)
16. ‘Let’s Dance, You and I!’ (01:58)
17. While Cutting Tomatoes (01:14)
18. Hisako’s Painting (00:37)
19. The Blue Diary (02:43)
20. The Mushroom Forest (01:22)
21. The Two Confess (03:39)
22. ‘It’s Like We Traded Places!’ (00:57)
23. Anna Runs in the Storm (00:46)
24. A Final Wish (02:53)
25. Hisako’s Story 1 (03:14)
26. Hisako’s Story 2 (01:26)
27. When Marnie Was There (01:58)
28. Fine On The Outside (04:15)

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«Anna’s Journey»

 

«The Girl in the Blue Window»

 

«When Marnie Was There»

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La sutileza, elegancia y belleza de toda la composición.

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La impostura del tema final, una canción comercial, sin sentido ni contenido, que cierra la edición discográfica y la propia película, compuesta e interpretada por Priscilla Ahn.

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Anna descubre el diario de Marnie y recuerda, junto a su nueva amiga que llega con su familia a la mansión, momentos vividos entre ambas. El tema compuesto es excepcional, un fragmento de los que dejan marcada la evolución de un argumento al que se agarra de manera magistral: “The Blue Diary”.

Discreta y hermosa

elrecuerdodemarnie-poster“Por una parte, aunque la música no esté nada mal, tampoco es que se quede en la memoria”. Esta precipitada sentencia sobre la partitura de El recuerdo de Marnie demuestra una común costumbre de cómo juzgar fácilmente una composición por el mero hecho de la fijación o recuerdo que la música ejerce en el espectador tras el visionado de la cinta. Lejos de la realidad, al menos la mía propia, un trabajo como el presente crece desde el inicio al final y forma una estructura tan fuerte que su trabajo no necesita de fijación de notas ninguna para ser sobresaliente.

Composición hermosísima, lírica y bien hecha, aplicación estudiada y, en ningún caso, musicalización de fragmentos que no lo requieran y manchen, sin duda, el conjunto pesimista de la historia.

elrecuerdodemarnie-5Discreta y hermosa, la música para El recuerdo de Marnie significa el global de una vida, la de Anna (la protagonista junto a la compleja figura de Marnie), una joven solitaria, antisocial, introvertida, triste, profunda y bellísima… No se trata, como muchísimas veces en las producciones de los estudios Ghibli, de una niña de corta edad. Anna mantiene ya una intensa madurez y la música, reflejo de su inquietud y vitalidad más allá de lo que vive, nunca podría haber sido tan variada ni tener tantos registros como las ya conocidas del genial Joe Hisaishi (aunque, ciertamente, mantiene un tono similar a la magnífica Nausicaä del valle del viento (“When Marnie Was There”).

elrecuerdodemarnie-1Muramatsu opta, inteligentemente, por ofrecer al filme un sentido idílico, especialmente romántico y para eso crea una paleta de notas acordes con la vida de la joven, inquieta interiormente, describiendo siempre su mundo interno y dejando las secuencias más mundanas y triviales sin música, aspecto fundamental en la obra y, sin duda, muestra de la calidad de director y compositor.

elrecuerdodemarnie-4Takatsugu Muramatsu, músico japonés con trabajos desconocidos y todavía no numerosos, compone la música para el segundo largometraje del director Hiromasa Yonebasahi (Arrietty en el mundo de los diminutos, 2010) en lo que supuso, tras la despedida del inigualable Hayao Miyazaki, un parón temporal de los estudios.

Su emparejamiento con la famosa Inside Out, de Pixar, y el mundo de las emociones podría dar lugar a una interesante comparación de la presente composición con la de Michael Giacchino, dos obras sobresalientes que orientan de forma contraria dos mismos aspectos. No obstante, la profundidad y trascendencia del largometraje japonés y la seriedad y filosofía del compositor nipón tumban drásticamente a la superproducción mencionada si nos ponemos serios (quizá en un vencedor por K.O., ahí dejamos la duda), formamos un buen estudio y cultivamos la trascendencia  de ambas obras. Algo difícil, muy complicado tratándose de una de las mejores bandas sonoras que últimamente se han compuesto para animación.

elrecuerdodemarnie-2Los detalles en El recuerdo de Marnie son innumerables y, siempre, envueltos en una atmósfera vital triste que los oculta sutilmente para convertirlos, en ese instante, en hermosura. El inicio del filme es prudente, tranquilo y Muramatsu, de pronto, mientras Anna viaja a su nuevo destino preocupada e inquieta y el tren pasa de los campos en sombra al verde intenso por el sol (“Anna’s Journey”) como si de su propia vida se tratara, convierte este instante en una luz tan intensa o más que la del sol que recibe a la joven.

elrecuerdodemarnie-6Muchos de los temas, de igual forma, pareciendo una línea inquebrantable de melodía continua, poseen ligeros matices narrativos que sorprenden (“The Girl in the Blue Window”) y que, sin romper con brusquedad el conjunto, enriquecen este ámbito sin tratarlo en demasiados momentos. Habría sido un grave error narrar instantes que vemos, que suceden y que, precisamente, Anna rechaza y odia. Muramatsu, con maestría, vitaliza a la joven mediante tramos ínfimos y elegantes y desecha los más prolongados y sociales (fiestas, conversaciones…), parte de la angustia vital de Anna.

elrecuerdodemarnie-7En definitiva, partitura hermosísima, de una calidad y cualidad sobresalientes, aplicación medidísima y una implicación en la historia que deja de lado, en todo momento, la realidad existencial de la protagonista (cediéndola admirablemente al espectador) adentrándose en los pensamientos de un ser humano entrañable, más vitalista que cualquier otro y que consigue vivir mientras muere. Admirable.