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Avatar

James Horner
     
Año:   2009
Sello:   Fox Music / Atlantic
Edición:   Normal
Nº Tracks:   14
Duración:   78:52
     
Ficha IMDB
Web del Compositor
 

 

Reseña por:
Asier G. Senarriaga

1. «You Don’t Dream in Cryo….» (06:09) *
2. Jake Enters His Avatar World (05:24)
3. Pure Spirits of the Forest (08:49)
4. The Bioluminescence of the Night (03:37)
5. Becoming One of «The People», Becoming One with Neytiri (07:43) *
6. Climbing Up “ Iknimaya – The Path to Heaven” (03:18) *
7. Jake’s First Flight (04:50) *
8. Scorched Earth (03:32)
9. Quaritch (05:01)*
10. The Destruction of Hometree (06:47) *
11. Shutting Down Grace’s Lab (02:47)
12. Gathering All the Na’vi Clans for Battle (05:14) *
13. War (11:21) *
14. I See You (Theme From Avatar) (04:20), performed by Leona Lewis
* Los mejores temas

“Becoming One Of ‘The People’, Becoming One With Neytiri”

«Gathering All the Na’vi Clans for Battle»

«War»


El sentido de la maravilla y la fuerza sonora que James Horner imprime a sus composiciones más épicas y sinfónicas, logra en este trabajo cotas de magnificencia y niveles de majestuosidad pocas veces alcanzados. La belleza serena y mágica, llena de misticismo y vibración emotiva, palpable en la descripción musical del mundo Na’vi, y la emoción, y la acción más desenfrenada y apoteósica de la conclusión de la obra, con dos temas finales, de esos que jamás se olvidan, por méritos propios, situados ya entre los más destacados de su carrera.


El reciclado de motivos, fraseos o melodías de scores anteriores del compositor, aunque la solidez y construcción del conjunto hace olvidarse de ello para disfrutar y sentirse totalmente fascinado por el mundo musical de Pandora.


Innumerables a lo largo de toda la composición, pero por centrarnos solamente en el material editado en el CD, destacaremos tres. Primero, el alcance emocional que la música consigue en el impresionante “Becoming One Of ‘The People’, Becoming One With Neytiri”, lleno de esa capacidad para humedecer los lacrimales de la que Horner es un maestro. Además, los instantes climáticos de dos tracks excepcionales, sin duda de lo mejor del año 2009 y de bastantes años, “Gathering all the Na’vi Clans for Battle” y “War” (deléitense entre el min. 6:58 y el 7:34, y sientan la magia), llenos de intensidad y emotividad, épica desaforada y pasión, un hito en la carrera del compositor, una portentosa celebración de la música de cine sencillamente arrebatadora y magistral.

James Cameron:
Cuando la perseverancia, la ambición y el perfeccionismo definen la vida de un cineasta único

altCuando se comenta la trayectoria de un hombre de cine como James Cameron, los epítetos megalomaníaco, excesivo, exorbitado o inmoderado surgen con relativa asiduidad, incluso siendo pelín guasones, la palabra «titánico» suele ver la luz el común de las veces. Sin embargo, debajo de la crítica que subyace a sus presupuestos inmensos, a su lucha por el desarrollo tecnológico en relación con el mundo del cine, encontramos siempre, incluso sin la excepción irónica de sus más acérrimos críticos, admiración, fascinación y estupor difícil de ocultar, ante sus logros a lo largo de los años, desde los mismos inicios de su carrera. Bueno, tal vez obviaremos su primer film, Piranha 2 (Piraña 2: Los Vampiros del Mar), por razones obvias (film de productor, su ópera prima, presupuesto irrisorio…,  por no hablar de la carencia del más mínimo sentido del ridículo), pero tras comprobar que su primer proyecto personal, sacado adelante con tesón y fuerza de voluntad, partía de un guión propio que ha creado escuela, Terminator, no podemos sino admirar, y sin asomo de cinismo, la labor desde ese momento, de un director, nunca mejor dicho, hecho a sí mismo.

altCameron es un hombre capaz de redefinir brillantemente una obra maestra como el Alien de Ridley Scott, cambiando de un bandazo de género, y mediante la acción desaforada, frenética, intensa, casi superar a su predecesor (aunque esto es cuestión de gustos personales), apoyar de su propio bolsillo el desarrollo de un nuevo tipo de cámaras submarinas que le ayudaran a plasmar su mundo sumergido colmado de criaturas de otros mundos, en The Abyss, mejorar lo aparentemente insuperable en Terminator 2: Judgment Day (Terminator 2: El Día del Juicio), al embarcarnos en una nueva montaña rusa antológica de disfrute continuo, que inició el despegue del mundo de los efectos especiales de ordenador (CGI) tal como lo conocemos actualmente; que reunió en un solo film dos de sus ambiciones de juventud, lograr en un film la perfecta comedia con su propia versión de una Bond movie, en la trepidante y desenfadada True Lies (Mentiras Arriesgadas), o para finalmente llevarnos a un histórico viaje a los restos reales del barco más famoso de la historia, y retrotraernos al pasado para narrarnos con, le pese a quien le pese, una pericia y un dominio escénico y de la integración de cientos de extras y miles de efectos físicos y digitales, una historia de amor emocionante y vital, más grande que la vida, a bordo de un trasatlántico llamado …

Titanic.

Y el resto, sencillamente, es ya, historia.

Hasta que llega a nuestro conocimiento que Cameron tiene otro guión entre manos, creado antes incluso de que el monumental éxito del imbatible film más taquillero de todos los tiempos se hiciera realidad, y que necesitaba para su plasmación, un desarrollo tecnológico aún no existente. Un desarrollo tecnológico, que él mismo se iba a encargar de impulsar, aunque le llevara más de una década. Y así fue…

… íbamos a conocer el mundo de los Na’vi, íbamos a visitar un planeta muy muy lejano llamado…

Pandora.

Sin duda alguna, una palabra iba a definir todo el proceso, una palabra que se aplica con determinación y contundencia a toda la carrera de Cameron, una palabra ante la que él mismo asentiría, como definición más ajustada de su propia vida, y esa palabra, no es otra sino…

…ambición.

La evolución del CGI, desde Total Recall, Parque Jurásico y Terminator 2, hasta Titanic y The Lord of the Rings, el camino hasta AVATAR

altAún rememoro con nostalgia la ceremonia de los Premios de la Academia de marzo de 1989, un año en el que durante la misma, se preparó, al más puro estilo hollywoodiense, un breve documental para acompañar la entrega de la distinción a los mejores efectos especiales del año. Lo cierto es que no recuerdo quién obtuvo el galardón, ni siquiera los nominados, pero sí recuerdo esa pieza, y hasta hoy, me sigo viendo con la boca abierta ante aquel increíble montaje homenaje a los genios de los F/X.

Y desde el avance que supuso el morphing, empleado en Willow, pasando por la magia de encontrarse en Marte o sentir la fuerza de succión de la descompresión de una cúpula en el Planeta Rojo, la galería de extraterrestres de los Men in Black, la visita a Isla Nublar, o tras ello, el viaje a Isla Sorna, el total convencimiento de que el metal líquido existía en un futuro dominado por Skynet, y que un Terminator podía ser reprogramado para proteger a la única altesperanza de la humanidad, que el hundimiento de un transatlántico partido de Southampton pudiera ser creíble hasta lo impensable, que la Tierra Media pudiese nacer a la vida en una pantalla delante de nosotros, y que sus criaturas, personajes y epopeyas pudiesen emocionarnos hasta la médula como lo hicieron; hasta la actualidad, en la que todas esas vivencias en la pantalla grande, toda esa magia desplegada, sólo significaron el inicio de un viaje, un viaje al que aún le quedan multitud de estaciones, un viaje que en 2009, acaba de atravesar otro paso crucial, gracias al nuevo film de James Cameron.

Me dejo muchos grandes logros, muchos efectos visuales portentosos que merecerían ser nombrados en los últimos veinte años, muchos mundos creados verazmente, por ser recordados, pero sin duda, aún faltaba un paso por dar, un paso que llevó a un director a esperar doce años para mostrarnos un nuevo universo.

Hasta llegar a…
Avatar.

El universo 3·D ha llegado, punto de no retorno: Pandora.
You should see your faces!

altYa desde la puesta en marcha del rodaje de la fotografía principal de Avatar, allá por la primavera del 2007, el objetivo era hacer regresar el cine en 3D a las salas de cine, que no fuera una moda pasajera como en el pasado, pero hacerlo esta vez, bien. Por ello, James Cameron ha desarrollado sobre la base de la tecnología “motion capture” (que recibió los impulsos iniciales del trabajo de Robert Zemeckis en The Polar Express en 2004, posteriormente ampliados en Beowulf en 2007, y este mismo año 2009 con Cuento de Navidad), la Fusion 3D Experience, que emplea una nueva cámara, patentada por Cameron, con dos objetivos HD, logrando una perfecta integración de los elementos en plano con la profundidad de campo otorgada por las tres dimensiones, aportando una conjunción instantánea de hasta un 40% de imagen real y un 60% de imagen de síntesis.

El trabajo de vanguardia del director natural de Ontario, a la que sumar la creación de un mundo nuevo desde cero, con los Na’vi, el resto de la fauna y la flora, la conexión entre todas las criaturas, la morfología alienígena, las peculiaridades de un planeta como nunca antes vimos, hace que los espectadores empiecen a familiarizarse con el cine en 3D de nuevo, y a desear experimentar estar en Pandora, una y otra vez.

Abran su mente a la evolución, déjense llevar por un espectáculo mayúsculo, deléitense con el sense of wonder de un universo fascinante, llega

un film que cambiará el mundo del cine.

Tras Avatar
ya nada será como antes.
You are not in Kansas anymore,
you are in Pandora!!!

altEl film nos presenta a un marine herido en combate, Jake Sully, actualmente parapléjico y en silla de ruedas (un carismático y excelente Sam Worthington), que se lanza a la aventura de su vida viajando a un planeta a cinco años de distancia estelar, Pandora, como consecuencia de ser el único ser humano compatible con el ADN de su hermano, científico fallecido poco antes de incorporarse al viaje, y parte indispensable en una misión de vital importancia en el citado planeta. Una vez allí se verá en un juego cruzado entre su pasado en el ejército, que el comandante de seguridad de la base del lugar, Quaritch (un Stephen Lang espléndido como siempre) utilizará para sus propios fines: infiltrarse entre los nativos, ganarse su confianza y proporcionar información valiosa sobre sus debilidades y puntos débiles, y el equipo científico en Pandora, dirigido por la oficial científica Grace Augustine (una impecable y adorablemente irascible y malhumorada Sigourney Weaver).

Jake, inicialmente encantado de ser de utilidad, entra en el programa Avatar, gracias al que mediante una compleja operación muy sofisticada conectará su conciencia con un Na’vi criado por los humanos en tanques (mitad Pandoriano -3 metros de altura, con una larga cola y orejas en punta, y un pronunciado tono azulado en su piel, además de bioluminiscente- mitad humano, en una mezcla perfecta de ADN de las dos razas, el Avatar del título) para ser uno de ellos, un habitante de ese nuevo mundo.

altLo que resta por delante nos narra cómo Sully, a través de su Avatar, conoce a una princesa nativa, Neytiri (una maravillosa Zoe Saldanha en el papel de su vida) que le salva la vida primero y luego le introduce en su mundo, creándose una conexión espiritual poco a poco entre ellos, que llevará al humano a una encrucijada final, en la que decisiones deberán ser tomadas, y el futuro de los Na’vi y de la expedición humana, chocarán, abocando el desenlace a una guerra inevitable, y a un sacrificio, que sobrecogerá la platea.

altUn guión de James Cameron que recoge múltiples referencias a historias ya contadas, la llegada al Nuevo Mundo, y la historia de Pocahontas y John Smith, la concienciación de este, que tomará partido por la chica dando la espalda a su gente, repetida en la obra maestra de Kevin Costner, Dances with Wolves (Bailando con lobos), o en la también muy notable The Last Samurai (El Último Samurai), de Edward Zwick. Junto a ellas, podemos encontrar ideas procedentes de fuentes de lo más diversas y/o aparentemente opuestas, como Star Wars, Silent Running (Naves Misteriosas), The Emerald Forest (La Selva Esmeralda), Farewell to the King (Adios al Rey) o Ferngully, en aspectos como el enfrentamiento de carácter épico, en un planeta lejano, entre dos mundos diferentes, pero posiblemente complementarios, la defensa de la naturaleza y el respeto por la espiritualidad de todos los habitantes de un lugar, incluyendo los árboles de los bosques, y todo tipo de criaturas, la presentación de un mundo natural diferente y de una belleza extasiante, e incluyo Final Fantasy: The Spirits Within, la adaptación al cine de los famosos juegos de ordenador, en la que la propia mística y poder de la Tierra, o Gaia, sufría ante los embates humanos, que henchidos por la codicia, estaban acabando con ella.

altSin embargo, este cúmulo mastodóntico de referencias e ideas, está aglomerado por el director de manera exquisita, con un sentido del espectáculo y del buen entretenimiento encomiable, y una claridad expositiva irreprochable. Pero lo que convence sobre todo lo demás a quienes, como es el caso de quien esto suscribe, entran por completo en la historia planteada por Cameron, es la emoción que va creciendo en el espectador ante lo que va aconteciendo en la historia, cómo los personajes nos van calando, cómo sentimos con ellos sus avatares (dicho en todos los sentidos posibles, vaya polisemia) y vivencias, nos afectan sus tragedias, y sufrimos el viaje iniciático, como si cada uno de nosotros fuésemos Jake Sully. Y al final, cuando la fiereza extrema de la madre de todas las batallas explota con furia, cuando los clanes se han reunido bajo el mando de Töruk Maakto, un estremecimiento nos recorre, estamos en esa guerra, y muy probablemente, no del bando humano. Y como Neytiri, al final de todas las cosas, diremos a quien más queremos, tras la película,

“Te Veo”.

Un compositor que es ya historia de la música de cine, la maestría de James Horner

altCuando el nombre James Horner surge a colación de un nuevo score con su firma, siempre encontramos una cierta controversia entre los aficionados, si bien de la calidad del compositor como firme adalid de la música sinfónica y de su incuestionable talento como creador de soberbios temas, melodías inolvidables y una buena cantidad de obras maestras indiscutibles, incluso reconocidas por sus más firmes detractores, no hay ninguna duda, el estilo del músico, es muy dado a auto homenajes, o adaptaciones de pequeños fragmentos de otros scores en sus nuevas creaciones (famoso motivo trágico de las cuatro notas como elemento más destacado).

Sin embargo, cuando se trata de ser objetivos y observar sus orquestaciones elegantes, su dirección impecable de la orquesta, a pesar de la inmensa complejidad de muchas de sus piezas, sus virtudes para llegar al corazón del oyente y emocionar son innegables:

alt“For the love of a Princess”, de Braveheart, “Alfred,Tristan, The Colonel, The Legend”, de Legends of the Fall, su fuerza para hacer vibrar en los momentos épicos (“Gathering all the Na’vi Clans for Battle” o “War”, de Avatar, “The River Crossing to Stalingrad”, de Enemy at The Gates), pensar, en los evocadores (“An Ocean of Memories”, de Titanic, “The Place where Dreams come True” de Field of Dreams), y estremecer en los románticos o trágicos (“First Tears”, de Cocoon, el arrebatador “Colwyn & Lisa”, de Krull, “Betrayal” de Enemy at the Gates de nuevo, “The Long Ride Home” de The Missing, o el extasiante “A Coward No Longer”, de The Four Feathers), magia al cine de animación (“Main Title” de An American Tail, “The Great Migration” de The Land Before Time, “Heritage of the Wolf” de Balto), o pasión por la aventura, llena de sentido de la maravilla, dejándonos la boca abierta con auténticos clásicos de nuestro tiempo como Rocketeer (imposible destacar un solo tema en uno de los scores de mi vida), también destacando grandes creaciones como The Mask of Zorro, A Far Off Place, Mighty Joe Young, Apollo XIII, Casper, Star Trek II: The Wrath of Khan, Battle Beyond the Stars, Beyond Borders, Willow

altNo podemos por menos que reconocer que en el compositor encontramos a uno de los creadores más brillantes, sobresalientes y competentes de la historia moderna de la música de cine. Aceptando con ello, sus puntos flacos, sus repeticiones motívicas, sus inspiraciones en obras clásicas del pasado (Holst, Katchaturian, Rachmaninoff, Prokofiev, Copland…, en sus obras podemos encontrar detalles que nos remiten directamente a éstos, pero ello no es óbice para reseñar, que Horner lo lleva a cabo, no como pastiches dentro de su composición, sino integrándolos y haciendo que éstos pasen a constituir un todo con su obra, lo cual no es sino un síntoma de su exquisita preparación musical y su dominio de todos los ámbitos de la composición), y su tendencia a reciclar temas enteros en nuevas partituras, que le granjean críticas entre el aficionado común.

Curiosamente esta apreciación no se da entre los directores con los que colabora, que en ocasiones incluso le solicitan temas concretos de partituras anteriores, como es el caso del director de Bobby Jones Stroke of Genius, Rowdy Herrington, que quería a toda costa el tema de la libertad de Braveheart, en algún instante de su banda sonora, lo que James Horner se vio obligado a llevar a cabo, para luego verse acusado por ello por sus fans, o el caso famoso de los temas centrales cuasi idénticos de Bicentennial Man y A Beautiful Man, donde Ron Howard le pidió integrara el primero en su composición del segundo, dándole un tono propio, lo cual él llevó a cabo.

altAnte todo, el compositor es un gran profesional, de una brillantez inusitada en gran parte de su obra, capaz de crear composiciones antológicas, plenas de humanidad, sentimiento, belleza, emoción y fuerza a raudales.

De lo que no hay duda, es de que, como excelentemente señalan personas como, Lukas Kendall en el foro de FSM, o Douglas Fake en la web de Intrada Records (dos de los más respetados integrantes de la comunidad mundial de la música de cine), Horner mantiene vivo hoy en día, el arte de crear una partitura para el cine.

Procedemos a extraer, esperamos no le moleste que así lo hagamos, desde la más profunda admiración y el respeto, los comentarios de Mr. Fake:

“¿Por qué pienso que Avatar es la mejor partitura del año? Es bastante sencillo, mantiene vivo el arte de componer música de cine (…). Raro es el compositor al que hoy en día no le piden simplemente imitar el sonido de un éxito reciente de otro compositor. Mantener los temas al mínimo, no comentar la acción, no ser emocional, y nunca –absolutamente nunca-, asumir el rol de narrador de la historia. Sólo haz que haya música todo el tiempo, si una melodía surge, sácala en la mezcla, y deja que las partes de percusión vayan solas. Las audiencias obtienen el mismo score una y otra vez sin importar quién lo escriba, las audiencias obtienen el mismo score no importa el género al que pertenezca el film.

Entonces tenemos a Avatar.

altJames Horner no ha escrito el más brillante trabajo de la historia. Pero ha escrito gran música. Música llena de emoción. Música compleja con muchas capas de color orquestal. Es densa, está llena de texturas. Es melódica, es excitante. Me recuerda que crear música para el cine fue una vez, una forma de arte.

Horner es uno de los muy muy pocos compositores hoy en día que puede escribir para la orquesta. Con esto me refiero a, realmente escribir para ella. Tú podrías pedirle que compusiera una sonata para trío de violín, viola y corno francés. Él no necesitaría investigar para saber cuál es el registro más cómodo para el corno, ni tampoco necesitaría estudiar cómo crear una sonata. Y puede escribir la parte para la viola en la clave más alta sin un programa informático.

Quizá eso es realmente lo que va desapareciendo. Compositores que, ellos mismos, traten la música como un arte. Compositores que estudian música y la analizan, y extraen lo que funciona y lo separan de lo que no lo hace. Compositores que realmente saben cómo escribir música, ser emocionales, complejos, atmosféricos, fascinantes, nombra lo que desees según el caso.

Consigue una generación de cineastas que realmente quieran música para ser parte de todo esto, y quizá el ciclo se regenere.

Qué maravilloso fue que James Cameron pidiera a su compositor ser una parte integral de su película. Y qué igualmente maravilloso fue que James Horner estuviera ahí para aceptar el reto.

Dos artistas colaborando, para regalarnos Avatar, la película, y Avatar, la música”.

(Extraído del Rincón de Doug, desde la web Intrada Records)

Una partitura que nació en otro mundo, Pandora y su música

altCuando por fin daba comienzo el proceso de preproducción de Avatar, tras más de diez años desde la escritura del primer borrador del guión, cuando el punto de no retorno estaba a punto de ser trasvasado, y los millones empezaban a salir de las cuentas de la Twentieth Century Fox, se dio una noticia que ilusionaría y llenaría de expectativas y esperanzas a multitud de aficionados y amantes de la música de cine a lo largo del mundo, James Horner y James Cameron iban a formar equipo de nuevo.

altLa dupla que colaboró para conseguir la película más taquillera de la historia y el disco de música de cine más vendido de todos los tiempos con Titanic, y que se peleó lo que no está escrito para conseguir la memorable, a todos los niveles, Aliens, entraba en juego de nuevo. Avatar los reuniría una vez más, y una vez conocidos los resultados tras ver el film, y escuchar su score, no podemos hacer otra cosa, convenza más o menos, transmita más o menos, sino sentirnos afortunados, ya que gracias a esta nueva composición, la ilusión del aficionado se ha visto renovada tras unos cuantos años en la apatía más absoluta. Ahora bien, si las expectativas eran muy elevadas, los resultados han dado lugar a la polémica, encontrándose situaciones opuestas, entre los que adoran esta nueva creación, los que no perdonan a Horner sus referencias y auto homenajes, y los que directamente, ven un más de lo mismo de nuevo. Pero Avatar, podemos señalar desde nuestra humilde opinión, es todo esto, y mucho, muchísimo más, porque si de algo está sobrada esta composición sobre todas las cosas, es de ganas de servir al film, como siempre debe ser por otro lado, consiguiendo una por una, hacer centellear todas las virtudes y la maestría al frente de una orquesta sinfónica de su compositor. Si por el camino, Horner reutiliza una pequeña porción de su propio material anterior, y este sirve como un guante al film, el objetivo está logrado con creces.

altY sin duda, James Horner es un compositor que sabe cómo manejar una orquesta, por muy compleja que sea la composición, por muchas dificultades que se le pongan por delante (multitud de partes corales, voces mixtas, solos vocales, voces blancas, diferentes grados de percusión por secciones, grabados por separado, una orquesta de más de 100 piezas, sintetizador que debe ajustarse a la orquesta al milímetro, piezas de más de 10 minutos de duración mezclando todos los elementos anteriores, creaciones de nuevos instrumentos exclusivamente para el score de Avatar , …), como mínimo la profesionalidad está asegurada, y junto a un equipo técnico en el que se encuentran los mejores, todo está en sus manos para lograr la meta de conseguir la mejor música posible, que sirva al film y lo ensalce, que aumente la intensidad donde lo requiera, que emocione cuando lo necesite, y que nos haga vibrar en todo momento. Y todo ello, es algo que este score logra en su conjunción con el film.

Procedamos a situar las pegas, los peros, y las quejas que podemos ponerle a esta partitura, y aunque en mi caso no son un problema, sí es de justicia reconocer que durante el transcurso de la composición muchos momentos de otros scores y obras hornerianas son reconocibles, incluso nota por nota. Lo que ocurre es que la calidad de lo escrito y su conjunción e integración con las imágenes es tan perfecta, y ese, no lo olvidemos es el único objetivo, que personalmente yo lo paso totalmente por alto, porque incluso disfruto esas revisitaciones a obras anteriores que sencillamente, me encantan. Estos son los casos, de:

– Una originalidad vocal de Apocalypto, en la que desde el fondo de la garganta del solista se produce el sonido “Pah”, con contundencia y gravedad. El recurso es empleado por Horner ya desde el primer tema, y aparece una media docena de veces en la película, aunque en la mayoría de ocasiones es más bien subliminal y se percibe casi solamente como una llamada de atención del compositor a algo que sucede o va a suceder inmediatamente en pantalla. En referencia a este film, también podríamos situar la percusión atávica y orgánica (a base de choques de piedras y huesos, que se encuentran en los momentos de los primeros vuelos del protagonista a lomos del Bangee por ejemplo), que empleara para definir a los mayas, aunque en esta ocasión, busque un mayor poder sonoro y melódico, en oposición a la mayor dureza y atonalidad de la citada.

alt– Un fraseo melódico que conforma el tema del pueblo Na’vi, su nobleza y caballerosidad, que está extraído del tema central de The Four Feathers (Las Cuatro Plumas), y que alcanza sus representaciones más brillantes en la épica de la parte final del film, previa a la entrada de las percusiones y los coros, interpretada por los metales y la sección de cuerdas al completo, en por ejemplo, “Gathering all the Na’vi Clans for Battle”, o “War”, aunque también puede encontrarse en su variante más sosegada a partir del 3:07, en “Becoming one with “The People”, Becoming one with Neytiri”.

– El archiconocido, manido y recurso para todo, motivo de cuatro notas para representar el peligro, el drama, la tragedia, la desesperanza o la maldad según convenga, y que Horner ofrece ya desde el primer track, aproximadamente al minuto de película. Aunque justo es decir, queda como un guante en un tema que es pura originalidad por parte del compositor y una manera acertadísima para describir el espacio. Por ejemplo, en otros instantes en que lo encontramos, como es el caso del poderoso “The Destruction of Hometree”, su integración es tal, y su transmisión de sentimientos y emociones es tan completa, que no se le puede poner ni un solo pero a los motivos del músico, para incluirlo, una vez más.

– Uno de los temas de The Devil’s Own (La Sombra del Diablo), que puede escucharse en su versión más desgarradora y épica en el track “Gathering all the Na’vi Clans for Battle” entre el 3:32 y el 3:38. Su brevedad y su perfecto engarzado entre diferentes temas, logrando que brille más aún el conjunto, sobre todo en ese track en particular, hace asimismo disculpable la reutilización, o más bien transformación de un motivo pre-existente.

– Una variante del tema del Coronel Shaw, de Glory, que Horner lleva a otro nivel, juntando las notas retocadas de este leitmotiv junto a la percusión y las voces étnicas en los fastuosos, “Climbing Up “ Iknimaya – The Path To Heaven”Jake’s First Flight”, en los que también encontramos inspiración, aunque no re-uso, de los temas africanos para la caza del gorila gigante, en Mighty Joe Young.

altY aunque estas reformulaciones de estructuras ya existentes en su propia obra puedan parecer sorprendentes en un creador de la clase y la talla de James Horner, los años han demostrado que es parte de su estilo re-trabajar sobre material propio creado para otras obras , y logrando en el 100% de las ocasiones un servicio inmejorable a las imágenes, y teniendo la connivencia de los directores y productores, la protesta, como diría un juez severo, no ha lugar.

Otro punto importante a destacar es la música que falta en la edición discográfica disponible de Fox Music/Atlantic, que es de la que se habla en esta reseña, aunque luego llegarían ediciones más completas. De una totalidad de unos 180 minutos de música este disco sólo contiene 78 minutos, lo cual hacía necesaria en el momento de su lanzamiento una futura edición para conocer y apreciar la totalidad de la obra, su progresión y estructura original y entender mejor las decisiones tomadas con respecto al score. A continuación se especifican unos pocos temas que destacan en la película y que no estaban editados en el disco de Fox Music/Atlantic:

– Para la llegada de Jake por primera vez al poblado Omatikaya, y su primera visión del Árbol Madre, encontramos un motivo solemne y lírico, que posteriormente asociaremos al hogar Na’vi, y que alcanza gran emotividad en la parte relativa a la destrucción del citado lugar por los humanos. Se encuentra reflejado a partir del minuro 5:20 del track “Pure Spirits of the Forest”, pero no vuelve a encontrarse en el disco y sí en el film.

alt– La lucha entre Jake y el Thanator, o más bien, la huida y caza salvaje del animal al Avatar, obtiene un temazo de acción con ostinatos in crescendo y un tempo brutal, a la par que reminiscencias de la odisea espacial de Aliens, que la edición comercial obvia totalmente.

– La batalla, de una duración cercana a los 22 min., sólo encuentra representación en el disco, de más o menos la mitad de la música existente, con variaciones de diferentes duraciones y orquestación de temas presentes, aunque sorprendentemente en diferente orden en la edición discográfica respecto a cómo se encuentran en el filme, pues el tema “War” en el disco, más bien parece un remix pulido, que una visión fiel al orden y presentación de la pieza en el film. Es más, incluso, el momento Horner por excelencia en el tema, entre el 6:58 y el 7:34, se encuentra obviado en su mayor parte en el film, cuando no tapado por las explosiones. Esperemos y deseemos poder encontrarlo en toda su extensión en el futuro Director’s Cut de tres horas justas del film, y una film versión del tema del disco en una nueva edición ampliada del score.

– La primera visión de Neytiri de Jake, y la lucha entre éstos y unos lobos nativos de Pandora

Son todos ellos instantes musicales que esperemos recibir como regalo de los productores discográficos dentro de un tiempo, como muestra de afecto a los integrantes de un viaje sin retorno, como el que supone la inmersión en el film, porque una vez has estado en el planeta Omatikaya, tu corazón le pertenece para siempre.

Un score para la leyenda, Avatar by James Horner

alt1. “You Don’t Dream in Cryo…”. Horner nos abre la mente a otro mundo ya desde los primeros segundos del primer track, a través de una percusión apabullante rodeando unas voces étnicas llenas de exotismo y fuerza, que puntuadas por unos efectos sintetizados y el apoyo del shakuhachi, flauta japonesa muy querida y empleada a menudo por el compositor, nos llevan a la primera visión del espacio, con una nave gravitando sobre el planeta Pandora, y transportes entrando en la atmósfera para conducir a los humanos a otro mundo. Somos fascinados por las primeras imágenes del film, al mismo tiempo que al protagonista, la información se nos proporciona a la vez, nuestra primera visión del Nuevo Mundo, es su primera visión también, y el compositor nos lo sirve en bandeja de plata.

2. Jake Enters His Avatar World. Para describir a modo de mickeymousing las sensaciones de Jake al transferir su conciencia al Avatar por primera vez, encontramos un desarrollo muy evocador y lleno de suspense, con un piano a modo de diapasón, arpa, viola, percusión suave, el recurso del “Pah”, y un efecto repetido con flauta amerindia tras el que llega un golpe de piano, para mostrar junto a rasgueos en las cuerdas y hasta palmas el descubrimiento ya como Na’vi del protagonista, del exterior de la base, y la alegría desaforada de sentir el contacto de sus ¡piernas!, con el suelo del Planeta, y dar al ritmo de las notas su primera carrera en muchísimos años.

alt3. Pure Spirits Of The Forest. Con este largo tema nos encontramos ante un salto de unos 20 minutos en el film, tiempo durante el que se han obviado algunos instantes musicales en el disco. En él Horner procede a hacer una descripción a través de las notas, de las junglas, la naturaleza, la fauna y la flora extraña para los humanos de Pandora. La cadencia es alargada, el tempo lento, la sección de cuerdas toma el mando hasta que la flauta amerindia, los taikos y los tambores se deciden a llenar el espectro sonoro por unos segundos, dando paso a un pasaje de suspense y asombro ante la hostilidad hacia lo extraño, lo alienígena, en este caso los humanos, aún en su apariencia de Avatar. Horner da paso a la primera interpretación exótica del tema central, y los oídos del espectador se mecen al ritmo de la melodía, que se ve truncada por el tema del Árbol Madre, para la entrada de Jake como prisionero al poblado. Una nueva percusión va haciendo que el ritmo se sostenga, para ir desapareciendo hasta entrar el solista masculino y de manera hipnótica conducirnos al final del track.

alt4. The Bioluminescence Of The Night. Nos sentimos arrullados por el tema central en forma de nana rupestre. Algo de atávico, y a la vez fantasioso, como de ciencia-ficción, irreal, mágico, encontramos en esas seis notas que el compositor ha elegido para definir Pandora y su relación con todas las criaturas vivas. La orquestación, onírica, bella, suave, dulce, llega a un extremo, en el que con la aportación del violín solista y percusión variada nos estremece ante la calidad del tema, y su grácil apertura a variaciones diversas.

5. Becoming One Of «The People», Becoming One With Neytiri. Y llegamos a uno de los instantes más logrados de la partitura, con un delicioso juego vocal apoyado en fuertes y a la par sencillas percusiones, que junto a la solista femenina impregnan de dulzura y candor el mundo Na’vi. Especialmente maravilloso es el juego de cuerdas a partir del 1:38, y la explosión consiguiente del tema central, con el que los diferentes instrumentos comienzan un partido de emociones, el balón se lo pasa el shakuhachi al cello, este a la viola, aquella a la flauta, hasta marcar un gol por la escuadra, a través del lirismo emocionante a partir del 3:24, del motivo asociado a la nobleza Omatikaya, que se va integrando y desgajando en sucesivos juegos orquestales, a cual más sutil y trabajado, hasta alcanzar lo sublime en la parte final del track, e ir desapareciendo poco a poco, mientras dos nativos, una pandoreña y un avatar se entregan el uno al otro, en un mágico juego a la Braveheart en su estructura musical, del motivo principal, que cala en el ánimo del oyente rápidamente.

alt6. Climbing Up “Iknimaya – The Path To Heaven”. Horner goes ethnic, James goes emotional, thematically charged, con este sublime corte, que introduce un nuevo y exhilarante tema vocal que deja sin aliento ya por sí solo, pero combinado con la pantalla, el resultado maravilla, llegando a un nivel excelso, en el que las primeras lágrimas ante el poder visual y compositivo del film hacen mella en el ánimo ya entregado de un espectador que se ha visto seducido por los encantos de la inigualable tierra pandoreña. 

alt7. Jake’s First Flight. La descripción del primer vuelo de Jake, una vez establecida la conexión con el pájaro del que será jinete, provoca aún más emociones y mandíbulas extendidas, particularmente a partir del 1:40, en el que James Horner alcanza una vez más el Valhalla sinfónico, consiguiendo uno de esos momentos indescriptibles, en el que el espectador traspasa la pantalla, y jamás desde ese instante, si ha entrado con ganas y sin escepticismo en la historia urdida por James Cameron, va ya a olvidar. La fuerza del tema central y los coros, las trompas y metales, heráldicos, solemnes, majestuosos, nos llevan en volandas por los paisajes aéreos, llenos de vistas apoteósicas, pero también de peligros sin cuento, hasta concluir con la voz siempre deliciosa de Lisbeth Scott para hacernos ver musicalmente el dilema moral entre humanos y Na’vis que se le empieza a presentar a Jake Sully.

8. Scorched Earth. Una variación nueva del motivo principal nos lleva a una elegíaca y lírica, a la par que solemne entrada de los metales, que nos llevan a la melodía del inicio del track 5, a los coros, cada vez más apurados e incesantes, como denotando riesgo y rapidez de actuación ante un peligro inminente y cercano al que se debe reaccionar, lo cual es apoyado por la presencia del motivo de cuatro notas una vez más, justamente en los últimos segundos del tema.

alt9. Quaritch. El villano de la función y su leitmotiv acuciante, percusivo, ligeramente marcial, amenazante, con la orquesta de fondo marcando el tema de los Na’vi, mientras la masa sonora sinfónica lo persigue y aísla, lo deja en nada, sin aire, sin salida, y un “Pah” lo deja todo muerto en silencio, para que un violín solista denote la tragedia que se cierne próxima, y unos apabullantes coros nos hagan ser conscientes de la superioridad de las armas humanas y la maquinaria, frente a los arcos y flechas de los nativos, a los que un futuro oscuro se les echa encima. Y Horner delivers his goods again, con un poderoso tour de force orquestal y vocal de la vieja escuela (a partir del 3:51), con todos los elementos dando el do de pecho y sacando humo de la interpretación de la partitura.

10. The Destruction Of Hometree. La primera batalla está perdida y los humanos consiguen su propósito, destruir el lugar sagrado, dejando sin el hogar ancestral en el que residían, a los Na’vis del bosque. El ataque es duro, quirúrgico, y corto, no hay respuesta posible, no existe una igualdad de fuerzas, cuerdas a plena potencia, apoyo de la trompeta, entrada de trompas y corno francés, percusión electrónica, nueva interpretación del tema central, y coros mixtos cantando en lengua Omatikaya, sumados a percusión marcial, y llevándonos a la tragedia pautada por el motivo de 4 notas precedido de shakuhachi doliente. Los seres queridos no saben cómo reaccionar ante la barbarie, los humanos son inmisericordes y destruido el lugar abandonan victoriosos sin mirar atrás a los supervivientes que huyen, no sin mostrar su fuerza interior a través de la lengua Na’vi en el movimiento coral que concluye el track.

11. Shutting Down Grace’s Lab. La inminencia de la eliminación del laboratorio de la doctora Augustine por parte de Quaritch, y el encarcelamiento del equipo científico por sedición, nos llega musicalmente a través de la conjunción brillante de las voces de Lisbeth Scott y Radka Varimezova, que encogen en un estremecedor dueto los corazones de todos los espectadores al tomar conciencia de que ya, tal vez, no quede esperanza. 

alt12. Gathering All The Na’vi Clans For Battle. La tristeza y el pesar ante lo que creen es una traición de Sully embarga al pueblo de Pandora, que se retira para reunirse y decidir cómo responder. Pero entonces Jake toma una decisión que cambiará su destino para siempre. El violín solista se apropia de la melodía para definir el heroísmo en la fuerza de una mirada y llevarnos en volandas al tema más glorioso, abrumador, fastuoso, apabullante y resolutivo que imaginarse puedan, en la escena por antonomasia del film, y el momento sinfónico del año, y uno de los que siempre se destacarán en la carrera de un James Horner absolutamente impresionante. El crescendo es estremecedor, la incorporación de todos los temas centrales, uno tras otro, sin mesura, con un tempo que se va incrementando ganando intensidad y poder conforme avanza, hasta que los coros llegan, los Na’vi guiados por Jake, el Töruk Maakto (sólo hubo cinco más en toda la longeva historia de Pandora), irán a la guerra y lucharán por defender EYWA, por su hogar, por su gente, por la libertad, y por el orgullo y la fuerza de una raza, que morirá por su tierra, y lo demostrará en la Madre de todas las batallas, defendiendo el Árbol de las Almas del ataque final humano, quienes se crearán un enemigo, que nunca desearían haber tenido.

alt13. War. Desgraciadamente, muchos morirán en el empeño, muchos buenos Omatikayas perecerán, pero Eywa estará a la escucha y en uno de los momentos mágicos de cine con mayúsculas, que Cameron nos regala con mano maestra, la batalla cambiará las tornas, y gracias al sacrificio de muchos héroes (todas las melodías se cruzan, complementan, crecen, explotan en un juego absorbente y pleno de prestancia, nuevos motivos corales, pura épica concentrada) la victoria se alcanzará para devolver a los humanos a donde siempre se hubieran debido quedar. Con la excepción de unos pocos, que ya son parte del Pueblo.

altHorner se explaya a gusto, tocando todos los palos posibles, la excitación ante la potencia, significado y dosis de emoción inigualables, nos hacen estar al borde el asiento, y cuando Sully enfila en solitario su destino con la fuerza de la razón y la de los coros a la espalda, tan solo quisiéramos estar ahí para apoyar su justa cruzada y su toma de posición. Y es en ese momento en el que un compositor demuestra porqué es uno de los grandes de la historia, y partir del 6:08 culmina una absoluta obra maestra llamada Avatar, con un despliegue inigualable de potencia sonora, que nos lleva a las más altas cotas de la emoción cinematográfica y musical, para dejarnos poco a poco caer en un final lleno de lirismo, y fundirse en los ojos de un Avatar, que ha pasado a ser un Na’vi, ya para siempre.

Y con él, con un primer plano de sus pupilas, tras la despedida de la postrera interpretación al tema principal, por cortesía de una extraordinaria Lisbeth, un medley de temas en una mini suite final recopilatoria y un suave toque de cuerdas y violín en solitario, nos despedimos de un lugar que nos ha dejado fascinados, y al que ansiamos poder volver cuanto antes, mientras la aterciopelada voz de Leona Lewis, nos dice..

alt14. I See You. Y el leitmotiv de Avatar alcanza a la canción final de los créditos, que con exquisita dulzura es interpretada con pasión, a pesar de que las letras esta vez no transmiten tanto como en otras ocasiones viniendo de quien vienen (esta vez no está Will Jennings, y sí Simon Franglen, Kuk Harrel y el propio James Horner). Sin embargo no resta méritos al conjunto de la obra y es un correcto cierre a la composición.

Instantes para la Gloria

En pocas ocasiones, una partitura para el cine logra reunir en su desarrollo tantos instantes capaces de hacerte estremecer en su conjunción con las imágenes, algunos incluso sin necesidad de conocer éstas, ya te imbuyen con su majestuosidad y grandeza, con su capacidad de traspasar barreras y hacerte sentir, de verdad, de emocionar sin ambages, y durante nuestra estancia en Pandora, estos son esos momentos made in James Horner:

“You Don’t Dream in Cryo….”, la entrada de la voz femenina solista en el minuto 1:14, hasta el 3:09, combinada con la cadencia percusiva que nos muestra la magnificencia del espacio y abre nuestra boca ante la primera percepción de las posibilidades del 3D en el film.

alt-“Becoming One Of «The People», Becoming One With Neytiri”, desde el mismo inicio, consigue el milagro de que nuestro cuerpo reaccione a la música, que nuestra piel se estremezca ante la belleza de la combinación coral, percusiva y la entrada de una sección de cuerda verdaderamente extasiante junto al piano, la flauta de pan, la ocarina y el shakuhachi, que nos lleva en volandas a la ejecución más lírica del motivo central.

-“Climbing Up “Iknimaya – The Path to Heaven”, los Na’vi acompañan a Jake en su primera prueba para convertirse en parte del Pueblo, y la magia nos hace vibrar mientras los guerreros ascienden un abismo insondable, gracias a la sabia Madre Naturaleza que les otorga los medios para hacerlo. La entrada coral, más los instrumentos de Sudamérica que Horner estuvo meses recopilando y modificando conforme a sus intereses para crear la música pandoriana, variantes de flautas construidas por el propio compositor, y el poderoso añadido de la percusión y los metales, consiguen un efecto sobrecogedor.

alt-“Jake’s First Flight”, los coros abren la escena cantando en lengua Na’vi y la percusión de madera y las voces graves hacen que nos invada una sensación de vitalidad y sentido de la maravilla, que nos hace percibir la vibración emotiva que siente Jake Sully a lomos de su Bangee, una vez lograda la conexión biológica entre ellos.

-“Quaritch”, a los 3:50 y hasta el final, en pocas ocasiones contemplamos la situación de encontrarnos al borde del asiento, y con ganas de unirnos a los protagonistas en su lucha, como al entrar los coros y la percusión de metal, poderosa, rítmica, infernal, apabullante, que este tema nos ofrece. A un tiempo, desgarradora y solemne.

alt-“The Destruction of Hometree”, a los 4:34, la fuerza trágica y demoledora de los coros en lengua Na’Vi consiguen la total implicación emocional, el motivo de 4 notas con un dramatismo elegíaco demoledor, la integración imagen música, sencillamente brutal, antológica, capaz de provocar lágrimas de impotencia e implicación, algo al alcance de muy pocos autores, algo que Horner sabe lograr como nadie.

Y llegamos a los momentos no, a los momentazos, a los segundos en que una obra trasciende a un nuevo plano, en que ya eres uno con ella, y la melodía te lleva, te hace reaccionar de maneras que ni tú esperas, donde te sorprendes con tus mejillas surcadas por profundas lágrimas, tu corazón palpita exultante, sufres con los personajes, te exaltas con ellos, te sientes como Jake, Neytiri, S’ukay, un Omatikaya más, un Na’vi, y saltarías sin dudarlo el cuarto muro para unirte a la lucha…

Y “Gathering All the Na’vi Clans for Battle” te eleva, te hace entrar en la leyenda, una vez lo escuchas jamás lo olvidas, la percusión se acentúa, los coros ascienden en un crescendo portentoso, las cuerdas se apoyan en las trompetas en busca de la gloria, tu respiración se acelera, y vuelas a lomos de Töruk, y reúnes a tu pueblo, y les lideras en la batalla, y luchas…

altY a través de “War” sientes que lo que estás viendo es más que una película, es un espectáculo tal que ya siempre estará en tu interior. El recuerdo de esas imágenes, de esas sensaciones, de esos sentimientos, te dicen que ya eres uno con el Pueblo, realizarás tu sacrificio, por Pandora, por el árbol de las almas, por la unión de todo un planeta, bajo el mando de Töruk Maakto.

La percusión crece, se torna más intensa, entran las voces, una cadencia militarista, los sintetizadores se combinan con la orquesta, el tema principal hace su aparición en toda su gloria, y nos conduce a un desbordamiento de la pasión en el minuto 6:58 y hasta el 7:34, para llegar a un clímax de intensidad sísmica, en el que no levantarse de la butaca para ayudar, casi resulta complicado.

Y todo es mérito de un compositor que ha permanecido fiel a las necesidades de un film y un director desde el principio, perseverando durante 18 meses entregado a su obra, consiguiendo, sencillamente, la mejor partitura de 2009.

¡Bravo Mr. Horner, gracias por hacernos sentir, una vez más!

12 years in the making, 5 in development. The Avatar legacy

Nno me gustaría terminar sin incluir las palabras de un crítico como Ángel Sala, tal como se encuentran publicadas en la revista Imágenes de Actualidad, porque sinceramente, cuando encuentras que alguien ha dicho lo que tú sientes por una película, de una manera tan clara, diáfana, concisa y perfecta como en esta ocasión, he considerado de justicia, no decir lo mismo de otra forma, sino citarle directamente con su propio texto, para hacer justicia, a lo que según experiencia propia, ha sido una de las películas de mi vida disfrutadas en una sala de cine, un espectáculo, un alarde de creación artística capaz de concitar emociones como pocas veces, un deleite visual, y una evolución en el arte cinematográfico, que en mi humilde opinión, ya ha hecho historia, para entrar, en la leyenda:

Avatar se cierra con una media hora prodigiosa, única, que da sentido a lo que se esperaba de la película de Cameron, o sea, ser lo nunca visto. Pero el principal mérito del film y por lo que resulta un film revolucionario es por la perfecta comunicación entre el nuevo concepto de espectáculo cinematográfico y los modelos clásicos. Y en esa relación James Cameron se revela como un conductor perfecto, un maestro de la imagen y la magia cinematográfica, componiendo un producto único, el primer clon perfecto de una nueva concepción del cine, un modelo a seguir para que el séptimo arte pueda continuar su andadura en los tiempos de la consola y los pasatiempos interactivos, pero sin perder un ápice de lo que lo ha hecho grande, único e inmortal. Y además Cameron consigue todo ello con un film absolutamente original (pese a su contínua referencialidad), que no es una secuela, un remake, una adaptación o un redux.

Un triunfo completo, apasionante, magistral y deslumbrante, Avatar no deja de ser además una alegoría metalingüística sobre el propio cine: como su protagonista, para no seguir impedido, el cine encuentra su avatar, un nuevo cuerpo, una nueva biología, pero conserva su espíritu para sobrevivir, integrarse y reconquistar un nuevo territorio audiovisual.

Larga vida al nuevo ser y felicidades al Rey del Mundo”.

Los Hombres del Cielo han venido a mandarnos un mensaje.
Que pueden coger lo que quieran y nadie se lo impedirá.
Pero les mandaremos un MENSAJE.

CABALGAD TAN RÁPIDO COMO OS LLEVE EL VIENTO,
PEDID A LOS DEMÁS CLANES QUE VENGAN,

Decidles que TÖRUK MAAKTO LES CONVOCA A TODOS.

Y ahora,
VOLAD TODOS CONMIGO,
HERMANOS,

HERMANAS,
demostremos a la gente del cielo,
que no pueden llevarse lo que se les antoje,
y que ESTA

ES…

¡¡¡¡¡¡¡¡NUESTRA TIERRA!!!!!!!

(Reseña publicada en 2009 y rescatada de nuestra antigua web)

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«Escribí este análisis, reseña, estudio, de uno de los mejores trabajos del 2009 por no decir el mejor junto a Up, de Michael Giacchino ese año, unos días después de haber disfrutado por primera vez del viaje a Pandora, unas semanas después de haber tenido ocasión de descubrir y paladear las notas del mundo Na’vi por obra y gracia de un genio de la composición como es, a 23 de junio de 2015 debiera decir con el corazón roto por la pena, era, pero me niego a hacerlo, James Horner, uno de los más grandes creadores de magia de nuestro tiempo, personalmente y en mi humilde opinión el más grande junto a John Williams, que nos quedaba, tras dejarnos Elmer Bernstein, Jerry Goldsmith o Basil Poledouris, y sin ninguna duda y aquí no hay subjetividad que valga, el más grande «emocionalista» de la música de cine.

Ningún talento como el suyo para llegarte al alma con una preciosista melodía a las cuerdas, nadie como él para conseguir que la solemnidad de los metales y los bronces se tornen inolvidables para el oyente desde una primera escucha, para que unos pianos de ritmo percutante te lleven a una escena de acción memorable, nadie como Jamie para que tu estado de ánimo cambie , siempre para mejor gracias a su música, y nadie como Horner para reconciliar la grandeza y honestidad pura de la gran música de cine clásica, el sinfonismo abrumador con orquestaciones impolutas llenas de magnificencia, con la modernidad, habiendo trabajado todos los géneros y todas las músicas del mundo, celta, oriental, americana, africana, western, comedia, drama, thriller, épica, fantasía, ciencia ficción, con grandeza, suntuosidad, perfección, lirismo desarmante, clase, y sobre todas las cosas, magia, toneladas de emoción y magia.

Por todo ello, y pese a que la tragedia nos ha privado de seguir teniendo la ilusión de descubrir un nuevo trabajo de James Horner a la vuelta de la esquina, pese a que un 22 de junio de 2015, en los alrededores de Santa Bárbara, California, un hombre sencillo, de talante privado, pero abierto asimismo, dejó este mundo disfrutando de la segunda cosa que más amaba en este mundo, después de la composición de la música que desbordaba su corazón, volar. Él era un piloto consumado y adoraba surcar los cielos y sentir la «Libertad» en su forma más pura, aquella que otorgó y avivó la leyenda de William Wallace gracias al cine, concediéndole la inmortalidad universal a través de sus notas, Maestro.

Solo nos queda a todo el equipo de BsoSpirit, y a quien esto suscribe, dar las gracias más sinceras, sentidas y entregadas a un genio eterno a todos los niveles de la música, por habernos hecho sentir, vibrar, emocionarnos, ponernos la piel de gallina, y sobre todo, por haber llenado nuestras vidas de magia desde que eramos unos críos y descubrimos que la voz de Leonard Nimoy en su descripción de La Última Frontera nunca había sido más impresionante, claro está, iba acompañada, por la música de James Horner.

James, ahora estás en el Cielo, ese Heaven que ayudaste a definir como nadie lo hizo jamás con tu música, ese Cielo que nunca olvidaremos, el lugar en el que los sueños se hacen realidad. Tú nunca dejaste de hacer realidad los nuestros, querido amigo.

Gracias, para siempre, nuestro Maestro,

pero no nos entristezcamos, porque a pesar de todo,

There is no goodbye, only LOVE.

Eternal thanks, Master».

I SEE YOU

Asier G. Senarriaga, 23 de junio de 2015