Puntúa esta banda sonora
Imagen

ImagenImagenImagenImagenImagen

Harry Potter and the Goblet of Fire

(Harry Potter y el cáliz de fuego)
Patrick Doyle
     
Año:   2005
Sello:   Warner
Edición:   Normal
Nº Tracks:   24
Duración:   75:57
     
Ficha IMDB
 

 

Reseña por:
Óscar Giménez

Imagen

1. The Story Continues (1:32)
2. Frank Dies (2:12)
3. The Quidditch World Cup (1:52)
4. The Dark Mark (3:28)
5. Foreign Visitors Arrive (1:31)
6. The Goblet of Fire (3:23)
7. Rita Skeeter (1:42)
8. Sirius Fire (2:00)
9. Harry Sees Dragons (1:55)
10. Golden Egg (6:12)
11. Neville’s Waltz (2:11)
12. Harry in Winter (2:56)
13. Potter Waltz (2:20)
14. Underwater Secrets (2:29)
15. The Black Lake (4:37)
16. Hogwarts’ March (2:47)
17. The Maze (4:44)
18. Voldemort (9:40)
19. Death of Cedric (2:00)
20. Another Year Ends (2:21)
21. Hogwarts’ Hymn (3:00)
22. Do the Hippogriff (3:40)
23. This Is the Night (3:24)
24. Magic Works  (4:02)

Imagen

«Harry in Winter»

 

«Neville’s Waltz»

 

«Hogwarts’ Hymn»

Imagen
Personalmente, me parece un trabajo magnífico, con abundancia de temas y variedad de sonoridades que se adaptan perfectamente a la película y a lo que nos cuenta. De ahí su tono más oscuro que las bandas sonoras precedentes de Williams. Para mi gusto, Doyle cumplió y fue un más que digno sucesor de Williams en la saga.

Imagen
Evidentemente, las canciones. Por otro lado, que en la película hay mucha más música no incluida en el compacto.

Imagen
Muchos, la verdad. Mi favorito es «Harry in Winter», pero en la película hay momentos en los que el score brilla, como en «The Quidditch World Cup», «Foreign Visitors Arrive», «Golden Egg», «Cedric» y, de manera muy especial, al final de «Voldemort».

Acertado relevo de John Williams

«Mi hijo me pregunta: ‘Papá, ¿tú oyes siempre melodías dentro de tu cabeza?’ La verdad es que ni siquiera puedo sentarme sin escuchar una melodía».

Son palabras de Patrick Doyle –de una  entrevista en el Times-, encargado de la música de la cuarta entrega de Harry Potter, una saga cinematográfica con la que, aunque indirectamente, estuvo relacionado desde el principio. Al menos con sus directores.

Chris Columbus, que dirigió las dos primeras, contrató en su día a Doyle para Stepmom (Quédate a mi lado, 1998), trabajo que no pudo hacer –finalmente lo hizo John Williams– al serle diagnosticada una leucemia que lo apartó durante un tiempo de la escena de la música de cine.

La tercera película la dirigió Alfonso Cuarón, quien había trabajado previamente con Doyle en A Little Princess (La princesita, 1995) y Great Expectations (Grandes esperanzas, 1998). No obstante, la banda sonora de Harry Potter y el prisionero de Azkaban siguió en manos de John Williams, que nos regaló la que es probablemente la mejor de las partituras de la serie del joven mago.

Williams también era el destinado para componer la cuarta película, dirigida por Mike Newell, un cineasta que también había colaborado en el pasado con Doyle en Into the West (Escapada al sur, 1992) y Donnie Brasco (1997).

No sólo eso. Además, uno de los productores, David Barron, lo había sido de varias películas en las que Doyle trabajó con Kenneth Branagh, concretamente Frankenstein, Hamlet y Love’s Labour’s Lost (Trabajos de amor perdidos).

Sin embargo, la implicación de Williams en Memoirs of a Geisha y Munich condujeron a que se decidiese por abandonar la labor musical de Harry Potter. En el momento en que se produjo el anuncio muchos aficionados pensamos que Patrick Doyle podría ser el elegido para sustituirle, debido a su relación con los directores de las cintas. Y así fue. La noticia se confirmó pocas semanas después. Doyle tenía entre manos el proyecto de mayor envergadura –comercialmente hablando- de su carrera.

Y el resultado fue más que satisfactorio. Yo diría que brillante, aunque no deja de ser una opinión personal rebatible, como todas. Lo compuesto por Doyle para Harry Potter y el cáliz de fuego tiene el tono tenebroso y oscuro que necesita la película. Los alumnos de Hogwarts ya no son tan niños y la trama está más próxima al thriller con toques de cine de terror que a la de una película familiar, hasta el punto de que fue la primera de la saga que no era «para todos los públicos».

Doyle únicamente mantuvo de las bandas sonoras de Williams el «Hedwig’s Theme». No es mi deseo hacer ninguna comparación con el legado que nos ha dejado John Williams de las tres primeras entregas. Simplemente destacaré que todas ellas me parecen magníficas, y en especial la tercera. En lugar de hacer comparaciones, lo positivo es que los dos maestros hayan trabajado en la serie y que ambos hayan creado partituras excelentes para uso y disfrute del aficionado.

Patrick Doyle también alaba la labor de su predecesor: «John Williams es un talento fantástico y sucederle constituye un reto enorme –decía en la citada entrevista al Times-. Todos le estamos muy agradecidos porque, hasta La guerra de las galaxias, la música de películas con orquesta sinfónica estaba estancada. La guerra de las galaxias abrió al poder del sonido de la orquesta sinfónica a una nueva generación de productores y directores».

Respecto a su labor en Harry Potter y el cáliz de fuego, Doyle afirmaba que nunca había escrito tantos temas y tan diferentes como para esta película. «Ha sido una gran oportunidad para explorar nuevas ideas», dijo. También señaló que se sentía «particularmente orgulloso» de este score y que, a pesar de haber sido un trabajo muy duro, había disfrutado enormemente, «y me ha hecho sentirme como un dios para mis hijos».

A mi parecer, realmente puede sentirse orgulloso de esta partitura, lo mismo que de otras que ya había escrito por entonces. Como ya he comentado, el tono general es sombrío, pero también hay cabida para temas muy distinto tipo: acción, romance, drama, comedia, baile.

Temas de Harry Potter y el cáliz de fuego

Los motivos temáticos no son abundantes en exceso, pero hay unos cuantos que podemos comentar.

Tema de Hedwig

Es el único que sobrevive de las tres bandas sonoras anteriores, evidentemente por exigencias de la producción. En la película aparece cuatro veces -dos en el compacto-, entre ellas en el título y en los créditos finales, aunque interpretado de forma distinta al estilo de John Williams, con una armonía en la que comprobamos que la magia ha sido sustituida por el misterio.

Tema de Voldemort

Es el que más se utiliza a lo largo de la película. Formado por una sucesión de siete notas cada vez más agudas, y finalizado con una grave, es un motivo claramente amenazante y como tal se emplea en la cinta, no siempre directamente relacionado con Voldemort –al menos explícitamente-, pues hay momentos en que se alude musicalmente a la amenaza que representa sin que sepamos –argumentalmente- por qué… hasta el final del film. Lo escuchamos en tracks como «The Dark Mark», «The Goblet of Fire», «Sirius Fire» o «Voldemort».

Tema de amor de Harry Potter

Este delicioso tema va asociado al protagonista, más bien a su vertiente más emocional, y se utiliza como pieza romántica cuando busca pareja para el baile, pero también como evocación del amor de sus padres, sentimiento que le permitió sobrevivir al ataque de Voldemort al año de nacer, en la línea del tema «A Window to the Past» de Williams para la tercera película de la saga.

 

Marcha de Hogwarts

Es un tema compuesto para representar al colegio en general y aunque su versión completa en el disco está creada para banda, y utilizada en el film como música diegética antes de una de las pruebas, varios fragmentos con orquesta, con preponderancia de los metales, son empleados por Doyle para resaltar momentos heroicos, por ejemplo, en «Golden Egg».

 

Himno de Hogwarts

Otro tema para el colegio, pero cuando se trata de representarlo de manera más solemne, como sucede en el corte «The Goblet of Fire».

Hay unos cuantos motivos más, aunque se utilizan menos. El tema de Beaux Batons lo oímos en «Foreign Visitors Arrive», aunque en la película aparece un par de veces más en referencia al colegio femenino invitado y a su representante en el torneo, Fleur Delecour. También se interpreta en los títulos de crédito.

Para el colegio búlgaro de Durmstrang, aparte del fragmento que aparece en el tramo final de «Foreign Visitors Arrive», se emplea el mismo tema de percusión y gritos que sirve para presentar a la selección de Quidditch de Bulgaria, liderada por Victor Krum.

También existe tema para la periodista Rita Skeeter, de carácter cómico, para la selección de quidditch de Irlanda –también utilizado como música diegética en la escena del campamento que rodea el estadio donde se disputa la final- y para Myrtle la Llorona, como podréis escuchar en el análisis que viene a continuación.

Análisis pista a pista

Más de 75 minutos de música en el CD es algo que está muy bien, pero hay que recordar que la película contiene más de dos horas de música, con muchos fragmentos interesantes que no están representados en el disco. Por ejemplo, hay un bello tema cuando Hermione aparece en el Baile de Navidad, así como la música que acompaña a un grupo de protagonistas por un bosque camino del mundial de quidditch, o para una importante escena en la que Harry accede al pensadero de Dumbledore. A partir de aquí se comentan las pistas del CD una a una.

1. «The Story Continues» (1:31)

El corte que abre el compacto nos recuerda inmediatamente al sonido que utilizó Doyle en Frankenstein. Acordes amenazadores, rítmicamente marcados por la percusión y adornados por las maderas acompañan el logotipo de Warner Bros., para dar paso a una suave melodía de aire misterioso –variante del tema de Voldemort-, mientras vemos una gran serpiente deslizándose entre las lápidas de un cementerio. Un plano hacia el cielo nocturno en el que aparecerá el título de la película desemboca en el famoso «Hedwig’s Theme» de John Williams, aunque con unos arreglos y una armonía distintos. Desde el primer momento el oyente advierte que algo ha cambiado respecto a las tres bandas sonoras que preceden a este trabajo, anticipando una obra más oscura y menos infantil.

 

2. «Frank Dies» (2:12)

Es uno de los cortes más tétricos de la banda sonora -por momentos, la música suena como si una serpiente se deslizara por el suelo- y a pesar de que el título sea un spoiler en toda regla, la verdad es que afecta a una escena muy preliminar que no revela nada de la trama, pues el tal Frank es el antiguo jardinero de la mansión Riddle, donde vivían los padres del actual Voldemort. Por desgracia, Frank será testigo de una conversación que no debería haber presenciado, hecho que propicia su final, claramente musicado si nos atenemos al trágico crescendo de los segundos finales de este tema.

3. «The Quidditch World Cup» (1:52)

Doyle cambia ahora completamente de registro para ambientar la final de la Copa del Mundo de Quidditch. Si no se ha visto la película puede parecer que el tipo de música no escoherente con el resto de la banda sonora, pero la verdad es que se funde fantásticamente con las imágenes en uno de los momentos más espectaculares de la cinta, utilizando las gaitas irlandesas –país que se enfrenta en la final contra Bulgaria- ofrecen una marchosa jiga empleada como himno de presentación de la selección de Irlanda.

 

La jiga se ve interrumpida abruptamente con la aparición del equipo rival, cuyo tema-himno se apoya en gritos de desafío. Ese mismo tema, en el film, se vuelve a repetir cuando el colegio de Durmstrang hace su espectacular aparición en el comedor de Hogwarts.

4. «The Dark Mark» (3:27)

El sonido «Frankenstein» reaparece en la escena en la que, tras muchos años, se convoca en el cielo la Marca Tenebrosa, símbolo de Voldemort y de sus seguidores los mortífagos. Cuerdas, vientos y percusión progresan en intensidad y dinamismo hasta el minuto 1:12. Un breve pasaje de disonancias creadas con los vientos de madera precede al tema de Voldemort, interpretado como una amenaza de muerte.

 

El corte transcurre con más disonancias que le otorgan carácter de misterio e incluye un pequeño apunte del tema de amor de Harry (2:20). A partir de ahí, las cuerdas siguen una línea suave aunque enigmática hasta los últimos segundos con un crescendo de los metales de final abrupto.

5. «Foreign Visitors Arrive» (1:30)

Uno de los mejores cortes del CD, para una sucesión de escenas en las que la música tiene gran protagonismo. Doyle emplea el tema de Hedwig ejecutado con las cuerdas mientras vemos búhos y lechuzas sobrevolando el castillo de Hogwarts, y lo empalma con un pasaje de la «Hogwarts’ March» –con toda la orquesta y no con banda de viento y percusión como hará más adelante- (0:21).

 

Posteriormente, nos presenta un nuevo tema, creado para la Academia de Magia Beaux Batons en el momento en que aparecen en el cielo los carruajes tirados por caballos voladores (0:29).

 

Como contraste, la llegada de los rudos chicos de Durmstrang en un barco en el lago negro cercano al castillo va acompañada de un tema mucho más sobrio, con preponderancia de los bronces (1:01).

En algún sitio se ha comentado que el tema de Beaux Batons suena a Debussy, mientras que el de Durmstrang suena a Wagner. Personalmente, no me atrevería a firmarlo pero en cierto modo sirve para explicar la diferencia, e incluso durante el tema de Durmstrang, por un breve momento, parece que vaya a arrancarse como el tema de la Fuerza de Star Wars

6. «The Goblet Of Fire» (3:23)

El tema de Voldemort, interpretado a baja intensidad, abre el corte para dar paso a una música más agradable que toma aire solemne transformándose en el himno de Hogwarts a partir del minuto 1:23.

 

Sir Patrick nos ofrece aquí un himno puramente inglés, como corresponde, con un estilo que no habíamos escuchado en las tres bandas sonoras anteriores. Sin embargo, el tema de Voldemort reaparece, primero con las cuerdas (1:41) y luego siniestro otra vez con los metales.

Como ya se ha explicado, su uso no siempre constituye una referencia directa al antagonista de Harry Potter, y en ocasiones como esta ejerce la función de tema amenazante cuando en el argumento suceden cosas que nadie se explica. El corte está estructurado en varias partes, con pausas entre ellas. El siguiente fragmento arranca con golpes de timbal (2:13) –parece un guiño al inicio de la batalla de Agincourt de Enrique V-, a los que después se unen las cuerdas, otra vez con el tema de Voldemort.

7. «Rita Skeeter» (1:42)

A la periodista de cotilleos Rita Skeeter, interpretada por Miranda Richardson, que mete las narices por todas partes, se le dedica un tema de carácter cómico, idea similar a la que empleó John Williams para el profesor Gilderoy Lockhart en la segunda película. Se trata de un tema sincopado de trabajada orquestación, aunque no destaca demasiado en el conjunto del compacto.

8. «Sirius Fire» (2:00)

Harry Potter se comunica con su padrino Sirius Black, fugado de la justicia, mediante un mágico sistema a través del fuego de la chimenea. Comienza con tono nostálgico, recurriendo una vez más al tema de Voldemort de pasada, pues al fin y al cabo es de quien hablan padrino y ahijado. Segundo a segundo va volviéndose más dramático y sombrío, casi fúnebre, retomando hacia el final el siniestro leitmotiv de «quien no debe ser nombrado».

9. «Harry Sees Dragons» (1:54)

Breves frases de arpa abren esta pista, a las que sigue una melodía intimista con clarinete. Pero todo cambia de repente, con la aparición de la percusión, para cobrar un tono misterioso (0:53), hasta que en el tramo final recupera la tranquilidad y la calma, a partir del minuto 1:22. Acompaña la escena en que Harry sabrá con qué deberá enfrentarse en la primera prueba del torneo.

10. «Golden Egg» (6:11)

Heroísmo y acción. Comienza la primera prueba del Torneo de los Tres Magos, en la que los participantes se enfrentarán a monstruosos dragones. El inicio de la prueba arranca con una vibrante fanfarria.

Continúa con un pasaje dramático, casi fúnebre –aunque eso suceda en la película minutos después-, mientras vemos a Harry solo, nervioso y asustado esperando su turno sin saber cómo les ha ido a sus contrincantes. Posteriormente, emocionantes sonidos de acción acompañan la escena, subrayando los momentos más trepidantes y los más dramáticos, según convenga, sobre todo con metales y percusión. Por momentos suenan fanfarrias triunfales (2:23), incluida una con las notas de la «Hogwarts’ March» (2:40). Tras ella, todo se acelera, convirtiéndose en un emocionante tema de acción para una escena igualmente espectacular, con instrumentaciones muy típicas de Doyle, juegos de cuerdas y vientos rebosantes de imaginación. El final nos presenta de nuevo la «Hogwart’s March» como fanfarria plena de triunfalismo. Uno de los cortes más emocionantes y disfrutables del disco.

11. «Neville’s Waltz» (2:11)

A continuación viene un grupo de cortes más tranquilos y agradables, todos ellos centrados en el Baile de Navidad. Este es el primero de los dos valses que nos ofrece Doyle en el disco. Construido en un estilo muy clásico es una pieza muy disfrutable en la escucha aislada. Se inicia como música diegética en una vieja gramola cuando la profesora McGonnagall se dispone a enseñar a sus alumnos a bailar el vals y luego acompaña una secuencia de varias imágenes. ¿Por qué es el vals de Neville Longbottom? Bueno, basta recordar la película.

12. «Harry in Winter » (2:56)

Llegamos a la joya del disco, un tema de amor que alcanza la categoría de sublime, de esos que erizan el vello por su enorme sensibilidad, con unos juegos de cuerda excepcionales, demostrando que Patrick Doyle es uno de los maestros en la composición de temas románticos, como ha demostrado repetidas veces en bandas sonoras anteriores. Estilísticamente podríamos relacionarlo con algún tema de Nouvelle-France. Sin embargo, en la película no se utiliza completo tal como lo escuchamos en el disco, pues esta versión se utiliza en los títulos de crédito finales. Aparece en una escena con paisaje nevado en la que Harry intenta buscar pareja para el baile.

 

13. «Potter Waltz» (2:19)

Este segundo vals, también de corte clásico, al estilo vienés. Es más animado y juguetón que el dedicado a Neville e igualmente disfrutable. Es el vals que abre el Baile de Navidad y en el que Harry debe mostrar sus inigualables y patéticas dotes para la danza.

14. «Underwater Secrets » (2:28)

Myrtle «la Llorona», aquella fantasma que habita el lavabo de las chicas, no aparecía desde la segunda película. En esta ocasión tiene un papel clave, ayudando a Harry a encontrar la manera de afrontar la segunda prueba del torneo. Las arpas abren este tema mágico, que en su primera parte se desarrolla con ritmo de habanera y una melodía de corno inglés de aire muy sensual que acompaña muy bien los acontecimientos.

 

A partir del minuto 1:20 tenemos una canción incorporada a la película de forma totalmente justificada. La voz a capella con reverberación de la hija del compositor, Abigail, y los coros con ecos le dan un carácter etéreo, lleno de magia, aunque ese trozo de coros se emplea en la película más tarde, durante la prueba del lago.

15. «The Black Lake» (4:37)

La segunda prueba del torneo. El corte arranca con un fragmento muy breve del tema de amor, aunque en un tono muy sombrío. Gran parte de su duración subraya el suspense, incluso con algún efecto sonoro para destacar que la acción transcurre bajo el agua. Sobresaltos a base de metales dan paso a una secuencia de acción por momentos trepidante y a ratos un poco más calmada. Toda la música se adapta como un guante a las imágenes de esta secuencia, que fue la más compleja de rodar, tal como comentó Mike Newell en más de una ocasión. El sonido heroico se manifiesto hacia el final del corte (3:40) en forma de himno.

 

16. «Hogwarts’ March» (2:46)

Las notas de la marcha de Hogwarts ya han aparecido brevemente en otros cortes. Aquí Doyle nos la presenta como tema para banda de música, y es la que interpreta un grupo de alumnos que vemos entre el público –como música diegética- justo antes del comienzo de la tercera prueba, la del laberinto –e incluso al final-. El carácter de la pieza es divertido y, a pesar de unas pocas frases que nos recuerdan a un pasodoble –sólo falta añadirle unos cuantos ¡Oooooooole! estratégicamente colocados-, también trae a la memoria el tema «The Masked Ball» de Much Ado About Nothing.

 

17. «The Maze» (4:44)

Otra pieza intrigante y misteriosa, que se inicia de nuevo con el tema de Voldemort y discurre conjuntando disonancias constantes y golpes de efecto, muy ajustados a las imágenes. De dura escucha aislada, pero muy efectivo en la película.

18. «Voldemort» (9:39)

El corte más largo del CD acompaña el clímax de la película. El título ya dice mucho y trata, evidentemente, del retorno de Voldemort y su enfrentamiento con el protagonista. Su tema inicia esta pista tenebrosamente y es continuado con acordes disonantes que subrayan la tensión del momento. En el minuto 4:11, Doyle introduce un nuevo y bello tema, que suena a esperanzador pero sin perder el tono misterioso, hasta que poco después vuelve a las disonancias y a los sonidos estremecedores.

 

La intensidad crece progresivamente hacia el octavo minuto, para cambiar radicalmente, adquirir un tono de ensueño durante un instante breve (8:30) y, al final, ofrecernos una versión esplendorosa del tema de amor de Harry (8:50). Un final espectacular para uno de los cortes claves del compacto y el gran momento climático del film.

19. «Death of Cedric» (1:59)

Las cuerdas lloran en esta trágica variación del tema de amor. Tema triste y desgarrador donde los haya. Acompañando la imagen resulta verdaderamente estremecedor.

 

20. «Another Year Ends» (2:21)

Otro año acaba y otra banda sonora se acerca a su final. Las tonalidades nobles se sobreponen a largos minutos de misterio y tensión, con una melodía solemne, en la más pura tradición inglesa. Un gran tema de despedida.

21. «Hogwarts’ Hymn» (2:59)

Los títulos de crédito nos ofrecen este himno de Hogwarts, algo que no existía como tal en las bandas sonoras precedentes. Doyle saca todos sus conocimientos del clasicismo inglés para culminar su trabajo con otra pieza hermosa y de gran solemnidad. Un broche final fantástico. No obstante, en la película los créditos arrancan con el tema de Hedwig, en una versión más parecida a la de Williams. Continúan con el tema de Beaux Batons y, después de éste, aparece el himno del CD. Con posterioridad escuchamos la versión del compacto de «Harry in Winter», «Cedric» y otros temas.

22. «Do The Hippogriff»

23. «This Is The Night»

24. «Magic Works»

El disco se cierra con tres canciones escritas por el ex líder de Pulp, Jarvis Cocker, y que en la película se emplean brevemente como música de la fiesta de Navidad. En el disco contrastan totalmente con el score de Doyle. Como reza el dicho: «para gustos los colores». Personalmente, no me gusta ninguna, y la única que soporto es «Magic Work», melodía acaramelada para subrayar la decadencia de la fiesta, cuando el rock ha dado paso a las «lentas» y solo quedan unas pocas parejas abrazadas. En fin, lo bueno que tienen es que en el film no molestan demasiado.