Puntúa esta banda sonora

 

 

  The Bourne Legacy

(El legado de Bourne)
James Newton Howard
     
Año:   2012
Sello:   Varèse Sarabande
Edición:   Normal
Nº Tracks:   26
Duración:   63:33
     
Ficha IMDB
 
Web del Compositor
 
 

Reseña por:
Óscar Giménez

 
1. Legacy (02:40)
2. Drone (04:15)
3. NRAG (00:59)
4. You Fell In Love (01:42)
5. Program Shutdown (03:00)
6. Over the Mountain (00:51)
7. High Powered Rifle (02:50)
8. They’re All Dead (02:48)
9. Manila Lab (02:40)
10. Wolves and Sick Ric (02:19)
11. Doctor of What? (04:28)
12. Aaron in Chicago (01:32)
13. Wolf Attack (02:57)
14. Chem Talk (01:35)
15. Flight 167 (03:30)
16. Aaron Run! (01:08)
17. You Belong Here (01:17)
18. Cognitive Degrade (02:49)
19. 17 Hour Head Start (03:51)
20. Viralled Out (00:58)
21. You’re Doing Fine (01:18)
22. Simon Ross (01:37)
23. LARX Tarmac (01:45)
24. Magsaysay Suite (03:04)
25. Aftermath (02:49)
26. Extreme Ways (Bourne’s Legacy) (04:51)
(composed, recorded and performed by Moby)
 
 

Tema de Jason Bourne en «The Bourne Legacy»

«Manila Lab»

«Magsaysay Suite»

 


Algunos momentos de acción en los que se aprecia cierta complejidad y elaboración, aunque el resultado global es flojo y poco atractivo para el oyente.


Es un trabajo con poca alma, un mero acompañamiento funcional basado en múltiples fragmentos de atmósferas y ritmos. Nada memorable en la trayectoria de su compositor.


La persecución climática final en “Magsaysay Suite”.

BSOSpirit opina

Nota media: 4,57
 
Asier G. Senarriaga (5), Óscar Giménez (4), Ignacio Granda (5), David Martínez (5), Sergio Rivas (6), David Saiz (4), Jordi Vázquez (3)
 
 
  alt  
 
 
Música funcional para un sucedáneo
   

altRobert Ludlum publicó en 1980 The Bourne Identity, primer volumen de una trilogía literaria de gran éxito en la que “se basó” la trilogía cinematográfica sobre Jason Bourne realizada entre 2002 y 2007. Pongo entre comillas ese “se basó” porque para quienes han leído los libros de Ludlum las coincidencias entre el argumento literario y el cinematográfico son escasas, poco más que el planteamiento inicial y los títulos de cada libro y película. Sería más correcto decir “se inspiró lejanamente”.

Divergencias argumentales

La novela The Bourne Identity comienza con el rescate de un individuo herido y amnésico en el Mediterráneo. Gracias a un mensaje con el número de una cuenta corriente que tiene insertado en su cuerpo y que le extrae el médico del barco que lo rescata, el sujeto se dirige a Zurich. A partir de ahí comenzará a atar cabos de quién es, cómo se llama y a qué se dedica. También en Zurich conoce –y se lleva como rehén- a una mujer llamada Marie.

altAsí comienza la saga literaria de Jason Bourne y hasta ahí llegan las similitudes con la película. Porque resulta que Bourne es un agente de un programa secreto norteamericano, reclutado y entrenado para una misión muy específica: encontrar y matar al terrorista más buscado del mundo, Carlos el Chacal. Esa búsqueda de Carlos es el eje sobre el que giran la primera novela y la tercera, The Bourne Ultimatum. Pero la trilogía cinematográfica prescindió por completo del imprescindible antagonista de la saga.

altEs cierto que Treadstone, la organización que creó a Bourne, también lo busca, puesto que es un agente peligroso, amnésico y descontrolado, pero su caza constante e implacable por otros asesinos de su misma agencia no es en absoluto la esencia de los libros.

Es más, en el segundo libro, The Bourne Supremacy, el protagonista, que se encuentra retirado del mundo del espionaje y vive felizmente con Marie, debe ir a Hong Kong y enfrentarse a un grupo mafioso que presuntamente ha secuestrado a su mujer. Como se ve, el argumento no tiene absolutamente nada que ver con el de la segunda película. Lo mismo que sucede con el tercer relato, que se centra de manera especial en la resolución del eterno enfrentamiento de Bourne con Carlos el Chacal.

altHay que recordar que existe un telefilm de 1988 que sí que es fiel al contenido de la obra de Ludlum. También titulado The Bourne Identity, fue dirigido por Roger Young y tuvo como pareja protagonista a Richard Chamberlain y a Jaclyn Smith. El telefilm es bastante flojo –con un muy poco creíble Chamberlain en la piel de Jason Bourne y un ex ángel de Charlie convertido en rehén y amante-, pero, eso sí, muy respetuoso con la primera novela de la serie, cosa que no hizo Doug Liman en la película de 2002.

Con todo esto no quiero decir que no me guste la trilogía de Bourne firmada por Liman y Paul Greengrass –que dirigió el segundo y tercer film-. Me parecen buenas películas y su éxito está justificado como entidades aparte de los libros. Está claro que una adaptación cinematográfica no tiene por qué ser totalmente fiel a la novela en la que se basa, pero de ahí a hacer una película que no tiene prácticamente nada que ver, salvo el título y el nombre del protagonista, hay mucho trecho. 

Una cuarta entrega cogida por los pelos

altTony Gilroy fue el guionista de las tres películas, así que en cierto modo podemos considerarlo “culpable” de no haber respetado los relatos del escritor. Y esto vuelve a ser patente en The Bourne Legacy, que dirige el propio Gilroy con guión propio. Resulta que una vez muerto Robert Ludlum, otro escritor llamado Eric Van Lustbader continuó la serie de Jason Bourne con nuevas novelas. De momento ya son siete. La primera fue The Bourne Legacy, publicada en 2004, con el propio Jason Bourne como protagonista, resuelto a enfrentarse a un tipo que ayuda a terroristas chechenos y posee armas bacteriológicas. De nuevo, nada que ver con el argumento de la película estrenada con el mismo título, para la que Tony Gilroy se saca de la chistera un nuevo agente, que bautiza como Aaron Cross y que se convierte en algo así como el sucesor de Bourne en el papel de presa favorita de las organizaciones estadounidenses que lo crearon. Al menos esta vez no se dice expresamente en los créditos que la película está basada en la novela, sino solamente “inspired in the Bourne series”. En lo que sí coinciden el proyecto literario de Van Lustbader y el cinematográfico es su objetivo de seguir explotando el filón.

La cuestión es que, una vez aprobado el proyecto de realizar la película, Greengrass se desmarcó diciendo que no le interesaba, y Matt Damon –que se había comprometido previamente- rechazó encarnar a Jason Bourne por cuarta vez si no era bajo las órdenes de Greengrass. El actor sucesor ha sido Jeremy Renner, en el papel de un agente de la operación Outcome, cuya desarticulación obliga a sus responsables a eliminar a sus propios hombres. Así que Aaron Cross no tiene otra cosa que hacer que huir de sus propios jefes que lo quieren matar. Nada nuevo bajo el sol.

Cambio de compositor

altPor lo que respecta a la música, el compositor de la banda sonora de la trilogía, John Powell, es otra de las ausencias destacables del nuevo proyecto. Su sucesor en este apartado es James Newton Howard, un autor más que curtido en bandas sonoras de cualquier género y responsable de notables y sobresalientes trabajos en películas de acción.

Sin embargo, su banda sonora para The Bourne Legacy no ha sido bien acogida ni por los aficionados ni por la crítica. Howard sale perjudicado de las comparaciones respecto a lo que hizo para la saga John Powell, quien creó un sonido específico y muy reconocible para las historias de Bourne, con temas trepidantes que acompañaban algunos pasajes de acción de forma magistral. Ahí tenemos, por ejemplo, “Tangiers” o “Waterloo”, por nombrar un par de la última película de la trilogía.

En The Bourne Legacy hay unos cuantos cortes de acción que son puro nervio, pero en determinadas secuencias la música suena fría y con un ritmo que no acaba de dar la medida deseable.

altTal vez los mejores cortes sean “Manila Lab” y “Magsaysay Suite”, aunque nunca los incluiría en una recopilación de lo mejor de JNH. El primero acompaña la secuencia en la que Cross y su acompañante femenina, interpretada por Rachel Weisz, huyen del laboratorio de Manila donde fabrican los fármacos que necesitan los agentes de Outcome para sobrevivir. Arranca con un ritmo de bajos y percusión y se desarrolla con ostinatos variados y riffs de guitarra eléctrica que Howard combina con sonidos electrónicos. Es de los pocos que recuerdan el frenesí musical que tenían los temas de acción de Powell para la saga Bourne. Lo mismo puede decirse de “Magsaysay Suite”, utilizado en la última persecución en moto por las calles de Manila. Ostinatos de cuerdas, adornos de guitarras eléctricas, percusiones acústicas y electrónicas que cambian con frecuencia de patrón rítmico… Es el corte más intenso de la banda sonora y tal vez el más elaborado. Ambos tracks comparten en diversos momentos un tema formado por series de tres notas ejecutadas con metales que, hasta cierto punto, podría considerarse el tema de Aaron Cross.

También como temas de acción vale la pena citar otros como “Aaron Run!”, inicio de otra persecución en la capital de Filipinas, o “Hour Head Start”, que continúa la misma persecución por los tejados de un suburbio de la ciudad. De todos modos, como ya he dicho, la sensación general que deja este trabajo es fría. Howard ha optado por otorgar el protagonismo a los sintetizadores. Hay orquesta, sí, pero su papel es más bien secundario, tapada muchas veces por los ritmos y las texturas electrónicas, así como por las guitarras eléctricas distorsionadas que abundan a lo largo de la partitura.

altThe Bourne Legacy es una banda sonora con un papel meramente funcional, mezcla de sonoridades atmosféricas para momentos calmados o de tensión y de temas de acción cuya misión es elevar la sensación de intensidad y ritmo de las persecuciones que vemos en pantalla.

Hay pocas excepciones a ese planteamiento general. Entre ellas tenemos el empleo un par de veces del tema de Jason Bourne escrito por John Powell. La primera ocasión es justo al inicio de la película, en “The Bourne Legacy”, cuando vemos la silueta de un hombre en el agua, como alusión directa al final de The Bourne Ultimatum. Más tarde, en “You Fell in Love”, un par de notas del mismo tema acompañan la imagen del nombre de Bourne grabado en la madera de una litera donde descansa Aaron Cross.

altEl citado tema de presentación, “The Bourne Legacy”, no está mal, con una parte central basada en series de cuatro notas que van in crescendo hasta la aparición del título de la película. También como excepción a la tónica general tenemos “Aftermath”, último corte del score y de la película, antes de la entrada de la canción de Moby que también concluía The Bourne Ultimatum. Ese “Aftermath” incluye uno de los escasos momentos melódicos de la partitura con protagonismo orquestal. Arranca como un adagio y crece en intensidad dramática hacia la mitad del corte, otorgando sentido dramático a las consecuencias que las acciones de Aaron Cross tienen sobre los responsables de los programas secretos en los que estaba involucrado.

Hay otros cortes con cierto interés, caso de “Program Shutdown”, con ritmos sintetizados, guitarras y una frase de cuerdas de reminiscencia oriental que acompaña la eliminación de algunos agentes. “Doctor of What?” es otro potente tema que alterna fases de acción con momentos de cierta calma. “Aaron in Chicago”, por su parte, es pura experimentación sonora, una pieza de transición que juega con ritmos y sonidos electrónicos. En este grupo de cortes con cierto interés encontramos “Wolf Attack” –cuando Cross utiliza un lobo para evitar ser rastreado-, que pasa de un inicio ambiental a música de acción tras una frase grave de tipo amenazante a cargo de de la sección de cuerda.

¿Horas bajas?

Podrá decirse que la música creada por el compositor encaja perfectamente en la película. Faltaría más. Exigir eso a un autor de la talla de JNH es como exigir a un historiador que ponga las fechas correctas en sus libros. Así que eso no eleva la valoración.

Para bastantes aficionados, este trabajo es una evidencia más de que el compositor no atraviesa un buen momento en su carrera. Es cierto que ninguno de sus trabajos recientes es tan redondo como las obras a las que nos tenía acostumbrados años atrás, pero la mayoría de sus últimos scores –Water for Elephants, The Hunger Games o Snow White and the Huntsman– contienen algunas piezas donde hace gala de su maestría. Todo es cuestión de hacerse con el encargo adecuado para lucirse y no tengo ninguna duda de que ese encargo inspirador llegará antes o después. Pero no ha sido The Bourne Legacy, que no se recordará más que como un trabajo bastante intrascendente en su discografía.