Psycho

Como en la mayoría de las bandas sonoras de Bernard Herrmann, sobre Psycho (Psicosis) está ya todo dicho. Psycho es más que una película y, obviamente, más que un score. Herrmann se inspiró en su propia obra de 1936 Sinfonietta for String (posteriormente arreglada en 1975) para la elaboración de la partitura, pues dicha pieza de concierto ya encerraba toda la atonalidad y atmósfera tétrica que requería la banda sonora. En ella hay muy pocos momentos de placidez, y cuando los encontramos, como en el caso de «Marion» y «Marion & Sam», tienen un aroma de intranquilidad que parece anunciar lo terrorífico.

Como el ya hoy en día célebre tema principal de Twisted Nerve, inmortalizado gracias a Tarantino, su «The Murder», con las cuerdas (no hay que olvidar que Psycho es una pieza para intrumentos de cuerda y como Herrmann decía una especie de sinfonía en blanco y negro) en un agudo casi chirriante, hace que nuestros corazones se hielen con sólo escucharlo.

Indicar finalmente una anécdota sobre la película y que se refiere al hecho de que Alfred Hitchcock una vez visto el resultado final, sin música, decidió no estrenarla en cines y sólo en televisión pues consideraba que no era un filme de calidad. Sin embargo, su buen amigo Herrmann (al menos hasta Cortina rasgada) le aconsejó que se lo pensara una vez viera la escena del asesinato en la ducha con su música, al cabo de lo cual el bueno de Alfred dijo: «Decisión incorrecta» (la de estrenarla sólo en televisión). Es el poder de un genio llamado Bernard Herrmann.